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  • Los desafíos de la lactancia, entre las desigualdades y los prejuicios que aún perduran

    » Tiempo Argentino

    Fecha: 04/08/2024 00:24

    El eje de la Semana de la Lactancia –del 1 al 7 de agosto– este año tiene que ver con reducir la desigualdad en el acceso a la leche materna o de personas gestantes; con apuntar a que todos los bebés tengan iguales posibilidades de recibir lo que se considera el mejor alimento para la primera etapa de la vida. Pero la meta está lejos. Desinformación y falta de políticas públicas atentan contra la recomendación de lactancia exclusiva en los primeros seis meses. Mientras, otros obstáculos aparecen después del año: los prejuicios. “Este año se hace hincapié en mostrar la necesidad de mejorar el apoyo a la lactancia para reducir las desigualdades que existen en nuestra sociedad. Por ello, cuando hablamos de disminuir la brecha, nos referimos a disminuir aquellas situaciones que hacen que algunos lactantes tengan menos acceso a la lactancia por diferentes situaciones”, subraya Laura Giusti, coordinadora del comité multidisciplinario de lactancia del Hospital Garrahan. “El apoyo familiar debe estar acompañado también por un compromiso de toda la sociedad. Los lugares de trabajo, las organizaciones de la sociedad civil, los gobiernos, los sistemas de salud y las comunidades son quienes pueden participar para disminuir la brecha”, acota Ana Pedraza, jefa de Neonatología de la Maternidad Suizo Argentina. La insuficiencia de las licencias y la falta de lactarios en los lugares de trabajo están entre las dificultades que enfrenta quien acaba de ser madre y trabaja en relación de dependencia. “¿Pero qué pasa con las personas monotributistas, las que tienen empleo no registrado, que tienen hijos e hijas y a los pocos días deben retomar sus actividades? –se pregunta Aldana Contrera, puericultora e integrante de Lazo Natal–. Lamentablemente estamos muy lejos de la igualdad de condiciones para sostener la lactancia hasta al menos los seis meses”. Lactancia: amamantar en la era de la desinformación Contrera suma un factor a la discusión: la falta de información y la necesidad de acompañamiento para encarar el amamantamiento, que está lejos de ser sencillo. “Son contados con los dedos de la mano los sanatorios, clínicas y hospitales con puericultoras. Si para acceder tengo que pagar una consulta particular, porque donde me hago los controles no hay, va a ser complejo que algún problema de lactancia que quizás tenía fácil solución no se convierta en el final de una lactancia”, alerta. Hace años reclaman por legislación que regule su función. Igual de escasa es la participación de fonoaudiólogas en los equipos de los centros de salud, indispensables para detectar problemas en la lactancia y la succión, por ejemplo por temas de frenillo. Muchas veces se corta la lactancia al muy poco tiempo de haber nacido el bebé por no haber intervenido especialistas que supieran dar con diagnósticos precisos. “Hoy hay muchos pediatras que se están formando en lactancia, pero en la carrera se aprende poco sobre el tema. Muchas veces repiten recomendaciones antiguas: todavía escuchamos que hablan de leches aguadas, que no llenan, de bebés que se quedan con hambre, cuando la producción aumenta con la demanda. Desinformación hay”, cuestiona Contrera, y advierte cómo impacta en el sostenimiento de la lactancia exclusiva en los primeros meses. Según el informe “Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en menores de dos años” que difundieron días atrás Unicef Argentina y el Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil (Cesni), “la indicación médica es el motivo más frecuente de uso de fórmulas infantiles”, según el 49% de las familias consultadas. Chau teta Así como hay desinformación al inicio de la lactancia, la hay después. Si bien la OMS recomienda sostener el amamantamiento por lo menos hasta los dos años, la insistencia por el destete suele comenzar después del año tanto en ámbitos sociales y familiares como en consultorios. “Me parece interesante cuestionar el concepto de ‘lactancia tardía’. ¿Tardía con respecto a qué? Creo que tiene que ver con una idea de que la teta es exclusivamente para bebés. Hay una desinformación muy grande en relación a los beneficios no solo nutricionales sino de salud y desarrollo que trae la leche materna, dure lo que dure la lactancia. Escuché mucho ‘sacale la teta y vas a ver cómo empieza a hablar’, como si el darle la teta hiciera que fueran bebés eternos. No es así”, plantea Contrera. Es uno de los temas que se aborda en Chau, teta (editorial El Ateneo), el libro que acaban de publicar Aldana e Ileana Contrera (psicóloga). Un cuento y guía de consejos a la vez, mediante la historia de Río, protagonista de una historia de destete. A diferencia de otros libros sobre el tema, se muestra con alguien que ya dejó de ser bebé. Y así como refleja las dificultades de los primeros días, también da lugar al conflicto al final del proceso. “Hay enojo, hay llanto. Río no está de acuerdo. Y está bien. El foco está puesto en eso y en mostrar cómo, después de la teta, sigue la historia de Río y su mamá”.«

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