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» Clarin
Fecha: 04/07/2024 13:52
Después de un más de un año y 12 intentos fallidos, Serge ya estaba completamente frustrado. Y se sabe que en general "tiempos desesperados, requieren medidas desesperadas". Y eso es exactamente lo que hizo Serge, que es de Ghana pero vive en Bélgica, tras perder una y otra vez la batalla por aprobar el examen para poder sacar el registro de conducir. Pero, claro, esa "medida desesperada" es un claro eufemismo para no hablar de "hacer trampa", que es a la conclusión que llegó el hombre como solución para poder hacerse con el permiso. ¿Qué es lo que hizo el bueno de Serge que tanto asombra? El hombre contrató a un doble para que tome su lugar y rinda el examen que tanto le cuesta superar. El hombre hizo trampa para obtener la licencia y todo terminó mal. Serge, según contaron los medios locales, ya había obtenido un permiso en su país de origen, pero ese permiso no le servía para conducir un coche en Bélgica. Así que tuvo que presentarse para poder conseguir el registro pero, aunque en la parte práctica no tenía problemas, la teórica le había causado grandes dolores de cabeza. El hombre contó que no podía darse por vencido porque tener una licencia de conducir le abría opciones muy lucrativas en Bélgica. Y por eso su insistencia. Pero no importaba qué hiciera, no había forma de pasar el examen teórico. 12 intentos, todos fallidos. Y el hombre se desesperó. El hombre insistió muchas veces, pero nunca pudo aprobar el examen. Así llegó a insólita idea: buscar a alguien que se pareciera a él y pagarle para que haga el examen con su nombre. Error de cálculo Y después de un tiempo, Serge conoció a Julien, un compañero inmigrante de origen congoleño que no sólo se le parecía un poco sino que, lo más importante, ya había obtenido su permiso de conducir belga. Julien, aunque luego confesó que lo dudó bastante, aceptó la propuesta de Serge y acordaron que realizaría el examen en Mons, en la región belga de Valonia, que, al parecer, era mejor porque los examinadores de la región francófona eran considerados más indulgentes que los de Flandes. Sin embargo, eso resultó ser falso. Porque los examinadores fueron implacables. Resultó que cuando Julien les entregó la identificación de Serge, los inspectores se pusieron particularmente celosos por comprobar su veracidad. Los inspectores revisaron atentamente la fotografía de la identificación y después se tomaron su tiempo para validar si eran la misma persona. Hasta que finalmente descubrieron toda la verdad, y la falsa salió a la luz. Ambos hombres finalmente fueron detenidos y recientemente comparecieron ante un juez. "Sin la vigilancia de esta persona (el examinador), habría obtenido su permiso de conducir, aunque no es capaz de conducir en nuestras carreteras", dijo un fiscal sobre Serge en el tribunal. El ghanés está acusado de fraude de identidad, a pesar de que utilizó su documento de identidad real. El fiscal explicó que tan pronto como su identificación terminó en manos del coacusado en beneficio de Serge, técnicamente se volvió falsa. Ahora se enfrenta a una pena suspendida de un año de prisión, mientras que en el caso de Julien los fiscales pidieron doscientas horas de servicio comunitario.
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