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  • Liga Nacional: Instituto superó a Boca en un segundo suplementario en el primer partido de la final

    » La Nacion

    Fecha: 07/07/2024 04:26

    Escuchar Entradas agotadas, griterío en un estadio pequeño, dos equipos parejos y dos clubes que tienen recorrido en el deporte argentino. A la final de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) no le faltó contexto como para atraer en su apertura, y también cumplió con lo que pasó sobre el parquet del Ángel Sandrín: el primer partido de la serie fue intenso, equilibrado y incierto en su desenlace. Tanto, que necesitó dos tiempos suplementarios para encontrar un vencedor. Fue Instituto, que en Alta Córdoba superó a Boca Juniors por 100 a 96 al cabo de la segundo prórroga, ante la euforia de sus hinchas. Necesita tres victorias más: el de este sábado fue el paso inicial de una serie programada al mejor de siete capítulos, que continuará este lunes, nuevamente en la capital cordobesa. Una bandeja de Bautista Lugarini, uno de los dos mejores de la Gloria en el encuentro inaugural de la serie decisiva de la Liga, que proseguirá este lunes, también en Córdoba. X El enfrentamiento parecía negarse a terminar. No alcanzaron los 40 minutos del tiempo regular, ni los cinco del primer período extra. Recién los últimos cinco establecieron una diferencia decisiva: faltaban 58 segundos cuando Mauro Cosolito, una de las figuras de Instituto, que estaba al frente por 4 tantos (97-93), consiguió un triple determinante. La conversión que dio, por fin, sensación de ganador definido. Una obra colectiva, nacida de un ataque estacionado de Nicolás Copello, que esperó y a falta de 10 segundos de posesión atacó el aro estando abiertos sus compañeros. Habilitó a Nicola Pomoli Larraburu y éste, desde el perímetro, abrió para Cosolito, que estaba en 45°. La daga le provocó un corte sangrante a Boca. Y el cuadro xeneize no tenía tiempo suficiente para detener la hemorragia y cerrarla. Ya no tenía salvación posible por parte de José Vildoza, el base que lo había rescatado en el cierre del primer alargue. Con un 85-87 en el tablero, el número 11 manejó con paciencia la pelota cuando restaban menos de 20 segundos. Marcado por uno de los mejores del anfitrión, Pomoli Larraburu, el zurdo descargó para Leonardo Mainoldi para limpiar la ofensiva. El número 4 devolvió y los compañeros se abrieron para dejarle espacio a Vildoza, que encaró, frenó, giró, saltó hacia el otro lado y con una bandeja con tablero depositó el balón en el cesto. La defensa de su rival fue inobjetable, como total el mérito del conductor para empatar a 6,4 segundos de la chicharra. Mucho en él se apoyó Boca: 21 tantos, 3 rebotes, 2 asistencias, aunque 4 pérdidas, en 42 minutos. También en Marcos Mata, un veterano que a sus 37 años sigue siendo figura de la Liga. Por caso, el mejor de este cruce inicial de la final: 26 puntos, 8 rebotes, 3 pases-gol, 2 robos, 2 bloqueos, contra 4 pérdidas, en 43 minutos. Además, ejecutó una acción de magia más propia de Facundo Campazzo que de su estilo de básquetbol: ejecutó un caño para asistir a Sebastián Vega, haciendo pasar el balón por entre las piernas de Pomoli Larraburu. Marcos Mata brilló en la apertura de la final; a sus 37 años tuvo 35 unidades de valoración, con 26 puntos y 8 rebotes entre sus muchos aciertos para Boca. X Pero el triunfador fue Instituto, que repartió más parejamente el protagonismo. Hubo 17 tantos de Pomoli Larraburu, 16 de Bautista Lugarini, 16 de Nathan Hoover, 13 de Javier Saiz, 13 de Nicolás Copello, 11 de Roberto Acuña. Seis basquetbolistas con dos dígitos en el rubro puntos. Es cierto que con 20% más de tiempo jugado, lo cual relativiza la abundancia anotadora. Pero otra estadística habla de un juego más colectivo de la Gloria que de Boca: 22 asistencias contra 13. Instituto sabe cómo es salir campeón de la Liga, porque lo hizo hace apenas dos años, y con el mismo director técnico, Lucas Victoriano. Boca tiene más copas, tres, pero consiguió la última hace 17 años, sin sus protagonistas actuales. Estuvo cerca en 2023 (llegó a la final) y confía en potenciarse con un arma que esta vez no pudo usar: cuando esté disponible Leonel Schattmann contará con un temible tirador. Lo necesitará, porque la ventaja de localía es de su adversario y ya pasó la primera oportunidad de robar un partido fuera de La Bombonerita. En cambio, Instituto, que sufrió, respondió a la presión y salvó esa ventaja. Metió a sus alforjas el primer punto de la serie y eso le da confianza y algo se tranquilidad para el resto del cruce definitorio del torneo. Que, si repite espectáculos como el inaugural, será espectacular. LA NACION

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