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  • Impuesto a las Ganancias: el “olvido” del sistema que golpea en el bolsillo de 150.000 hogares

    » Clarin

    Fecha: 04/07/2024 07:54

    “¿Qué querés que haga, Laura? Más no te puedo pasar. Encima este mes me recontra mataron con Ganancias”. Gastón protesta intentando susurrar. Le está dejando los chicos a su ex después de los días con él. El mayor juega con el picaporte del edificio, haciendo que no los escucha. El menor se durmió a upa y su traspaso promete un tensionante roce físico ex conyugal. Pero la tensión es en realidad por dinero. Como el Congreso promulgó la vuelta del impuesto a las Ganancias para los sectores medios, estos tironeos de divorciados de clase media con chicos, tan comunes hasta que el ex ministro de Economía Sergio Massa subió el mínimo no imponible del tributo, prometen volver. Los separados, divorciados o adultos que crían menores en soledad conforman un grupo a veces incomprendido. En lo social, pueden ser excluidos de una salida de parejas porque “van a estar medio colgados” o nadie quiere lidiar con la mochila de problemas del que precisa “rearmarse”. En lo institucional, el Estado no es mucho más contemplativo. Un ejemplo es lo que ocurre con el impuesto a las Ganancias, tributo que, tras la promulgación del paquete fiscal en el Congreso, volverá a pesar en unos 800.000 trabajadores, con varias novedades: además de que se sumó alguna que otra nueva deducción, se tomarán en cuenta para el cálculo impositivo las horas extras trabajadas, los montos tipo “premio” del empleador y el aguinaldo. Sin embargo, otras cuestiones que podrían haber sido actualizadas prometen seguir igual. Por ejemplo, que cada vez que se habla de Ganancias, las posibilidades se reduzcan a "soltero sin hijos" o "casado con hijos". No hay lugar (es decir, un impuesto lógico para este segmento) para quienes encabezan hogares monoparentales, impositivamente igualados a los casados o convivientes con hijos. Los separados que encabezan un hogar monoparental tienen muchos más gastos que los que viven en pareja y tienen hijos. Foto: Shutterstock Por cierto, los "sin hijos" pagarán el impuesto si su sueldo bruto supera $1,8 millones. Los "con hijos", si pasa los $2.340.000. Si se calcula este último monto después de los descuentos, el sueldo en mano es $1.781.000. Considerando que la mitad de la población no solo no paga Ganancias sino que está bajo la línea de pobreza, parece mucho dinero. Sin embargo, la canasta básica de la ciudad de Buenos -por dar un ejemplo- casi tocó, en mayo, la abultada cifra de $1,3 millones. Casados y solteros, con chicos y sin chicos, según la AFIP Siendo estrictos, la AFIP no habla de “casados” o “solteros”, rótulos de la comunicación periodística. Al organismo le importa si el sujeto alcanzado por Ganacias tiene cargas de familia para deducir o no, y si está al día o es deudor. Con respecto al tema "casamiento", en términos impositivos importa si hay un cónyuge a cargo del contribuyente, situación solo habilitada si la persona a cargo tiene ingresos por debajo del mínimo no imponible: no por mes sino por año. Así como se toma en cuenta esa circunstancia, hay quienes opinan que la nueva normativa podría haber sumado otras, como si el contribuyente vive o no con un adulto económicamente solvente. Un par de ejemplos para graficar lo importante que podría ser esa distinción, por ahora obviada. En un primer escenario hay una persona empleada de una compañía con un sueldo razonable. Está alcanzada por el impuesto a las Ganancias. Vive con sus hijos y su pareja, que gana menos. Comparten los gastos del hogar. Con el nuevo paquete fiscal, unas 800.000 personas volverán a pagar el impuesto a las Ganancias. Foto: Shutterstock En el segundo escenario, esas personas se separan. La que gana más se va de la casa y debe pagar alquiler; rearmarse con muebles y electrodomésticos. Los chicos van y vienen entre las casas. Como esa persona ganaba más que su ex, le pasa dinero en concepto de "alimentos para los chicos", cosa de garantizar que tengan el mismo nivel de vida en los dos hogares. Además deben tener ropa, juguetes y otros etcéteras en las dos casas. La pareja que antes compartía un auto, ahora precisa dos. El viejo tándem paga doble gasto de expensas, doble arreglo de plomería o doble gasto de vacaciones. Ya no hay descuento por "grupo familiar" frente a la prepaga. Algunos separados festejan doble cumpleaños de los chicos. Todo o casi todo lo que se compartía, tiende, ahora, a salir duplicado de los bolsillos monoparentales. Varios estarán pensando: "Pero... ¿y el aporte por alimentos?". Cualquiera que esté en esta situación sabe bien que esa mensualidad ayuda, pero no hace magia. Es inusual que se cumpla con la “canasta de crianza” del INDEC. Por algo se dice que el divorcio empobrece (cuestión que la AFIP no contempla). Por un lado, el que tiene el sueldo más bajo tiende a estar corto de dinero. Todas las estadísticas oficiales y extraoficiales señalan que suele ser mujer, estar más con los chicos u ocuparse de más cosas y, entonces, afrontar más gastos. Por otro lado, para la contraparte -el que se va del hogar- la cosa no es mejor, si tiene que enviar dinero y rearmar, de cero, otro hogar. Cuántas personas crían chicos solas y pagan Ganancias Delimitar la población afectada por este tema no es nada sencillo. Consultado por Clarín, Jorge Colina, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), transmitió algunas cifras propias, en base a datos del INDEC. En los 31 grandes aglomerados urbanos hay 10 millones de hogares, de los cuales unos 2 millones estarían alcanzados por el impuesto a las Ganancias, contó. De ese total, el 5%, unos 100.000 hogares, está habitado por chicos que reciben cuota alimentaria, lo que revela que los jefes o jefas de la casa están, casi seguro, separados. Pero son cifras tentativas que pueden tener un subregistro (por separaciones no declaradas o en las que nadie aporta "alimentos") o un sobreregistro, ya que podría haber nuevos adultos convivientes. Tomadas como cifras posibles y proyectadas a todo el territorio nacional (14,5 millones de hogares), serían en total unos 150.000 hogares. Cuánto pagarán por Ganancias las personas con hijos En comparación a como era antes de que Sergio Massa eliminara Ganancias para los sectores medios, el paquete fiscal que acaba de aprobar el Congreso junto con la Ley Bases estableció un formato progresivo (con más escalones que antes) para quienes están alcanzados por el impuesto. Así, calculó el contador, periodista y especialista en temas fiscales José Luis Ceteri, “una persona con dos hijos y un sueldo bruto (o sea, antes de los descuentos) de $2,1 millones ($1,7 millones en mano), pagará solo $2.000 mensuales. Pero si gana $2,2 millones, pagará $9.000, y $19.000, si gana $2,3 millones”. Los gastos ligados a una separación con menores involucrados no están contemplados por la AFIP. Foto: Shutterstock En tanto, si el bruto llega a $2,4 millones, de Ganancias se podrían pagar unos $32.000 por mes. Y serán hasta $47.000, si gana $ 2,5 millones”. Es decir, algo más de $2 millones en mano. Los montos de Ganancias explicitados podrían ser menores si se deducen ítems como prepaga, colegio o personal doméstico, entre otros. A la inversa, el sueldo -como se dijo- podría ser mayor, ya que desde ahora se computarán los premios por desempeño, el aguinaldo, feriados trabajados y horas extras. Para Ceteri, “en adelante cada uno tendrá que evaluar muy bien si le conviene que le aumenten el sueldo o que le paguen horas extras, en función de cómo vaya variando el impuesto a las Ganancias”. Una solución al peso de Ganancias en los hogares monoparentales Colina es de los que creen que, bien implementado, el impuesto a las Ganancias debería aplacar las desigualdades sociales que existen. Ahora bien, ¿es justo que quienes llevan un hogar monoparental paguen lo mismo que las parejas convivientes? Colina fue clarísimo: “La solución al problema es simple: en lugar de tomar los ingresos de la persona para el cálculo del impuesto a los ingresos, se deberían tomar los ingresos del grupo conviviente. En algunos países de Europa es así”. Si fuera así, siguió, “una divorciada o divorciado con dos hijos pagaría menos de Ganancias que un grupo conviviente con dos generadores de ingresos y dos hijos”. Eso sí, opinó, la cuota de alimentos por los chicos que paga a su ex el que tiene un sueldo superior o pasa menos tiempo con ellos “debería deducirse del ingreso imponible”. El edificio de la Administración Federal de Ingresos Públicos AFIP. Lo último no ocurre hoy. Aunque Colina explicó que "el criterio de las deducciones de Ganancias es, en teoría, deducir todo lo que la persona usa para generar el ingreso en cuestión”, una persona que por ejemplo pasa a su ex $300.000 en concepto de alimentos, no tiene cómo deducir ese monto, incluso cuando parte de ese dinero podría destinarse al pago de una niñera que les permita a los padres ir a trabajar. Si esa niñera fuera empleada formal del que provee alimentos, la deduciría de Ganancias. Colina recordó que también se puede deducir "aquello que implica un ahorro para el Estado, como el colegio privado (uno no usa la vacante de la escuela pública), la prepaga (uno no usa el hospital público) o los aportes a un seguro de retiro (es una suma a la futura jubilación). Pero esto queda muy a la decisión discrecional del formulador de la política monetaria”. Esa política, Ceteri la definió como “inflexible”: “Si soy médico y estoy en relación de dependencia de un hospital y me aplican Ganancias, el pago de la matrícula no se puede computar dentro de la retención. Al igual que con los hogares monoparentales, hay muchos ejemplos en los que la ley hace agua y el sistema no permite demostrar situaciones particulares”.

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