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  • El sector lechero afirma que la única manera de terminar con la “sangría de los tambos” es abrir mercados en el exterior

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 05/07/2024 21:10

    Según un relevamiento realizado por la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos que fue obtenido luego la última vacunación de aftosa, hay 624 establecimientos ganaderos que vacunaron en calidad de tambos en la provincia. Esto significa que hay 49 establecimientos menos que en 2023, y que 247 cerraron desde 2015, casi una década atrás. El más golpeado por esta crisis fue precisamente el Departamento de Gualeguaychú, que vio cómo cerraban sus puertas 12 tambos durante el último año, y 38 de 2015 a la fecha (había 56 hace casi una década atrás y en la actualidad subsisten 18). Los datos concretos marcan que –al igual que en otros puntos de la Argentina– la provincia de Entre Ríos no logra detener la sangría de tambos, con el agravante de que no aparecen en el horizonte políticas claras para que no se arruine esta cadena agroalimentaria, que es de las más importantes de nuestro país. Pero esta crisis no le pega a todos los establecimientos lecheros de igual manera: de manera estratificada, un tambo puede ser grande (+ de 6.000 litros de leches diarios), medianos (entre 3.000 y 6.000 litros diarios) y pequeños (menos de 3.000 litros diarios), y lo cierto es que este contexto de crisis está pegándole bajo la línea de flotación a los más chicos y familiares, que son el 82% de los establecimientos en la provincia (11% son medianos y 6% son grandes, según un relevamiento del Observatorio de la cadena Láctea Argentina realizado en enero de 2024). Para un microemprendimiento o emprendimiento familiar es muy difícil absorber los costos fijos de la producción, mientras que los establecimientos de mayor envergadura pueden Uno de los datos menos alentadores de este relevamiento para la producción, tiene que ver con la evolución de animales productivos que cayó en el orden del 18% con respecto a los últimos datos, ya que se pasó de 84.187 vacas en producción en toda la provincia a 69.405 cabezas. Eso, da como resultado una pérdida de 14.782 vacas y los referidos 49 tambos en toda la provincia. “En las crisis anteriores se perdiendo tambos, pero los animales se sostenían en los establecimientos que sobrevivían. Lamentablemente, en esta oportunidad salieron del sistema productivo tambos y vacas en producción en un porcentaje mucho mayor. En la categoría vaquillona cayó un 11%, dato menor al de las vacas en producción, que disminuyeron en un 18%, pero que no garantiza un crecimiento para los próximos años”, aseguró a Ahora ElDía el ingeniero agrónomo Norberto Ferrari, productor tambero y referente de la Mesa de lechería de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) y de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). ¿Existe una solución? Ante este panorama sombrío y con futuro incierto, el sector lechero reclama políticas públicas para que una de las cadenas agroalimenticias más importantes del país no siga desangrándose y quedando cada vez más cerca de la extinción. El factor importante que influye en toda esta crisis son los costos de producción, los cuales se incrementan de manera constante, pero que el producto final no aumenta su precio, sobre todo porque está prácticamente monopolizado por la industria lechera, que maneja los precios según sus reglas. Además, en lo que respecta al mercado interno, el consumo ya está saturado y desde hace una década que o está estancado o en descenso. Por esto mismo, los tamberos vislumbran una posiblemente única solución: que tanto a nivel provincial como nacional se pongan en marcha políticas públicas que abran nuevos mercados fronteras afuera del país. “Tanto desde CRA como Farer hace años que venimos planteando esta solución. La única forma de que la lechería crezca es que crezcan los mercados porque el mercado interno ya está saturado. Si seguimos así lo que va a pasar es que se va a estancar la actividad, van a sobrevivir los grandes tambos y desaparecerán definitivamente los medianos y chicos. Lo primero que hay que hacer es una fuerte política de exportación para generar nuevos mercados, que de hecho están. Pensar fronteras para afuera es la solución”, sostuvo Ferrari. “Sí o sí, si queremos que la lechería crezca tenemos que pensar en mercado externo. No lo tenemos que buscar acá adentro porque tenemos la experiencia que indica que hace 20 años que el consumo está instalado en unos mil millones de litros. Y si hay un descenso es porque los salarios y el poder adquisitivo cayeron de tal manera. La leche es un bien de los que se denomina inelástico porque es un consumo primario. Por lo tanto, no debería caer el consumo de lácteos porque es de primera necesidad. Eso solo pasa en situaciones de extrema falta de liquidez en los consumidores. En cambio, cuando se recompone la situación económica, las personas no es que toman más leche, sino que apuestan a los productos lácteos de mayor calidad, que llevan un proceso mayor. Pero el consumo a nivel litros vuelve a los números que ya conocieron un tope. Por eso hay que abrir los mercados exteriores”, explicó. Tras plantear esta posible solución, ahora la realidad choca con una realidad inherente: la gestión del actual presidente Javier Milei ha tensado las relaciones internacionales con los principales socios comerciales de Argentina, como Brasil y China, con quienes ha tenido declaraciones de tinte ideológico y hasta ha insultado a los líderes de esos países; o España, que directamente retiró al embajador. Otra buena opción hubiera sido el ingreso a los Brics, un grupo ampliado de Estados que tiene una población combinada de alrededor de 3.500 millones de personas, lo que equivale al 45% de la población mundial. Sin embargo, el actual Gobierno nacional rechazó la invitación para unirse a este bloque económico. “Estos números reflejan una necesidad de cambio en la mirada de la cadena. Lo primero que tiene que ver la nueva gestión es el potencial de la misma, ya que se ha demostrado que en buenos momentos productivos se llegó a producir el 50% más que el consumo interno y esto es una entrada de divisas para nuestro país, por lo tanto, el crecimiento de la misma es entrada directa de dólares a la caja nacional”, sostuvo Ferrari. “La eliminación de las retenciones a las exportaciones de lácteos, las buenas prácticas comerciales en la cadena, un fuerte perfil exportador y políticas crediticias para aumentar la producción primaria son las claves para revertir la tendencia de esta cadena y pasar de una lechería defensiva, en la que los tambos sobreviven con las cenizas de otros productores, a una lechería en crecimiento y una cadena que genere una rápida entrada de divisas al país”, finalizó.

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