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  • El presidente de Fisfe advierte sobre el RIGI: “No hay que olvidarse de las Pymes”

    » El Ciudadano

    Fecha: 06/05/2024 08:50

    Desde la Federación Industrial manifestaron su preocupación por lo aprobado en Diputados y propusieron una serie de modificaciones para no profundizar aún más la crisis del sector. "No nos olvidemos que en los últimos veinte años la mayor inversión privada fue de las pymes", dijo Javier Martín La Ley Bases impulsada por el gobierno y avalada por Diputados, contempla un Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) que recibió objeciones por parte del sector industrial Pyme. Desde la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) consideran necesaria la inversión extranjera pero creen que el texto que recibió media sanción debe ser modificado ya que da lugar a una apertura importadora para grandes firmas en detrimento de la producción nacional. En diálogo con El Ciudadano, el presidente de Fisfe, Javier Martín, se refirió al tema y explicó por qué objetaron el proyecto elaborado en Casa Rosada. “Si vas a invertir cientos de millones de dólares pero te van a traer hasta el último bulón importado, la verdad es que te estás perdiendo la oportunidad de que esa inversión dinamice la economía local”, señaló. El Rigi propone beneficios en el IVA y Ganancias; exenciones en derechos de importación y exportación para proyectos cuyos montos mínimos oscilarían entre 200 millones de dólares y 900 millones en la misma moneda. Permite importar sin aranceles maquinarias e insumos (incluso usados), aun si hay producción local, que enfrenta impuestos más altos. Muchas empresas podrán traer maquinaria usada y obsoleta, generando competencia desleal y sin transferir tecnología a Argentina. Martín también se refirió a la delicada situación que atraviesa el sector industrial, particularmente en Santa Fe, y consideró que si el gobierno nacional no agudiza el ingenio con políticas que ayuden a recuperar el ingreso de los trabajadores, difícilmente haya una recuperación antes de fin de año. Consultado sobre una queja recurrente de industriales pyme, sobre la posición dominante que tienen empresas como Techint y Aluar, no eludió el tema y opinó: “Argentina tiene muchos sectores con monopolios y oligopolios, eso te resta capacidad de acción porque no tenés opciones. Es fundamental que surjan nuevos jugadores, yo preferiría que sean actores nacionales y que se puedan evitar las posiciones dominantes”. —¿Cuál es la principal modificación que plantean para que el régimen incluya a las Pymes? —Las inversiones no solo deberían beneficiarse por un importe, debería haber conceptos que se contemplen como el impacto en el empleo, si se lleva adelante en zonas menos desarrolladas, si va a aumentar las exportaciones. Hay que analizar cual es el impacto positivo para el resto de la economía más allá del monto de inversión. No nos olvidemos que en los últimos veinte años la mayor inversión privada fue de las pymes industriales. Está bien hablar de las grandes inversiones, pero no hay que olvidarse de las pymes. Lo mejor sería eximir de Ganancias a las utilidades que se reinvierten. Si vas a invertir cientos de millones de dólares pero te van a traer hasta el último bulón importado, la verdad es que te estás perdiendo la oportunidad de que esa inversión dinamice la economía local. —¿Cuántas Pymes en el país pueden hacer una inversión de 200 millones de dólares? —Es prácticamente imposible, no hay pyme que pueda invertir ese monto, de hecho no sería una pyme. Si se permite la libre importación sin poner objetivos de inserción en el entramado productivo local, es peligroso. Sería provechosa por ejemplo en el caso de la importación de tecnologías que no se desarrollen en el país. —¿Qué sectores de la industria santafesina pueden beneficiarse con las modificaciones que proponen al régimen? —Muchas industrias santafesinas le venden a esos sectores. No solo a la industria de gas, petróleo y minería, sino también a otro tipo de industria. EL perjuicio sería concreto, muchas firmas locales se perderían la oportunidad de vender importante producto nacional en esos proyectos nuevos. —¿Cuáles son los efectos de la apertura importadora de bienes o productos que compiten con pymes locales? Cualquier apertura indiscriminada no es beneficiosa. El que produce acá tiene desventaja con el que produce afuera, por las asimetrías en costos de logística, por la extensión territorial de Argentina. En otros países el crédito al sector productivo es mucho más accesible, hay países desarrollados que tienen entre el 80% y el 120% del PBI en créditos productivos, Argentina no llega al 10%. También las estructuras tributarias son diferentes. Producir en Argentina es más caro que en el exterior, por eso decimos que abrir sin corregir esas asimetrías sin tomar recaudos, es peligroso, porque significa la sustitución por producción importada. Eso lleva a despidos y cierres. —¿Le serviría a la industria pyme local que el gobierno traslade esa apertura importadora a bienes de uso difundido como los que monopolizan Techint o Aluar? —Argentina tiene muchos sectores con monopolios y oligopolios, eso te resta capacidad de acción porque no tenés opciones. Es fundamental que surjan nuevos jugadores, yo preferiría que sean actores nacionales y que se puedan evitar las posiciones dominantes. En Argentina, más que intentar abrir la importación para la competencia, hay que generar más alternativas de producción local. Había un programa de desarrollo de proveedores (Prodepro) lanzado en 2023, que definía varios sectores estratégicos, donde se trabajó en un programa de desarrollo a largo plazo de proveedores nacionales, sería una pena que se corte ese programa. —En este contexto económico, ¿hay posibilidad de una recuperación del sector para la segunda parte del año? —La situación está muy complicada. Hay ramas que están trabajando muy bien como las vinculadas a gas, petróleo y minería y algo vinculado con el agro. Pero todo lo que depende del mercado interno sufrió un descenso importante en sus niveles de venta. En las alimenticias se vio el traspaso de consumo de primeras a segundas marcas. Evidentemente la pérdida de poder adquisitivo, sumado a aumentos de servicios genera una contracción de la demanda que posterga el consumo de bienes durables. Esa situación llevó a que muchas estén pasando por serias dificultades. Se hace difícil a fin de mes pagar las cuentas. Estamos con suspensiones y es preocupante porque no se ve un rebote en “V”, la gente tiene la capacidad de compra disminuida y nosotros estamos con una capacidad ociosa importante. Hay gente suspendida y gente despedida, con lo cual esa gente no va a salir a comprar. Si no hay algún tipo de política de recuperación de ingresos, nosotros no vemos la recuperación en “V”, va a llevar un tiempo.

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