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  • El equipo que logró el hallazgo de la presencia humana más antigua del Cono Sur: «No es posible la investigación científica sin un Estado presente»

    » Tiempo Argentino

    Fecha: 20/07/2024 23:17

    “No es posible la investigación científica sin un Estado presente. Incluso en los países más avanzados tienen políticas para apoyar este tipo de investigaciones que en realidad no tienen ningún valor comercial más que el conocimiento, que es el que enriquece a los países y a las poblaciones que los habitan”. En tiempos donde en nombre de la «libertad» se ataca al Estado, a la investigación y al desarrollo nacional, las palabras del paleontólogo Mariano del Papa cobran potencia. Y quien las dice tiene con qué defenderlas: es uno de los autores del paper que acaba de publicar la prestigiosa revista científica internacional de acceso abierto Plos One, sobre el hallazgo de un gliptodonte a la vera del Río Reconquista, que reconfigura la historia (y el origen) de los seres humanos en lo que hoy es Sudamérica. La gran novedad científica de los últimos días, encabezada por un equipo interdisciplinario nutrido desde el sector público. El Estado y la Ciencia Del Papa dirige desde 2015 el proyecto Arqueología del Sector Meridional de la Cuenca del Plata durante el Holoceno Tardío, “un trabajo de la Facultad de Ciencias Naturales y Sociales de la Universidad de La Plata (UNLP), que va desde Santa Fe a la ciudad de La Plata”, indica. “Creemos que es la forma de mejorar la calidad del país que queremos, de la gente y del futuro de nuestros hijos”, añade Del Papa, quien prefiere no decirlo explícitamente, pero sus palabras aluden al contexto adverso para la investigación y el desarrollo científico frente a un gobierno cada vez más reaccionario y menos libertario. “Algún día esto va a ser conocimiento para los más jóvenes y creemos que va a estimular a otros investigadores a seguir por esta línea”, describe su flamante hallazo a Tiempo, presente en Merlo durante la presentación del análisis de los restos de la “mulita gigante”, que tenía rasgos de haber sido carneada por las poblaciones locales hace unos 21 mil años atrás, 5000 años antes del primer registro humano que se creía tener en la zona. Serían los vestigios humanos más antiguos encontrados en el Cono Sur. Otro de los coautores del paper, el paleontólogo Martín de los Reyes, advierte que “los tiempos científicos son particulares. Desde el momento de un hallazgo hasta que es publicado pueden pasar varios años. Esto requiere comprobaciones, trabajos internos, requerimientos de la publicación adonde se envía. Luego va a un tribunal para que otros colegas opinen y hay que responder a esos científicos. Todo lleva un proceso”. El tiempo y el apoyo a largo plazo son fundamentales en la ciencia. Pero desde que asumió el gobierno de Milei hasta junio, los sueldos de los científicos perdieron hasta un 26% frente a la inflación. «Una cosa es decirlo y otra es probarlo» Los restos del gliptodonte fueron encontrados por el profesor de geografía a cargo del Repositorio Paleontológico «Ramón Segura» de Merlo, Guillermo Jofré, quien había aprovechado a hacer tareas de campo luego de un dragado del río. En esas circunstancias, el docente encontró unos fósiles cuyas características le llamaron la atención y se comunicó con sus colegas de la UNLP, a quienes ya les había compartido varios de sus hallazgos. “Realizó un procedimiento de rescate típico de restos paleontológicos, que consistió en la protección del área, construyó un bochón, lo envolvió con yeso, lo llevó al laboratorio, y como novedad encuentra en los huesos marcas de cortes, no naturales, producto del hombre. Pero una cosa es decirlo y otra cosa es probarlo”, describe Del Papa. Los huesos encontrados corresponden a partes de la cintura pélvica, vértebras caudales y el tubo caudal del animal. Las piezas se encontraban totalmente articuladas, con los huesos dispuestos en su posición original. Los cortes, en V, hechos supuestamente con piedras filosas fueron realizados en zonas carnosas, con ligamentos, fuertes en proteínas. El trabajo se basó en dos grandes preguntas: qué produjo estas marcas y cuándo fueron hechas. Bajo un riguroso método científico, las hipótesis que podían llegar a contrastar con la idea de que no se tratara de una obra humana fueron descartadas: desde el pisoteo de megaanimales; hasta que hubiesen sido producto del arrastre de la corriente del agua o de fieras carnívoras, carroñeros o roedores. Respecto a la datación de los restos se enviaron muestras a Francia, ya que uno de los investigadores del proyecto, Nicolás Rascovan, trabaja en el Instituto Pasteur de París. Los resultados indicaron que el especímen había sido presumiblemente cazado y carneado, hace 21 mil años. Del Papa acota: “ahora vamos a hacer otra prueba más en Francia, porque en Argentina no tenemos esos laboratorios especializados. Al ser un fósil, la data no surge del colágeno que generalmente se encuentra en los huesos, sino que se utiliza una ínfima fracción mineralizada del mismo”. Porque las investigaciones no pueden frenarse, a pesar de que algunos sectores busquen lo contrario.

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