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» Clarin
Fecha: 04/07/2024 10:46
En la histórica cardenal de Linz, a unos 150 kilómetros de Viena, la capital de Ausrria, una estatua condenada por los grupos tradicionalistas católicos, apareció decapitada y prácticamente destruida solo cinco días después de que formara parte de una instalación dedicada a los roles de las mujeres en la historia. El escándalo causado por la escultura en su vida brevísima, acusada de blasfema se titulaba “La Virgen partoriente”, obra de la escultora austríaca Esther Strauss, y muestra a la Virgen María en el acto de dar a luz a Jesús. Fue encontrada hecha pedazos y decapitada, como infirmó la policía local. Las manos organizadas que cometieron el ataque y la decapitación, pusieron fin a una exposición artística que ha debido soportar feroces críticas. El vicario episcopal de la diócesis de Linz Johann Hintermaier, condenó el acto de vandalismo. “Eramos concientes de que provocaríamos un debate con esta instalación. Lamentamos que hayamos herido sentimientos religiosos, pero condenamos firmemente este violento acto de destrucción y el rechazo de empeñarse en el diálogo y el ataque a la libertad del arte”, dijo Hintermaier. Vandalismo en el Vaticano Fue instantáneo en el mundo católico el recuerdo del ataque de católicos austríacos en 2019 con un acto de vandalismo en Roma, durante el Sínodo de la Amazonia. En la iglesia de la Transportina, cerca del Vaticano habían dejado allí en exposición, traídos por católicos indígenas, una estatua de la Pachamama, la Madre Tierra, y otros objetos religiosos. Grupo indígenas entregan al Papa la escultura en madera de una mujer embarazada, que luego fue motivo de causas de vandalismo. Andreas SOLARO / AFP Fue Alexander Tschugguel, un católico supertradicionalista austríaco, el principal autor del vandalismo. Uno de los que transportó fuera de la iglesia y tiró la estatua de la Pachamama al río Tíber. Entrevistado, dijo que “no fui yo esta vez el autor pero elogio al ‘héroe' que destruyó la estatua obscena en Linz Tschogguel dijo que “en vista de la caricatura abominable y blasfema, fue necesaria una acción urgente y decisiva. Decapitar la estatua fue el modo más veloz para desfigurarla, de modo que no se pareciera más a María.” La escultura que representa a la Virgen María dando a luz a Jesús, diseñada por la artista austriaca Esther Strauss. Foto: OSV News/ gentileza Ulrich Kehrer, St. Mary's Cathedral en Linz Un sitio ultraconservador declaró que “la escultura tenía un detalle ulteriormente signiicativo de la finalidad ideológica de la escultura: las piernas de la Virgen eran claramente masculinas. Una Virgen transexual en el pantheon de la neoiglesia” En un mensaje publicado por Telegram, el que se confiesa “perpetrador” de la destrucción de la estatua, indica que la decisión de las autoridades de la Catedral de Linz de mostrar una estatua de la virgen dando a luz sentada en una roca y con un vestido rojo, “difícilmente podía resultar más cruda, para muchos cuestionable, sino abiertamente blasfema”. La diócesis de Linz consideraba la obra destruida, como “muy poética”. El “perpetrador” que mandó por la mensajería Telegram la nota en la que confiesa sin revelar su nombre haber cometido la destrucción de la obra, asegura que no pretende contradecir lo que hace el obispo Manfred Scheuer de Linz, sino “evitar cualquier difamación contra Dios y su Santísima Madre”. Acusó a las autoridades eclesiásticas “que no permiten las críticas” y dijo que actuó “porque frente a esta caricatura abominable y blasfema era necesaria una acción urgente y decisiva”
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