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  • La médica que desafió a su época: fue a la guerra, usaba pantalones y promovió el voto femenino

    » Clarin

    Fecha: 02/07/2024 08:18

    Una mujer camina por la calle con un abrigo largo y pantalones. Es el año 1866 en Nueva York. A esa mujer, que desafía las normas sociales, la arrestan. Al uso de una prenda “para hombres”, ella le suma el ejercicio de una profesión también masculinizada y en un contexto bélico, ahí donde van a pelear los varones. Se trata de Mary Edwards Walker, una de las pocas mujeres cirujanas durante la Guerra de Secesión de los Estados Unidos (1861-1865), que ha atendido heridos en medio del campo de batalla. Pionera en una sociedad hostil para las mujeres que no seguían el modelo doméstico y se aventuraban en profesiones y conductas no aceptadas, recibe la Medalla de Honor del Congreso de los Estados Unidos. Pero, la todavía fuerte resistencia social frente a estos cambios hará que en 1917 ese reconocimiento le sea revocado. Mary había nacido en la ciudad de Oswego, Nueva York, el 26 de noviembre de 1832. Fue la menor de siete hijos en la familia formada por Alvah y Vesta Walker, que rompió con los cánones tradicionales de la época. Sus padres, devotos cristianos y librepensadores, los criaron de manera igualitaria, sin imponer diferencias en los roles de género. La madre se ocupaba de labores pesadas del campo y el padre realizaba las tareas de la casa. Este ambiente progresista influyó en el desarrollo del espíritu independiente de Mary y su sentido de justicia. Alvah y Vesta fundaron la primera escuela gratuita de Oswego en la década de 1830, y allí cursaron sus hijos los estudios primarios. Para la formación superior, Mary y dos de sus hermanas mayores asistieron al Seminario Falley en Fulton, Nueva York, una institución que promovía la reforma social moderna en materia de género, educación e higiene. Fue allí donde Mary reforzó su determinación de desafiar los estándares femeninos. El día de su boda, vistió una falda corta con pantalones debajo y se negó a la palabra "obedecer" en sus votos. Mary Edwards Walker: debajo de la falta usaba pantalones. Matrimonio en pantalones Como lectora voraz de los libros de anatomía y fisiología de su padre, Mary fue forjando su interés por la medicina. Trabajó de maestra para financiar los estudios en el Syracuse Medical College, donde en 1855 se graduó con honores. Había sido la única mujer en las aulas. En esa misma época, con casi 23 años, Mary se casó con Albert Miller, un compañero de estudio. El día de su boda, ella vistió una falda corta con pantalones debajo, se negó a la palabra “obedecer” en sus votos y mantuvo su apellido. Juntos pusieron un consultorio en el pueblo de Roma, en el estado de Nueva York, pero enfrentaron dificultades dado el poco respeto y confianza que se tenía hacia las médicas mujeres. Un tiempo después, y debido a una infidelidad de Miller, el matrimonio se disolvió. Mary contó con varios rechazos en su haber. Fue suspendida mientras asistía al Bowen Collegiate Institute (luego, Lenox College) en Iowa, por negarse a renunciar a la sociedad de debate de la escuela, que hasta su ingreso había sido exclusivamente masculina. Y al estallar la Guerra de Secesión, cuando se postuló como cirujana oficial para el Ejército de la Unión (que proponía la abolición de la esclavitud), fue rechazada por mujer. Se postuló como cirujana oficial para el Ejército de la Unión, pero la rechazaron por ser mujer. Arrestada por espía A cambio le ofrecieron participar como enfermera (más afín a las mujeres), pero ella declinó la oferta y propuso sus servicios como voluntaria y se convirtió en la primera cirujana mujer de esa fuerza militar. Durante el conflicto, sirvió en la Primera Batalla de Bull Run y en el Hospital de la Oficina de Patentes en Washington D.C. Trabajó también como cirujana de campo no remunerada cerca de las líneas del frente de la Unión, en la Batalla de Fredericksburg y en Chattanooga, tras la Batalla de Chickamauga. En septiembre de 1863, Walker fue empleada como Cirujana Asistente Contratada (civil) por el Ejército del Cumberland, uno de los principales entre los que pertenecían a la Unión, y luego fue asignada a la 52ª Infantería de Ohio. Durante su servicio, cruzaba frecuentemente las líneas de batalla para tratar a civiles heridos. El 10 de abril de 1864, fue capturada por las tropas confederadas (pro esclavistas) y arrestada como espía después de ayudar a un médico confederado a realizar una amputación. Fue enviada a Castle Thunder en Richmond, Virginia, hasta su liberación en un intercambio de prisioneros el 12 de agosto de 1864. Después de la guerra, Walker recibió una pensión, que fue incrementada por discapacidad debido a una atrofia muscular parcial sufrida durante su encarcelamiento. Por entonces, se dedicó a escribir y a dar conferencias sobre la atención médica, la templanza, los derechos de las mujeres y la reforma del vestuario femenino. Como siempre respetó su voluntad de vestirse según sus preferencias, sufrió frecuentemente varios arrestos por usar ropa de hombre. Mary Edwards Walker fue una promotora del voto de la mujer. Mary recibió un reconocimiento en 1977, muchos años después de su muerte en 1919. La lucha por el voto Walker fue miembro del Central Woman’s Suffrage Bureau en Washington, D.C., y recaudó fondos para dotar de una cátedra a una profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Howard. En 1871, se quiso registrar para votar pero fue rechazada. Su postura inicial era que las mujeres ya tenían el derecho de votar y que el Congreso solo debía promulgar una legislación habilitante. Pero con el tiempo esta posición cambió y se promovió la adopción de una enmienda constitucional. Como Walker no apoyó esta modificación, cayó en desgracia dentro del movimiento sufragista. Mary nunca desistió de sus primeras rebeldías y vestía pantalones con tirantes bajo un vestido hasta la rodilla. Pero estas conductas trascendieron lo personal y Mary fue ganando fama por su campaña a favor de la reforma del sistema de la moda femenina. Sin atender a las críticas y burlas, convencida de que la vestimenta debe ante todo propender la libertad de movimiento y circulación, criticaba los vestidos largos y las numerosas enaguas por tratarse justamente de prendas que apretaban e incomodaban a los cuerpos femeninos. Le solicitó al Gobierno un breve retroactivo o una comisión para validar su servicio en el frente. El presidente Andrew Johnson ordenó al secretario de Guerra, Edwin Stanton, que estudiara el asunto. Si bien Johnson otorgó personalmente a Mary la Medalla de Honor, en 1917 su nombre fue eliminado de los registros junto con otros 900 destinatarios. Mary recibió un reconocimiento en 1977, muchos años después de su muerte en 1919. Respetando su estilo de vida, fue enterrada en un funeral sencillo, pero con una bandera de su país sobre el ataúd y vestida con un traje negro. Y acorde a su existencia de reconocimientos y negaciones, fallece un año antes de que se aprobara la Decimonovena Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que garantizó a las mujeres su derecho al voto. Su trayecto deja un legado duradero en la práctica de la medicina y en la lucha por la conquista de derechos. Tanto sus provocaciones como su empeño y determinación rompieron barreras y abrieron el camino para futuras generaciones de mujeres en campos dominados por varones.

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