04/07/2024 22:07
04/07/2024 22:07
04/07/2024 22:06
04/07/2024 22:06
04/07/2024 22:04
04/07/2024 22:03
04/07/2024 22:03
04/07/2024 22:03
04/07/2024 22:03
04/07/2024 22:03
» Clarin
Fecha: 02/07/2024 18:21
Atrajo sorprendentemente poca atención el último encuentro del G7 en Italia, a pesar de la presencia inédita tanto del presidente Milei como del Papa. Ignorar lo que va ocurriendo en este bastión del orden internacional liberal es desconsiderar las preocupaciones de los demócratas en el incierto mundo actual. Aunque represente apenas el 10% de la población, este exclusivo grupo de democracias, de tres continentes, concentra el 50% de la riqueza global. La libertad puede no ser predominante en el mundo, pero es indudablemente el valor que proporciona mayor bienestar al ser humano. Y la base del G7 es precisamente compartir valores, como lo evidencia la extensión de la declaración final. El texto, ausente en los noticieros, refleja las prioridades de los demócratas en tres áreas fundamentales: paz y seguridad, desarrollo y amenazas emergentes, ofreciendo una especie de guion sobre las duras batallas por enfrentar en el concierto de las naciones. En cuanto a la paz y la seguridad, Ucrania sigue ocupando un lugar destacado. Se presenta no solo como un conflicto armado entre dos países, sino como un enfrentamiento entre democracia y autocracia que urge vencer. Para defender la soberanía de un país, tal como se define en el derecho internacional, y para desincentivar futuras agresiones contra el territorio de la libertad. En realidad, el tema de Ucrania tiene dos aspectos y una contingencia. Se desarrolla entre la condena inequívoca de la agresión rusa y la demanda de que el invasor pague los daños causados, estimados a la fecha por el Banco Mundial en 486 mil millones de dólares. La contingencia, el elefante en el salón, es la posibilidad de que el crucial apoyo estadounidense a esta causa pierda fuerza tras las elecciones presidenciales de noviembre. En otro ámbito surge la cuestión de Gaza, donde la declaración del G7 confirma que se trata de un asunto de competencia prácticamente exclusiva de la Casa Blanca. Tanto es así que solo se expresó apoyo a la posición del presidente Biden, en busca de un difícil equilibrio entre el legítimo ejercicio de autodefensa de Israel y sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario. Por otro lado, se repite una mención que forma parte de los comunicados del G7 desde 2022: la preocupación por el estrecho de Taiwán. En otras palabras, el temor a que China pueda invadir ese territorio, donde se produce más del 90% de los chips de alta tecnología. Sobre el desarrollo, se alude a otro tema central para nuestra vida colectiva que ha pasado desapercibido en los medios argentinos: el preocupante retraso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según el último monitoreo, solo el 16% de las metas de los Objetivos están en camino de alcanzarse para 2030, con un progreso estancado desde 2020 debido en gran medida a la pandemia. Y entre los aspectos que ha experimentado retrocesos significativos figura uno de los pilares de la democracia: la libertad de prensa. Correspondió al Papa y fue la voz del argentino la que pidió intervención política para garantizar que los seres humanos mantengan el control sobre las decisiones influenciadas por la inteligencia artificial, así como para solicitar normas y códigos de conducta internacionales capaces de regular esta tecnología. En fin, la reunión de líderes del G7 es anual. Prestemos atención, al menos una vez al año, a lo que dicen las mayores democracias mundiales. En particular, cuando nuestro propio país tiene un papel tan activo y diferenciador en los trabajos.
Ver noticia original
.gif)
 (1).jpg)
Examedia © 2024
Desarrollado por