Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Edgar Morin: cerca de los 103 años y con una novela bajo el brazo

    » Clarin

    Fecha: 16/06/2024 10:49

    Se llama El año perdió su primavera (L’année a perdu son printemps), es la novela que acaba de publicar Edgar Morin en Francia en la editorial parisina Denoël. “Arroja luz sobre la construcción psicológica, intelectual y política de uno de los más grandes pensadores de nuestro tiempo”, explica la editorial en la presentación del libro. Recordemos y subrayemos, el notable e histórico filósofo y sociólogo francés tiene 102 años. Y en julio cumple 103. Alain Touraine lo llamaba: “El pensador planetario”. Morin escribió inicialmente esta historia cuando sólo tenía 25 años, allí cuenta la vida del protagonista Albert Mercier, con quien el propio Morin comparte muchas similitudes. “No se lo mostré a nadie. Sabía que tenía suficiente inteligencia para trabajar en las ciencias humanas, pero dudaba de tener el talento de un novelista. Por otro lado, no quería herir ni entristecer a mis padres”, se justifica el autor en la introducción. Nació el 8 de julio de 1921 en París como Edgar Nahoum. Estudió en la Sorbona y en la Universidad de Toulouse. Licenciado en geografía e historia y en derecho en 1942, cursó posteriormente estudios universitarios de sociología, economía y filosofía. Entonces estalló la Segunda Guerra Mundial y abandonó esos cursos. Fue militante de la resistencia francesa contra la ocupación nazi y, más tarde, miembro del Partido Comunista Francés hasta 1951, año en que fue expulsado por su antiestalinismo. En los tiempos de la clandestina lucha contra el nazismo adoptó el seudónimo de “Morin”. Su alejamiento del Partido Comunista Francés y sus críticas abiertas al marxismo ortodoxo le valieron tanto admiración como rechazo en diferentes círculos intelectuales. Además, sus ideas sobre la educación y la reforma del pensamiento crítico han generado debates intensos, especialmente en el ámbito académico francés. Morin ha sido acusado de ser demasiado utópico en sus propuestas, mientras que otros lo consideran un faro de esperanza en un mundo en crisis. Después vino una carrera académica intensa, una obra frondosa y una trascendencia que se prolongó largamente en el tiempo. Recibió cerca de 20 doctorados Honoris Causa, uno de ellos de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, en Argentina. Su carrera como escritor de ficción estuvo apenas insinuada. Esta es su segunda novela. La primera, de 2017, fue La isla de Luna y también se trataba de un escrito de juventud encontrado, cuyo héroe tenía el mismo nombre la segunda: Albert Mercier. En el caso de la segunda novela, se pensó durante mucho tiempo que el manuscrito se había perdido, a lo largo de sus mudanzas. Sorpresa: borradores y hojas mecanografiadas dormían en sus archivos entregados en 2001 al Instituto Memorias de la Edición Contemporánea (Imec). En desorden e incompletos. Edgar Morin es hijo único, huérfano de madre a los 10 años. Edgar Morin y su editora trabajaron entonces para reconstruir la coherencia y los pasajes faltantes. “Empecé a amar esta novela, incluida su escritura”, cuenta el autor. Lecciones de un siglo de vida, de Edgar Morin. El prolífico autor publicará además el 12 de junio, una Conversación con Edgar Morin, que es una larga entrevista con la revista Zadig. Morin es uno de los filósofos más conocidos de Francia, famoso por su enfoque interdisciplinar, en el que integraba ideas de diversos campos para comprender sistemas complejos, desarrollando el concepto de “pensamiento complejo”, que hace hincapié en la interconectividad de los distintos elementos y rechaza los enfoques simplistas y reduccionistas de la comprensión de la realidad. Estos últimos años lo encuentran por demás productivo. En 2021 publicó sus memorias Lecciones de un siglo de vida, y un año después ¡Despertemos!, un llamado alarmante contra los peligros que amenazan la humanidad. En 2023 editó el ensayo geopolítico De guerra en guerra: de 1940 a Ucrania. No descansa, publicó en enero una nota de opinión en Le Monde titulada: “Frente a la policrisis que atraviesa la humanidad, la primera resistencia es la del espíritu”. Allí sostenía y advertía que “Con el aumento de las guerras, el cambio climático y el auge de los regímenes autoritarios, el mundo puede estar abocado al desastre, pero debemos resistir al odio” “¿No es medianoche en nuestro siglo?”, se pregunta. Y argumenta: “Actualmente hay dos guerras en curso. La de Ucrania ya ha provocado la movilización de la ayuda económica y militar de gran parte del mundo, y el conflicto se radicaliza y amenaza con extenderse. Rusia no ha conseguido anexionarse Ucrania, pero mantiene las regiones rusoparlantes antes separatistas. El bloqueo ha debilitado parcialmente a Rusia, pero también ha estimulado su desarrollo científico y técnico, sobre todo en el ámbito militar. La guerra ya ha tenido consecuencias de gran alcance: La creciente y variable autonomía del Sur frente a Occidente y el estrechamiento del bloque Rusia-China. Un nuevo hervidero bélico se encendió en Oriente cercano tras la masacre de Hamás del 7 de octubre de 2023, a la que siguió el mortífero bombardeo israelí de Gaza. Esta matanza, unida a los actos de persecución en Cisjordania y a las declaraciones anexionistas, despertaron la latente cuestión palestina. Demostraron la urgencia, la necesidad y la imposibilidad de descolonizar lo que queda de la Palestina árabe y crear un Estado palestino”, dictaminó. “El pensamiento se ha vuelto ciego”, concluía.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por