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  • El primer año de Monterrubio en el Córdoba CF: mucho por hacer

    » Diario Cordoba

    Fecha: 16/05/2024 05:49

    El Córdoba CF de Infinity cumple en estos días su primer año bajo la etapa con Antonio Fernández Monterrubio como consejero delegado, el primer dirigente de la era del fondo bareiní en El Arcángel con un bagaje claramente profesional en el mundo del fútbol. El sevillano fue el elegido por Infinity para relevar a Javier González Calvo, entre otros motivos, por su experiencia en el Xerez y, sobre todo, en el Granada, que llegó a jugar Europa League y firmar su mejor actuación deportiva en Primera División en varias décadas. Marca territorio y crea la comisión deportiva Y, desde el primer día en el que llegó a El Arcángel, Monterrubio marcó territorio. A pesar de transmitir en ese primer día (17 de mayo del 2023) en el coliseo ribereño sensación de continuidad, sus movimientos posteriores demostraron lo contrario. Comenzando por el aspecto deportivo, Monterrubio se vio limitado en su maniobrabilidad debido a la renovación efectuada por Javier González Calvo en octubre del 2022 de todo el estamento deportivo: desde el delegado del equipo hasta el director deportivo hasta junio del 2026. Apenas siete meses después de aquella firma, el abogado extremeño salió de la entidad blanquiverde y, lógicamente, todo el grupo referido, dirección deportiva incluida, hizo valer su contrato. Así planteadas las cosas, Monterrubio logró sumar algún asesor deportivo externo del que sólo se supo el nombre de uno: César Sánchez, exportero del Valladolid y Real Madrid, entre otros, y que trabajó, una vez retirado del fútbol, en la dirección deportiva del Valencia. Según el propio Monterrubio, no es el único asesor con el que se consulta algún aspecto deportivo, y por ello creó a su llegada una comisión deportiva, que presidía él “por supuesto” –según manifestó-, para la toma de decisiones en el ámbito competitivo. Antonio Fernández Monterrubio en su primer día en El Arcángel, junto a Juanito y Javi Flores. / CÓRDOBA Es obvio que, desde su llegada, Monterrubio quiso marcar claramente terreno en todos los órdenes y el primero era el deportivo, en el que ya Juanito –mucho menos Raúl Cámara- no tendría la libertad que tuvo hasta entonces. De hecho, se llegó a comentar en el entorno de El Arcángel que el interés de la nueva dirigencia era la salida de todo el estamento deportivo del club, pero el coste de sus rescisiones lo hacía inviable en aquel momento. Cantera Donde sí pudo acometer cambios y ajustes Monterrubio fue en el organigrama de cantera. Monterrubio mandó un claro mensaje a su llegada cuando alguno de los integrantes de la cantera pretendía reunirse con él y éste nunca dio audiencia. La cantera, tal y como se había entendido hasta entonces –sobre todo por su alto coste económico- tenía los días contados y la reestructuración era cuestión de tiempo. Curiosamente, llegó justo tras un viaje de Monterrubio a Baréin. El anuncio, pese a ser relativamente esperado por alguno, pilló con el pie cambiado a otros, porque se entendía que el sevillano dejaría terminar la temporada a David Ortega y Rafa Herrerías. Pero había aspectos que para la nueva dirigencia no se podían dejar pasar. El comentario surgido desde el club, meses antes, es que el coste de plantilla del filial cordobesista de la temporada anterior rozaba el millón de euros. La relación coste-rendimiento deportivo era claramente deficitaria para el Córdoba CF y para Monterrubio había responsables. La política de cantera, ahora bajo el mando de la misma dirección deportiva, con Juanito, Cámara y Javi Flores, parece volver a la de la identidad cordobesa y la intención es que haya jugadores cordobeses en el filial y en el juvenil, política que se abandonó por completo hace un lustro. David Ortega, exresponsable de la cantera del Córdoba CF. / CHENCHO MARTÍNEZ En lo que respecta a la primera plantilla, el Córdoba CF continúa sin estar donde corresponde después de cinco años, cuatro de ellos bajo el paraguas del fondo bareiní, pero también es cierto que desde la llegada de Infinity es la ocasión en la que más cerca ha estado de Segunda División A. Por lo tanto, y a falta de la resolución de la temporada, es indudable que en esta última temporada se ha mejorado. De hecho, es la mejor en la era Infinity. Pero la distancia del éxito al fracaso es tan fina en este aspecto que ni siquiera una buena temporada en Primera Federación consuela, ya que en ese caso el Córdoba CF seguiría estando “descolocado”. Deportivo e institucional En lo institucional, Monterrubio pisó el acelerador desde el primer día. Sus reuniones con el Ayuntamiento han sido constantes y acuerdos que en el pasado fueron desechados o retrasados desde la entidad blanquiverde fueron impulsados por el sevillano. Todo ello desembocó en la aceptación del pliego de cesión de El Arcángel y en la búsqueda –parece que ya cerrada- de terrenos para la futura Ciudad Deportiva del Córdoba CF. Monterrubio, siempre con un perfil muy bajo en lo comunicativo y bastante jerárquico en lo que a relaciones se refiere, ha buscado siempre impulsar las relaciones del Córdoba CF con el tejido empresarial y político y en no pocos apartados lo ha conseguido. De la mano del Ayuntamiento desde su llegada al Córdoba CF, Infinity se ha hecho con una buena red de contactos y relaciones con empresas y asociaciones de la que se ven sus resultados en no pocas acciones del club blanquiverde. José María Bellido y Antonio Fernández Monterrubio, en la gala de entrega de premios del deporte de CÓRDOBA. / A.J. GONZÁLEZ En lo social le queda mucho trabajo aún por delante a Monterrubio. El sevillano ha intentado impulsar un canal de relaciones con los peñistas cordobesistas, algo que no será fácil que cuaje, entre otros motivos, porque el Córdoba CF necesita de alguien –autodescartado él- que mantenga el contacto diario con la masa social o, al menos, tenga claro lo que se necesita mejorar, que no es poco. El eterno cisma dentro del seno de las peñas cordobesistas puede resolverse desde órganos externos, sólo hace falta valor para acometerlo. Ahora mismo, este Córdoba CF es excesivamente vertical y con pocos escalones, por lo que Monterrubio tiene trabajo por delante. Lo primero, algo de lo que carece desde su llegada de manera evidente: tener uno o varios hombres de confianza. Tareas pendientes igual de importantes Quizá sea entonces cuando el propio Monterrubio concluya que no es lo mismo masa social (afición) que ciudad. Otra de las asignaturas pendientes de este Córdoba CF de Infinity es la de llegar a la ciudad, y no sólo por la generación de confianza, transmitiendo continuamente el negocio –que también lo es- que hay en El Arcángel por medio de acuerdos con empresas e/o instituciones. Posiblemente, uno de los problemas en la asistencia al coliseo ribereño sea, precisamente, ese. El de conectar con la ciudad, ya que la afición, con entre 9.000 y 13.000 espectadores, sigue respondiendo. Sólo hay que ver la masa de abonados, de casi 13.000. Pero a este Córdoba CF le sigue faltando Córdoba. Y para que Córdoba acuda a El Arcángel, el Córdoba CF de Infinity, el Córdoba CF de Monterrubio, deberá acudir a los canales de conexión con los cordobeses. Por lo tanto, el balance del primer año de Antonio Fernández Monterrubio es el de clara mejoría en lo deportivo, aunque insuficiente y sorteando los obstáculos encontrados a su llegada, el de salto en lo institucional e instalaciones y, también, el de la asignatura pendiente desde hace casi un lustro: cómo llegar a la ciudad. Para un solo año no está mal en lo que a trabajo se refiere. Pero tampoco en lo que a trabajo pendiente que aún queda. Suscríbete para seguir leyendo

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