Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Soledad y relaciones: en la actualidad, ¿cada vez se tiene menos sexo?

    » El dia La Plata

    Fecha: 30/06/2024 11:42

    “Hay menos sexo y más soledad”, aseguró una sexóloga reconocida en el país. Es que, durante los últimos años, algunos expertos se refirieron a una tendencia alarmante: las personas están teniendo cada vez menos espacio para ‘intimar’. Esta disminución en la actividad sexual no solo se observa a nivel global, sino que también afecta de manera significativa a la sociedad argentina. Varias razones subyacen a este fenómeno, y explorarlas permite entender mejor los cambios sociales y culturales que están moldeando nuestra vida íntima. “No tengo tanta estadística, pero dicen que es así. En el documental ‘El dilema de las redes sociales’ plantean que es la primera generación que está expuesta a la imagen todo el día, y que es la que menos citas y mayores problemas de alimentación tiene. Eso es sexualidad. Una de las principales derivaciones que hago es por trastornos de imagen corporal. Las nuevas generaciones están todo el día mirándose, poniéndose filtros, y a la vez tienen disponibilidad de personas al alcance de un dedo, es todo descartable. Atiendo gente de 25, 28, 30 que nunca tuvo situaciones íntimas porque le da terror”, opinó la sexóloga Cecilia Ce —mencionada en el primer párrafo—, sobre qué hay de verdad en que los millennials tienen menos sexo que todas las otras generaciones anteriores. Una de las principales razones detrás de la disminución de la actividad sexual puede estar relacionada con el estrés. En Argentina, la presión laboral, las dificultades económicas y la incertidumbre política contribuirían a un estilo de vida acelerado que deja poco espacio para la relajación y el disfrute personal. El estrés crónico no solo afecta la salud mental, sino que también tiene un impacto directo en el deseo sexual y la capacidad de disfrute. La omnipresencia de la tecnología y las redes sociales también juega un papel crucial en esta tendencia. Aunque las aplicaciones de citas han facilitado la conexión entre personas, paradójicamente, también han llevado a una despersonalización de las relaciones. Las interacciones virtuales muchas veces sustituyen el contacto físico real, lo que puede resultar en una menor frecuencia de encuentros sexuales. Además, el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir puede afectar la calidad del sueño y, en consecuencia, el deseo sexual. Las dinámicas de las relaciones también están cambiando. Las expectativas sobre el amor, el matrimonio y el sexo han evolucionado considerablemente. En Argentina, al igual que en muchas otras partes del mundo, cada vez más personas optan por la soltería o las relaciones no convencionales. Este cambio de paradigma puede llevar a una menor frecuencia de relaciones sexuales tradicionales, ya que las personas buscan diferentes formas de conexión y satisfacción personal. La salud mental es otro factor importante. La depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales están en aumento, y estos pueden tener un impacto significativo en la libido y la actividad sexual. En Argentina, la accesibilidad a servicios de salud mental sigue siendo un desafío, lo que agrava el problema. La pandemia de COVID-19 también exacerbó los problemas de salud mental, contribuyendo a una disminución en la frecuencia de la actividad sexual. Explican la “baja” en la cantidad de relaciones sexuales por el aumento de la soledad / Pexels La disminución de la actividad sexual tiene múltiples implicancias para la salud y el bienestar de las personas. El sexo no solo es una fuente de placer, sino que también tiene beneficios comprobados para la salud física y mental. Por lo tanto, abordar las causas de esta tendencia es crucial para mejorar la calidad de vida de la población. UN ESTUDIO RECIENTE Los encuentros íntimos, una de las actividades más placenteras y esenciales del ser humano, evolucionan con el tiempo y la edad. A menudo, la frecuencia y la calidad de la vida sexual varían significativamente a lo largo de las distintas etapas de la vida. Un reciente estudio del Instituto Kinsey para la Investigación del Sexo, la Reproducción y el Género, con sede en Rosario, Argentina, ha arrojado luz sobre esta realidad al analizar las características de la vida sexual de parejas en diferentes rangos de edad. El estudio revela datos fascinantes sobre la frecuencia de los encuentros sexuales y cómo esta cambia con los años. En la juventud, cuando la vida sexual comienza, la alta producción de hormonas impulsa una mayor frecuencia en los encuentros íntimos. Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento de las responsabilidades, esta frecuencia tiende a disminuir. Según los resultados del estudio, la frecuencia de la actividad sexual varía considerablemente con la edad. Las parejas de entre 19 y 29 años tienen en promedio 112 encuentros sexuales al año, lo que equivale aproximadamente a dos veces por semana. Esta es la etapa de la vida con mayor actividad sexual, impulsada por la abundancia de hormonas como la testosterona y el estrógeno. En la siguiente década, entre los 29 y 39 años, la frecuencia disminuye a 86 encuentros sexuales al año, un promedio de 1.6 veces por semana. Factores como el desarrollo profesional y las crecientes responsabilidades personales comienzan a afectar el tiempo y la energía disponibles para la intimidad. Luego, entre los 39 y 49 años, la actividad sexual disminuye aún más, con un promedio de 69 encuentros al año, es decir, alrededor de una vez cada semana y media. Las responsabilidades laborales, el cuidado de los hijos y el manejo del hogar contribuyen a esta reducción. Una sexóloga refirió que tuvo pacientes que tenían “terror” a las “situaciones íntimas” El estudio identificó varios factores que explican por qué la frecuencia de los encuentros sexuales disminuye con la edad. A medida que las personas envejecen, asumen más responsabilidades laborales y personales. Esto incluye carreras profesionales más exigentes, el cuidado de los hijos y las tareas del hogar, todo lo cual reduce el tiempo y la energía para la intimidad. La energía tiende a disminuir con la edad, lo que puede hacer que las personas se sientan demasiado agotadas para mantener una vida sexual activa después de un largo día de trabajo y otras obligaciones. Las parejas con hijos reportan mayores dificultades para encontrar tiempo y privacidad para los encuentros íntimos. La necesidad de cuidar a los niños y la preocupación de ser descubiertos añaden barreras adicionales. Contrario a lo que podría pensarse, el estudio reveló que los matrimonios mayores de 30 años tienden a tener encuentros sexuales con más frecuencia que las parejas no casadas. El 34% de los matrimonios en este rango de edad reportó tener intimidad de dos a tres veces por semana. Esto sugiere que, a pesar de los desafíos, muchas parejas casadas logran mantener una vida sexual activa y satisfactoria. A pesar de las dificultades para mantener una vida sexual frecuente con el paso del tiempo, los beneficios de la intimidad son numerosos y bien documentados. Los expertos en sexualidad destacan varios efectos positivos de los encuentros sexuales regulares. La actividad íntima y los orgasmos liberan oxitocina, dopamina y serotonina, hormonas que promueven la felicidad, la calma y la relajación. Esto explica por qué las personas suelen sentirse de buen humor después de un encuentro sexual. La actividad sexual regular ayuda a fortalecer el sistema inmune, lo que puede resultar en menos enfermedades y una mejor salud general. El sexo regular puede ayudar a contrarrestar los síntomas de la menopausia y la perimenopausia, ofreciendo alivio de las molestias asociadas con estas etapas de la vida. La actividad sexual ha demostrado ser efectiva para disminuir la frecuencia e intensidad de los dolores de cabeza, proporcionando un alivio natural del dolor. El estudio del Instituto Kinsey ofrece una visión profunda sobre cómo la vida sexual de las parejas cambia con la edad. Si bien es natural que la frecuencia de los encuentros íntimos disminuya con el tiempo, los beneficios de mantener una vida sexual activa son numerosos y significativos. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a las parejas disfrutar de una intimidad satisfactoria a pesar de las responsabilidades y los desafíos que conlleva el envejecimiento. Mantener la comunicación abierta, dedicar tiempo para la intimidad y valorar los beneficios de una vida sexual activa pueden ayudar a las parejas a navegar por las diferentes etapas de su vida sexual con éxito y satisfacción. OTRAS VERSIONES Y PERFILES DIFERENTES En un mundo cada vez más conectado, paradójicamente, las personas parecen estar experimentando una mayor soledad en sus relaciones íntimas. Estudios realizados en América Latina confirman una disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales entre parejas, mientras que la autoestimulación ha visto un incremento notable. En Argentina, esta tendencia tiene características únicas, marcadas por un aumento en el consumo de fármacos como los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, popularmente conocidos como Viagra, en sectores más adultos. No se trata solo de placer, también existen beneficios comprobados para la salud Según un informe de hace algunos años de la Federación Latinoamericana de Sexología (FALSEES), la frecuencia de las relaciones sexuales entre parejas y matrimonios ha disminuido considerablemente. En contraste, la autoestimulación ha alcanzado niveles impensables en los últimos años. Sin embargo, los especialistas aseguran que esta práctica no solo es “sana” sino también beneficiosa, ya que permite a las personas explorar y reconocer sus propios estímulos placenteros. Adrián Sapetti, de la Asociación Argentina de Sexología Humana (SASH), sostuvo, en una nota con Infobae, que este fenómeno no ha afectado significativamente la vida sexual de los argentinos. “La masturbación es algo que se da toda la vida, pero no considero que esté reemplazando a las relaciones sexuales, sobre todo porque las ventas de Viagra indican todo lo contrario”, afirmó Sapetti. Este medicamento, utilizado para tratar la disfunción eréctil, ha visto un incremento en su consumo, lo que sugiere que las relaciones sexuales siguen siendo una parte importante de la vida de muchas personas. Según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), en 2019 se vendieron alrededor de 500 millones de dólares en Viagra, la mitad del máximo que Pfizer llegó a facturar por ese medicamento en un solo año (2.051 millones de dólares en 2012). Desde entonces, la “pastilla azul” de Pfizer vendió un promedio de 1.800 millones de dólares por casi 20 años seguidos. La autoestimulación ha ganado un papel protagónico en la vida íntima, no solo como una práctica solitaria sino también como parte del juego erótico en las parejas. Sapetti explicó que esta práctica se ha convertido en un escape para muchos hombres casados que buscan una vía para lidiar con la monogamia sin recurrir a la infidelidad. “Las parejas siempre pasan por etapas de no atracción, en las que el hombre prefiere mantener sexo virtual con una chica Playboy, con la actriz de una película o con una modelo que ve en un magazine o por Internet”, señaló. Sin embargo, advierte que mientras la falta de atracción puede ser solucionable, la pérdida total del deseo es mucho más complicada de revertir. Se busca diferentes formas de conexión y satisfacción personal / Pexels Históricamente, los hombres han sido más propensos a la masturbación que las mujeres, aunque cifras recientes indican un cambio en esta dinámica. La inserción social, cultural y jerárquica de las mujeres a fines del siglo XX ha permitido que la autoestimulación femenina se normalice y se acepte más abiertamente. Sapetti recordó que, en el pasado, las mujeres que se masturbaban eran estigmatizadas y muchas veces consideradas “locas” o relegadas socialmente. Hoy en día, gracias a la exploración personal y a la educación sexual, muchas mujeres enseñan a sus parejas cómo tocarlas y alcanzar el placer. El trabajo de sexólogos y grupos feministas ha sido fundamental para desterrar mitos y tabúes sobre la sexualidad femenina. La anorgasmia, un problema que antes se consideraba insuperable, es ahora completamente tratable gracias a una mayor comprensión de la anatomía y la psicología sexual femenina. “La mujer de hoy ha logrado una exploración sobre sí misma que le permite no solo alcanzar el placer, sino también compartir ese conocimiento con su pareja”, comentó Sapetti. A pesar de los avances, la autoestimulación sigue siendo un tema rodeado de mitos. Sapetti aclara que la “adicción a la masturbación” es solo un mito y que, aunque las mujeres han comenzado a practicarla con mayor frecuencia, los hombres continúan superándolas en cantidad. Factores como la exposición anatómica de los genitales, la influencia de la testosterona y las normas culturales contribuyen a esta diferencia.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por