Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • En Córdoba hubo playa: el Mediterráneo tenía un estrecho al sur de la provincia

    » Diario Cordoba

    Fecha: 21/08/2024 02:56

    Hubo una época en la que Córdoba tenía mar, literalmente. De hecho, había zonas de la provincia que no emergían a la superficie y formaban parte de un segundo estrecho, situado al norte del de Gibraltar. Concretamente, fue hace entre ocho y cinco millones de años, tal y como reflejan los resultados de la Expedición 401 del International Ocean Discovery Program. La expedición, conformada por un grupo de 27 científicos de más de quince países, entre los que se encuentran tres españoles, ha analizado el intercambio de agua entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Bajo el nombre Investigating Miocene Mediterranean-Atlantic Gateway Exchange (Investigación del intercambio Mediterráneo-Atlántico del Mioceno), entre diciembre de 2023 y febrero del año siguiente, este grupo de expertos se embarcó en un buque que recorrió toda la zona. Durante la travesía, utilizaron tecnología de última generación para recoger sedimentos con el objetivo de revelar los cambios ambientales y oceánicos que sufrió el territorio a lo largo de su historia y su impacto en el clima global. Los sondeos se realizaron frente a la costa del Algarve (Portugal), en la zona de Cádiz, en el mar de Alborán, cerca de Marbella (Málaga) y en la Cuenca del Guadalquivir, al oeste de Sevilla, además de un quinto en la cuenca sur-rifeña, al norte de Marruecos. Imagen de la expedición. / CÓRDOBA Entre las principales conclusiones del análisis se determina que, además del Estrecho de Gibraltar, en Andalucía existió un segundo canal situado más al norte, el llamado Estrecho Bético. Esto se ha podido determinar, entre otras cosas, gracias al hallazgo de sedimentos marinos a ambos lados del estrecho. El Estrecho Bético Este segundo corredor se extendía desde Murcia hasta la provincia de Cádiz, pasando a través de un canal similar a la Subbética por Jaén, Sevilla y Córdoba y se formó en el Mioceno (hace ocho millones de años). Entre los dos corredores había una serie de archipiélagos que abarcaban puntos de la provincia de Cádiz, Málaga, Granada y Almería. Además, puntos que actualmente ocupan ciudades como Cádiz, Huelva o Rabat, capital de Marruecos, se encontraban bajo el agua. El cierre del segundo estrecho afectó a la salinidad del Mediterráneo y al clima Tal y como se puede observar en el mapa del informe, territorios que hoy ocupan Montilla o Lucena estarían sumergidos. Por su parte, la capital estaría a unos pocos kilómetros de la playa. Impacto en la zona «Ambas conexiones se cerraron posteriormente y se han elevado tectónicamente y conservado restos en la tierra», indica el análisis en sus conclusiones. Entre las causas se encuentra una «elevación tectónica de la cordillera Bética y del Rif en Marruecos», prosigue el informe. Además, la desaparición del estrecho disparó la salinidad del Mediterráneo y alterado el clima, «este proceso puede haber contribuido a un importante episodio de enfriamiento global», prosigue el texto. Sería en el Plioceno temprano (5 millones de años), cuando la conexión desapareció definitivamente. Panorámica del Estrecho de Gibraltar. / efe Y es que, el corredor Bético, indica el documento, «jugaba un papel crucial en el intercambio de agua entre el Mediterráneo y el Atlántico». De hecho, su cierre supuso el aislamiento del mar, que vio cómo reducía de manera drástica el agua al aumentar la evaporación. El estudio estima que el Mediterráneo descendió hasta 1.500 metros con respecto a su nivel actual. Todo ello propició una mayor concentración de sal, que se situó en niveles mayores a los que tiene el mar Muerto en la actualidad. Dicho periodo se le conoce como Crisis salina del Messiniense y ha dejado una gran capa de hasta dos kilómetros de espesor de este compuesto, que se encuentra sepultado bajo cientos de metros de sedimentos, especialmente en las zonas de las Islas Baleares y Argelia. El desaparecido estrecho también ayudaba a la regulación del clima en la zona, que gozaba de temperaturas más estables y templadas, gracias al mayor intercambio de agua entre el Mediterráneo y el Atlántico. Las corrientes oceánicas a nivel mundial también se vieron alteradas. Por último, el estudio menciona que este proceso geológico afectó a la biodiversidad, puesto que supuso la extinción de fauna marina debido a la salinidad. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por