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  • ¿Superávit en riesgo?: preocupa la caída de la brecha entre ingresos y gasto público

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 30/04/2024 03:27

    Se achica la diferencia entre ingresos y gasto del Estado de manera acelerada. Milei reconoce que en el segundo semestre se pueden dar vuelta los resultados. El Impuesto a las Ganancias y el paquete fiscal claves. Se agota el ajuste y el gobierno tiene que recaudar más para evitar que caíga "la otra brecha" Los mercados tienen puesta su mirada con en una brecha diferente a la del dólar oficial vs. financieros que también se pone en juego el éxito del programa económico de Javier Milei. Se trata de la diferencia que hay entre los ingresos que tiene el sector público , tanto por impuestos como por otro tipo de entradas, y los gastos . Así como en el caso de la primera brecha (dólar oficial contra financieros) es deseable que tienda a desaparecer, porque es señal para una unificación del tipo de cambio, en la segunda (ingresos vs. gasto), el comportamiento debería ser inverso: lo mejor para el plan económico es que se amplíe, que los ingresos superen a los gastos. Pero los datos indican que esta otra brecha se está cerrando. El gap entre gastos e ingresos arrancó este año muy fuerte, con una diferencia positiva a favor de las entradas del 40% , lo que le permitió al ministro de Economía, Luis Caputo, conseguir un superávit fiscal de magnitudes nunca vistas anteriormente. En ese sentido, el presidente Javier Milei reconoció este domingo en una entrevista radial que todos los buenos números de la primera etapa del 2024 se van a dar vuelta en el segundo tramo, algo esperable debido a la estacionalidad del gasto. Esto responde, tal como admitió el mismo Milei, a que el superávit logrado en el primer trimestre tiene un alto componente de postergación de pago de facturas recibidas por el Estado. Sobre todo, en el caso del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), cuya empresa administradora, CAMMESA, acumula una deuda extraordinaria. "Los pagos de Cammesa se van a hacer a mitad de año, en el mes de junio", anticipó el primer mandatario, quien dijo que el desembolso se podrá afrontar debido a que, "a lo largo de lo que son los primeros cinco meses, estamos generando mucho superávit financiero para compensar las partidas de Cammesa y el pago de aguinaldos". En ese sentido, reconoció: "Cuando vengan esos números, operativamente vamos a quedar en déficit. pero, con lo acumulado antes, las cuentas siguen equilibradas". Las dudas del mercado Según señala Martín Polo, estratega en Jefe de Cohen Argentina, los inversores tienen que “analizar la diferencia entre lo que crecen los ingresos respecto de lo que crecen los gastos”. “Si bien el hecho de que este diferencial sea positivo puede ser negativo para la actividad económica, para las cuentas públicas es bueno porque los ingresos caen menos que los gastos”, explicó en una charla. Sin embargo, al analizar el comportamiento del gasto y de los ingresos, señaló que el ajuste que lleva adelante el Gobierno “tiene signos de fatiga”. Un futuro complejo para el superávit “De una diferencia del 40% en enero, entre lo que caen los gastos y los ingresos, ahora estamos en 20 puntos”, explicó. Asimismo, Polo agregó que “que las cuentas públicas tienen mucha estacionalidad y que la última parte del año es la más compleja”. El economista planteó entonces que, “si la brecha baja del 10% en los próximos 9 meses, Argentina va a tener un superávit amarrete y no le va alcanzar el equilibrio fiscal”. En ese caso, dijo que se estima un “déficit del 1,3% del PBI”. Según cálculos de Cohen, si la brecha baja de esa marca, el supéravit primario sería de apenas 0,2%. En Cohen, plantean que, si los ingresos cayeran a la misma velocidad del gasto este año, Argentina podría tener un déficit fiscal primario de 1,5% del PBI y uno financiero del 3,3%. Por ello, Polo indicó que “para tener equilibrio fiscal consolidado la diferencia entre ingresos y gastos no puede bajar del 17%” en lo que resta de 2024”. El economista consideró que si la brecha baja de esa marca “va a haber problemas”. Los asalariados que pagarán lo que falta del ajuste Si hay un problema para el Gobierno en el frente fiscal, no es el achique del gasto sino la caída de la recaudación de impuestos. El mes pasado, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) bajó 28% en términos reales. Ganancias se desplomó un 40% interanual real debido a la eliminación de la denominada “cuarta categoría” y el reemplazo por un gravamen cedular que pagan menos de 1.000 personas. Ahora, con la Ley Bases, el Congreso se apresta a aprobar un paquete fiscal que tiene, entre otras cosas, la recuperación del Impuesto a los Ingresos, que incluirá a unas 800.000 personas que habían dejado de tributar el año pasado. El Gobierno estima que esa medida le puede aportar en el año ingresos por el equivalente al 0,4% del PBI que puede resultar el diferencial. Personas solteras sin hijos que perciban un salario bruto de $1,8 millones personas casadas con hijos que perciban un salario bruto de $2,2 millones estarían en la lista. También el Gobierno espera recuperar ingresos por la Moratoria, que se espera tenga alto nivel de aceptación porque las pymes y los comercios pequeños están siendo seriamente afectados por la caída de la actividad. En un peldaño más bajo iría el impuesto especial por el blanqueo. La suerte del nuevo plan de regularización de activos es incierta, aunque los estudios contables están recomendando a sus clientes que se sumen. No obstante, el gobierno se enfrenta al dilema de subir más los impuestos, en caso de que “la otra brecha” se achique, con lo cual puede profundizar la caída de la actividad, o de buscar políticas de ingresos que estimulen el consumo para que la producción de las pymes no se vaya muy abajo y pierda recursos fiscales por esa vía.

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