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  • Así es la pista de pruebas de Ford en Brasil

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/09/2024 02:44

    Infobae tuvo la oportunidad de hacer clínicas de conducción en la pista de pruebas de Ford en Tatuí En el mundo hay dos tipos bien diferenciados de automovilistas. Están los que usan un vehículo para trasladarse de un punto A hasta un punto B sin mayor interés que el de un confort adecuado, y aquellos que son amantes de los autos, y que por consiguiente, suelen tener un costado “fierrero”, apasionado por las prestaciones y la mecánica. Si a cualquiera de estos últimos se le da la oportunidad de visitar la pista de pruebas de una fábrica automotriz, probablemente no solo se obtenga una inmediata respuesta afirmativa, sino que en los ojos del invitado se pueda apreciar un brillo muy especial por la ansiedad que representará la experiencia. Ford Sudamérica tiene en Brasil una de las más legendarias pistas de pruebas, distante unas tres horas al oeste de Sao Paulo, la ciudad donde están las oficinas centrales de la compañía para toda la región. El lugar se llama “Centro de Desarrollo y Pruebas Tatuí”, aunque todos lo conocen como la pista de pruebas de Ford en Brasil, por el significado que ese circuito ha tenido en el desarrollo de los autos que se venden en Brasil y Argentina en los últimos 40 años. Se trata de un enorme predio de 460 hectáreas, en el que además de la pista asfaltada que suma en total 20 kilómetros entre todas sus variables, tiene también otros 40 kilómetros de pista off-road y distintas locaciones y laboratorios donde se hacen múltiples desarrollos de tecnología que le permiten a Ford exportar más de 100 millones de dólares por año a diversas plantas en todo el mundo. El complejo tiene 460 hectáreas, dentro de las cuales está la pista asfaltada con todas sus diferentes áreas para ensayos dinámicos Infobae fue parte de un selecto grupo de periodistas invitados por Ford Argentina para conocer las instalaciones de Tatuí, en un evento de un día completo de extensión durante el cual se realizarían ocho actividades distintas vinculadas a desarrollos tecnológicos de la marca. Algunas ocurrían en locaciones cerradas como el simulador estático o el banco dinámico de suspensiones, otras eran charlas como la referida al desarrollo de FordPass, la aplicación que brinda servicios a los usuarios a través de la conectividad de los vehículos, pero hubo otras actividades que eran experiencias dinámicas a bordo de distintos modelos Ford, para comprobar el funcionamiento de desarrollos técnicos de los ingenieros que trabajan en Tatuí. La primera actividad fue perfecta para romper el hielo. Se trataba de ver cómo funcionan las Track Apps, el conjunto de herramientas electrónicas que equipan al Ford Mustang GT Performance, la versión de alto rendimiento del icónico modelo del óvalo que se lanzó este año en Brasil y llegará a fines de octubre a Argentina. Para probarlas no había otra opción que ir a la pista de alta velocidad del complejo, que tiene una recta de 900 metros de extensión y que permite hacer ensayos de velocidad máxima y de aceleraciones parciales cronometradas. La pista para hacer pruebas de aceleración de 0 a 100 km/h tiene 900 metros de extensión Tres unidades Mustang GT estaban disponibles para la prueba, que consistía en acelerar de 0 a 100 km/h, para lo cual había una línea de largada y un semáforo luego del cual había que empezar a frenar. El auto tenía activado el setup de máxima performance, es decir el que usa mínimas asistencias electrónicas como el control de tracción, que siempre está activado aunque con menor intervención. Lo que se dice en el ambiente, menos intrusivo. Las Track Apps tienen un cronómetro configurable de acuerdo al ensayo que se va a realizar, en este caso era detenerse al llegar a 100 km/h, que se activa con un botón en el volante que al pulsarse comienza a contar apenas se acelera el motor a fondo. Había una meta, hacerlo en menos de 5 segundos, y había dos intentos. En el primero, conociendo la reacción del auto al acelerar a fondo, el tiempo fue 4s 47/100. En el segundo se pudo mejorar y clavar el reloj en 4s 41/100. Pero lo más valioso fue la experiencia de probar un auto de alto rendimiento en una pista de pruebas. “Quiero trabajar de esto toda mi vida”, fue el pensamiento de todos después de finalizar esa primera clínica de conducción deportiva. El día transcurrió con las restantes siete actividades, pero ir a Tatuí y no dar una vuelta en un auto con buena potencia en la pista de alta velocidad era desperdiciar una oportunidad que probablemente no se repita muchas veces. El pedido especial se había hecho pero no había confirmación de los organizadores. Sin embargo, con las últimas luces de la tarde brasileña, llegó la buena noticia. No sería al volante, sino como acompañante de un piloto de pruebas oficial de la marca, a bordo de uno de los Mustang GT Performance. Luis Gozzani es uno de los único nueve pilotos categoría 4 que Ford tiene en el mundo, y el único en Sudamérica Ford tiene cuatro niveles de conducción certificada para sus probadores. Los niveles 1 y 2 son relativamente básicos y accesibles. Se otorgan en la propia pista de pruebas. En cambio los niveles 3 y 4 son profesionales y requieren exámenes en Estados Unidos o Europa. En todo el mundo, Ford tiene 9 pilotos de nivel 4. En Sudamérica sólo hay uno, Luis Guilherme Gozzani. Y él sería el encargado de conducir en esta oportunidad. La pista de pruebas para performance de velocidad tiene dos carriles, el de alta por fuera y el de baja por dentro. En ambos casos es una cinta asfáltica un poco más ancha que una ruta convencional de dos manos, con guard-rails pegados al externo. Ambas tienen 3.800 metros de longitud en los que hay curvas rápidas y lentas, planas y peraltadas combinadas de tal modo que se representen todo tipo de exigencias para las suspensiones y frenos de los autos que se testean. “Bienvenido al Mini Nürburgring”, dijo Gozzani apenas entró a la pista. Aunque antes habría que hacer dos vueltas en la pequeña pista de “Manejabilidad” para calentar las gomas del Mustang. Lo hizo del modo más emocionante, colocando el modo específico para llevar el auto en derrapes controlados del tren trasero hasta que consiguió llevar los neumáticos a la venta óptima de funcionamiento. La entrada a la curva 1 se hace a fondo, arriba de los 230 km/h sobre el Mustang GT Performance Entonces sí, al circuito perimetral. Primera vuelta reconociendo el estado del piso, segunda vuelta a fondo, tercera vuelta más rápido aún. Después de la recta principal, la primera curva es a fondo, sin levantar, a 230 km/h. Inmediatamente de salir se debe frenar fuerte para la primera curva cerrada a la izquierda, que tiene doble radio y un piano muy alto en el externo, detrás del cual hay un guard-rail alto. Leve curva rápida a la derecha y recta opuesta. Frenada violenta y curva lenta a la izquierda. Corta recta y curva cerrada a la derecha, que se convierte en otra muy larga que sigue en la misma dirección pasando casi debajo de un bosque que da sombra sobre el asfalto. Entonces, la más difícil curva, la derecha otra vez, pero con pista angosta, en subida y ciega, encerrada entre hojas de guard-rail de ambos lados hasta desembocar en la recta otra vez. Después de esos dos giros a máxima velocidad fueron necesarias dos vueltas de enfriamiento para que los frenos y los neumáticos recuperaran su temperatura normal. Había sido una prueba muy exigente. “Siempre es un placer conducir, espero que lo hayas disfrutado tanto como yo”, concluyó. Parece mentira, pero ese hombre, acostumbrado a hacer esa rutina como parte de su trabajo, parecía más contento que el pasajero ocasional que tenía a su derecha. Definitivamente debe ser muy lindo “trabajar de eso”.

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