Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Contra la guerra en Gaza, las universidades de EE.UU. enfrentan las mayores protestas desde la guerra de Vietnam

    » Clarin

    Fecha: 27/04/2024 16:32

    La noticia se expandió como un rayo entre los jóvenes a través de los teléfonos y redes sociales: la policía de Nueva York había intentado levantar por la fuerza un campamento de protesta propalestino en la Universidad de Columbia, con más de 100 estudiantes arrestados en medio de un caos que sumió al tradicional campus del norte de Manhattan en enorme tensión. Al día siguiente el acampe no solo no había desaparecido sino que se había agrandado en solidaridad con los arrestados. Además, se multiplicaron en todo Estados Unidos. Lo que comenzó 10 días atrás en una de las más prestigiosas casas de estudios del país fue la mecha para que esta semana las manifestaciones y acampes explotaran en otras 60 universidades, con más de 500 detenidos en los últimos días, en un movimiento de protesta que ya se compara con el que se vivió durante la guerra de Vietnam. La orden de ingreso de la policía al campus la emitió la presidenta de Columbia, Nemat Shafik, una economista nacida en Egipto con una extensa carrera en organismos internacionales, que en ese momento estaba en una audiencia en el Congreso en Washington sobre antisemitismo en las universidades. Había intentado negociar con los estudiantes sin éxito y decidió tomar “un paso extraordinario” al llamar a la policía. Pero todo se le vino en contra y la permanencia en su cargo hoy pende de un hilo. Banderas en defensa de los chicos palestinos, en la protesta en ala Universidad de Columbia, en Nueva York, esta semana. Foto: AFP “Estoy horrorizado por la represión de Columbia contra los estudiantes que protestaban en solidaridad con Gaza”, dijo a Clarín Bassam Khaaja, profesor de Derecho de esa universidad. “Los directivos no sólo llamaron a la policía para arrestar a los alumnos que acampaban pacíficamente, sino que también suspendieron a estudiantes en masa sin el debido proceso e incluso los desalojaron de sus viviendas. Hasta ahora, la universidad sólo ha señalado vagas preocupaciones de seguridad. Columbia tiene una larga y orgullosa historia de protestas estudiantiles y esta represión de la libertad de expresión es atroz”, agregó. Motivos de la furia Además de Columbia, campus de las universidades de New York, Harvard, Notre Dame, Texas, Yale, Northwestern, Northeastern, South California, Austin, George Washington, Michigan, Emory y decenas más están al rojo vivo con protestas, tensión con la policía y acampes que brotan como hongos. La mayoría de las manifestaciones se opone a la guerra en Gaza, que ya ha cobrado más de 34.000 vidas, y rechaza el apoyo incondicional del presidente Joe Biden al gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Nentanyahu, que ha lanzado una ofensiva indiscriminada sobre la Franja en respuesta al ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre. Netanyahu acusa a estos jóvenes estadounidenses de antisemitismo. Además, los manifestantes exigen que las universidades dejen de recibir donaciones de Israel y que eliminen las inversiones que mantienen en fabricantes de armas. “Queremos que la universidad pare de invertir en compañías que están participando en el genocidio de palestinos y ganando dinero con ello y dé a conocer sus nombres”, clamó Darialisa Ávila Chevalier, portavoz de los manifestantes en Columbia. La institución de Manhattan cuenta con gran cantidad de alumnos de la comunidad judía y árabe y tiene un programa conjunto con la Universidad de Tel Aviv. El asunto ya tiene impacto económico: al menos un importante donante judío retiró su ayuda diciendo que la universidad no estaba haciendo lo suficiente para proteger a los alumnos. Solidaridad con Gaza, reza el cartel en la Universidad de Columbia, donde comenzó el amplio movimiento de protesta. Foto: AFP ¿Como en la guerra de Vietnam? “Los estudiantes siempre han estado a la vanguardia de los grandes movimientos sociales. El actual contra la guerra de Israel en Gaza es similar al de la guerra de Vietnam, aunque aquél por ahora fue más grande. Pero todavía estamos en las primeras etapas de este movimiento”, dijo a Clarín David Cortright, profesor emérito de Policy Studies de la Universidad de Notre Dame y veterano de la guerra de Vietnam. Durante aquel conflicto, Cortright se unió al movimiento de soldados pacifistas GI y fue uno de los más de mil militares que firmaron un anuncio contra la guerra en el New York Times en 1969. El veterano observa otras similitudes, como que el movimiento actual también se centra “en la complicidad de las universidades y las empresas en la guerra” y que ambos fueron objeto de represión por parte de las fuerzas policiales. “Las protestas de esta escala son raras”, señala. “Grandes movimientos sociales como el que estamos viendo surgen cuando los agravios son tan atroces y el sufrimiento humano evidente es tan severo que los estudiantes no pueden permanecer en silencio”. Cortright resalta una diferencia: la participación de la comunidad judía. “Destacados judíos estadounidenses se encontraban entre los más fuertes opositores a la guerra de Vietnam. Hoy en día, muchos judíos se oponen a la guerra en Gaza, pero su participación es menor. Muchos escuchan cánticos como “del río al mar” como una amenaza no sólo a la existencia del Estado de Israel sino también al propio pueblo judío. Mucha gente siente que entre los manifestantes no hay suficiente simpatía y comprensión por los horrores que tantos israelíes experimentaron durante el ataque criminal de Hamas el 7 de octubre”. La policía arrestó este sábado a decenas de personas que protestaban en el campus de Northeastern University, en Boston. Foto: AP Las autoridades han estado luchando para equilibrar los derechos de libertad de expresión de los estudiantes y la necesidad de proteger a los estudiantes judíos y de desterrar los mensajes antisemitas. Algunas manifestaciones han incluido discursos de odio, amenazas o apoyo a Hamas. La presidenta de la Universidad sigue negociando para que se levante el campamento, pero su liderazgo está hoy muy debilitado. El Senado de Columbia -compuesto por profesores, estudiantes y administradores- votó el viernes una resolución que acusa a la administración de violar los derechos de estudiantes y profesores y pide una investigación sobre el accionar de las autoridades. El campus de Columbia, como el de otras universidades, está vigilado por la policía y nadie puede entrar ni salir sin ser identificado. Muchas clases han pasado a dictarse en forma virtual. Los alumnos que protestan temen ser suspendidos o expulsados y otros tienen miedo de que todo escale. Peligran las ceremonias de graduación en mayo y algunas ya fueron canceladas. María Victoria Murillo, profesora de Ciencia Política y Estudios Internacionales de Columbia, dijo a Clarín que “es realmente tensa la situación en el campus, no porque haya violencia sino por las divisiones entre estudiantes y entre profesores respecto a la protesta. También porque la universidad está cerrada, por lo que es complicado entrar y salir del campus y de nuestros propios edificios con policía en las puertas”. Murillo ve como muy preocupantes las protestas fuera de la universidad porque gritan consignas muy violentas y también apunta que “la campaña de desinformación sobre lo que está ocurriendo que se acentuó porque la universidad no dejó entrar a la prensa al campus". Además, señala, "el arresto de los estudiantes en lugar de generar un proceso disciplinario solo radicalizó a la protesta y sumó a los estudiantes que no necesariamente estaban de acuerdo con el pedido de desinversión, pero están ahí porque sus amigos fueron presos y suspendidos y no pueden entrar a la universidad”. Las manifestaciones cobraron mayor relevancia porque es un año electoral y porque el presidente y candidato demócrata Joe Biden intenta seducir el voto joven para vencer en las elecciones de noviembre al republicano Donald Trump. Demócratas en alerta Los demócratas están en alerta por lo que sucedió en 1968. Aquel año, las protestas en Columbia estallaron en medio de un movimiento nacional contra la guerra de Vietnam que llegó a su pico con enfrentamientos violentos entre policías y manifestantes en la Convención Nacional Demócrata en Chicago ese verano. Los demócratas, que habían estado profundamente divididos sobre la guerra y llevaron como candidato a Hubert Humphrey, finalmente perdieron las elecciones ante Richard Nixon. Hoy, un 61% de los estadounidenses desaprueba el manejo de la guerra por parte de Biden, según promedio de RealClearPolitics. "En los últimos días, hemos sido testigos de acoso y llamados a la violencia contra judíos", declaró Biden en un comunicado. El presidente condenó el "antisemitismo flagrante, censurable y peligroso, que no tiene cabida en absoluto en los campus universitarios ni en ningún lugar de nuestro país". Manifestaciones pro israelíes y contra el antisemitismo, para contrarrestar el amplio movimiento propalestino, en la Universidad de California, en Los Angeles. Foto: AFP Trump, tradicional aliado de la ultraderecha israelí, ha tomado distancia de Netanyahu y ha dicho que la guerra ha desprestigiado a Israel. Visitas al campus Republicanos como el líder de Diputados Mike Johnson y demócratas como la representante neoyorquina Alexandra Ocasio-Cortez han visitado el campus y hablaron con los manifestantes. Ellos dicen que buscaron manifestar su solidaridad, pero muchos estudiantes los han acusado de oportunistas. Respecto a cómo ha impactado las protestas en la comunidad educativa, Helen Benedict, profesora de Periodismo de Columbia dijo a Clarín que “en realidad es la guerra en Gaza la que nos ha afectado tanto a mí como a mis estudiantes, no las protestas". Según Benedict, "los ataques de Hamas el 7 de octubre como la posterior matanza y hambre de los habitantes de Gaza por parte de Israel enojaron mucho a mis alumnos, formaron protestas y han hecho que muchos de nosotros, como profesores, tengamos que encontrar la mejor manera de abordar estos horrores con nuestros estudiantes mientras les enseñamos y los hacemos sentir libres para que puedan hablar”. En las aulas, cuenta Benedict, “a veces la discusión se ha vuelto tensa, pero muchos de mis colegas y yo creemos que este es un momento de aprendizaje y enseñanza para todos nosotros, y que debemos recordar que la libertad de expresión no significa sólo con lo que estamos de acuerdo”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por