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  • La alegría de Damián: "Es el primer Día del Padre en el que somos familia de verdad"

    Parana » Ahora

    Fecha: 16/06/2024 10:48

    No será éste un domingo más para Damián. A los 45 años, tras un arduo y emocionante proceso que “valió la pena”, se prepara para festejar el Día del Padre junto a M., su hijo, con quien hace poco más de un año tuvo la suerte de formar una familia. “Es el primer Día del Padre en el que somos familia de verdad, no sólo los fines de semana”, cuenta en diálogo con AHORA . Es que el año pasado ya tuvieron la oportunidad de compartir esta jornada tan especial, pero aún no convivían. Entonces todavía atravesaban el proceso de vinculación por el cual pasaban solamente los fines de semana juntos, hasta que poco después pudieron empezar a construir sus vidas en el mismo hogar. Damián Reca tiene 45 años, trabaja en el Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi) y en el área de Educación Especial del Consejo General de Educación (CGE). Además, es dirigente deportivo del Atlético Echagüe Club de Paraná y colabora con la Federación Argentina de Deportes para Ciegos. Es un fanático y fiel seguidor de River Plate y entre sus deseos está el poder volver a la cancha con “el enano”, como llamará cariñosamente en varias oportunidades a su hijo. Si no le preguntan de manera puntual, en las conversaciones nunca surge el tema de la discapacidad. “Para mí es lo más natural. Convivo con esto”, dice. Embed - Ahora Tv on Instagram: "DÍA DEL PADRE: FAMILIA MONOPARENTAL Damián Reca decidió adoptar a un chico de 10 años, y cuenta su experiencia como padre soltero. “Nunca pongo mi discapacidad por delante de nada. No considero que sea un impedimento”, mencionó Damián, cuyo deseo de ser padre comenzó en el año 2021. La construcción de un vínculo con su hijo, las dificultades, las cuestiones que más lo sorprendieron, las diferencias, y que “hay un montón de primeras veces”, son algunos de los puntos que Damián expresó. Descubrirse en el rol de padre a los 45 años, y con un hijo de 10 que lo eligió, son algunas de las sensaciones que nos expresó en la nota. Leela completa en ahora.com.ar Feliz día del padre #padre #diadelpadre #papa #papas #entrevista #adopcion" View this post on Instagram A post shared by Ahora Tv (@ahoratvok) -¿De dónde surge el deseo de ser padre y cómo fue el proceso de adopción? -Esto de la adopción arranca a mitad de la pandemia. Yo lo había pensado mucho antes, pero a partir de ahí seriamente. Nosotros estábamos yendo mucho con la filial de River y otra ONG al hogar Ángeles Custodios, más que nada a festejar cumpleaños y demás. Y de un día para el otro nos enteramos que el hogar cerraba y a los nenes los destinaban a distintos hogares de la provincia. Ahí dije, qué loco, cómo para el Estado son un número y a partir de cierta edad van pasando de un hogar al otro, separando hermanos. En aquel momento no entendía el por qué, y pensé que era un buen momento para intentar ser padre de algún niño de entre cinco y once años, que suelen ser aquellos que menos posibilidades tienen de salir de esos lugares. Más que nada por un concepto erróneo que tiene todo el mundo, de que vienen con una historia y suele ser más compleja la crianza después. A fines de 2021 Damián presentó el formulario de adopción y durante el año siguiente llevó adelante las entrevistas, unas “cinco o seis”, calcula. “Ya para marzo de 2023 inicié el proceso de vinculación con quien hoy es mi hijo”, relata. Al momento de hacer la presentación, Damián no estaba en pareja y dejó en claro su deseo de formar un hogar monoparental. Eso no fue en modo alguno un impedimento: “A la hora de iniciar los trámites estaba solo, sin pareja, y los registros de adopción contemplan la posibilidad de una familia monoparental como una posibilidad. No es requisito estar en pareja para adoptar. Tampoco tener una casa de lujo. Ellos evalúan si estás apto para paternar”, explica. -¿Estuvo presente en este proceso la cuestión de la discapacidad? Posiblemente haya prejuicios o miedos al respecto. -Yo no puse en la solicitud que soy una persona con discapacidad, porque no lo considero un impedimento. Sí lo plantée en las entrevistas. Si consideran que una persona con discapacidad no puede, les dije, yo no avanzo con las entrevistas. Pero, como en ninguna cuestión de la vida, yo no puse la discapacidad por delante de nada. Yo sé que tengo una discapacidad, convivo con una discapacidad, pero no es una cosa que me planteé al momento de hacer nada. Para mí es lo más natural. Convivo con esto. -¿Cómo fue cuando te llamaron para conocer a quien hoy es tu hijo? -A mí me llamaron de la ciudad donde estaba este niño… me dijeron "tiene tantos años, él te quiere conocer, tenés que ir a la residencia donde vive". Y el que decide si se avanza o no es el menor. Vos podés tener todo el deseo, pero si el niño no quiere seguir, se corta. Generalmente quien es más escuchado es el menor. -¿Cómo fue ese tiempo? -Estuve viajando a la ciudad donde él vivía unos cuatro meses, todos los fines de semana. Los primeros dos meses iba los fines de semana y volvía. Después, yo lo buscaba y veníamos a Paraná, pasábamos fines de semana, feriados, mi cumpleaños, su cumpleaños. Y después el lunes lo llevaba de nuevo a la ciudad donde estaba viviendo. Era una locura. Ocho horas de viaje, entre ida y vuelta. -Valió la pena… -Ahora que lo pienso sí, valió la pena. Hay momentos en que por las distancias da un poco de ganas de tirar la toalla, pero porque es mucho desgaste. La convivencia En julio del año pasado Damián y M. empezaron a vivir juntos, y hoy, con casi un año de convivencia, esperan la resolución judicial que otorgue la paternidad definitiva. Desde entonces son muchas las cosas que comparten, principalmente vinculadas al deporte: hoy “el enano” practica fútbol y básquet, y ambos son fanáticos de River. La banda roja no es un detalle más en esta historia. Cuando le pedimos a Damián que nos comparta por Whatsapp algunas imágenes que ilustren este vínculo paternal, llegan dos fotos: la primera es una torta de River, con la que recientemente festejaron el cumpleaños número diez de M., y la segunda es la mochila de la escuela, también del club de sus amores. TORTA Y MOCHILA.jpg -Seguramente como en toda relación hay cosas que revisar o trabajar, ¿cuáles son? -Hay un montón de cosas que trabajar, sobre todo la confianza, en gente que la ha perdido. Hay días en que está todo bien, como en toda familia, y días en que no nos hablamos, por las dudas. Encima los dos somos geminianos. Generalmente los primeros tiempos son muy buenos, después hay momentos donde se choca un poco más, él es casi adolescente. Pero siempre se soluciona. De los dos lados puede existir la tensión, como dos personas que recién se conocen. Hasta dónde hago, qué hago, qué le molesta, y qué le gusta. Eso se va descubriendo, en este rol de padre. -¿Qué te llamó la atención o sorprendió en este tiempo de ir conociéndose? -Uno comparte muchas cosas. Cuando yo lo conocí, era un niño con la cabeza de un niño más grande, casi de un adulto. Al ir sintiéndose más cómodo, él volvió a ser un niño, volvió a jugar. A tener conductas de niño. Y para mí eso fue muy fuerte. -Tenés un hermano que tiene hijos, ¿Ya se conoció M. con sus primos? -Sí, se conocieron en las Fiestas del año pasado, que viajamos a Buenos Aires. Era muy gracioso, porque mis sobrinos, como todo niño de Buenos Aires, son puro celular y Netflix, y él los fue a revolucionar. Con mis amigos también, siempre la mejor; al principio un poco tímido y después se fue soltando, como todo niño. -Tu hijo llegó a Paraná a mediados de año, habrá sido un proceso complejo el de la escolaridad. -Fue una cosa compleja, por eso agradezco a la gente de la Escuela Entre Ríos, que el día que fui me abrieron las puertas. Fue un cambio grande para él. Quienes trabajaban la vinculación me dijeron “hoy por hoy la cabeza de él está en otra cosa”, y en la escuela lo entendieron recontra bien. -¿Qué les gustaría o qué tienen pensado hacer en los próximos meses? -Hay varias cosas que tenemos pensadas. No me sale barato el enano. Lo primero que quiso es viajar en crucero, pero no podemos salir del país. Dentro de Argentina nos podemos mover por donde queramos. Ir a ver un partido de River también, pero es complejo porque al otro día hay escuela. El problema es que él quiere un hermano, y le digo que aguante a que nos conozcamos nosotros primero, y afiancemos nuestros lazos, para ver si traemos alguien más a esta familia. Y ahí sí enloquezco del todo. -¿Está esa posibilidad? -Por ahora lo veo verde, pero hubo un tiempo en que no me veía siendo padre, y acá estoy. Damián habla con naturalidad y se propone derribar algunos de los miedos o prejuicios que les surgen a las personas que estuvieron en su situación: “La gente cuando adopta nenes grandes dice ‘pucha, no voy a estar el primer día de clases, no voy a estar en tal primer día’. Y hay un montón de primeras veces y primeros días”, destaca. Antes de terminar, deja una reflexión sobre su presente y el vínculo que fue construyendo en este tiempo: “Lo bueno es que antes de tomar la decisión de ser padre hice todo lo que quise: viajé, fui a recitales y a partidos de River. Y hoy me encuentra en la situación de que me gustaría hacer de nuevo todas esas cosas que hice, pero con él. Es un poco más complejo. Pero es muy lindo todo el tiempo compartir tu historia con otro”.

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