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» Clarin
Fecha: 03/07/2024 06:10
Al principio, pensaba que era algo que me pasaba a mí sola. Me resultaba vergonzoso y no daba para charlarlo con otros lectores. A lo largo de los años, mis bibliotecas en Kindle y en Google Play fueron creciendo al son de “compro libros digitales para no tener este despelote de libros físicos en casa”. Por cierto, suena creíble; cada rinconcito de mi casa florece de libros, los placares, incluidos los de la cocina y el lavadero. Por donde uno camina en mi breve casa, una pila de libros surgió del suelo. Un poco el escenario de Last of us sólo que en lugar de hongos come cerebros, hay libros. Por eso, la excusa de comprar libros digitales parecía sincera. Incluso cuando me suscribí a una biblioteca de pago, Bookmate. Una plataforma de libros que funciona más o menos como Netflix: ofrecen el material, una lo lee, queda en la nube del lector. No se puede descargar jamás. Fuera de esta manía por los libros, yo soy como las demás personas. Trabajo durante el día -muchas veces en crear contenidos editoriales- y mi tiempo de lectura se reduce. Llego a la noche muy cansada, me tomo una copa de vino y quiero ver una serie o una película. Mis horarios para la lectura son a la mañana temprano -cuando estoy con poco trabajo – o al atardecer . Sin embargo, suelo estar tan dispersa que cuando trato de leer un libro en pantalla, mi concentración es muy lábil. En fin, que cuando llego a alguna de estas bibliotecas digitales, lo que hago es TAPPING, golpeteo un libro y otro para abrirlo y evaluar cuál me atrae más. Como cuando pasamos una hora buscando una película en Netflix. Con la ayuda de Dios, hallo el libro que más o menos me interesa y por supuesto, no leo ni un tercio de él. Y al otro día ese pobre libro digital fue “un rollo de una noche”, porque ni siquiera lo recuerdo. A la larga, el resultado es que mi nube en las bibliotecas es pesadísima -es una nube de tormenta- y ralentiza la memoria de los dispositivos. Conclusión: convivo en mi mente con una serie de libros fragmentarios que estaban buenos pero… ¿qué hice con ese libro?
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