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  • Santiago Mignone: “Para que haya recuperación, se le deben dar al Gobierno las herramientas legislativas que necesita”

    » La Nacion

    Fecha: 26/04/2024 00:24

    Escuchar Santiago Mignone es el nuevo presidente del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y desde ese lugar muestra optimismo por el camino que ha emprendido Javier Milei. Considera que se han logrado objetivos que para la actual gestión son inquebrantables, como la eliminación del déficit fiscal y el corte de la emisión monetaria, pero opina que para lograr el despegue todavía falta algo más. “Para que haya recuperación, hay que darle al Gobierno las herramientas legislativas que necesita para llevar a cabo sus medidas”, dijo. El ejecutivo, que viene trabajando como director de IDEA desde hace una década y formó parte de su Comité Ejecutivo en los últimos tres años, comentó, además, que en el próximo Coloquio, que será el número 60 y se realizará el 16,17 y 18 de octubre de este año, en Mar del Plata, se tratarán muchos de esos temas que estuvieron siempre en la agenda empresarial y que, según su visión, el actual Gobierno tomó en cuenta. En efecto, el encuentro que tendrá como presidenta a Gabriela Renaudo, group country manager de Visa Argentina y Cono Sur, constará de cinco ejes temáticos. “El primero, la reinserción de la Argentina en el mundo con una serie de propuestas con respecto a lo que tenemos que cambiar para hacer que el país sea más competitivo. Luego, un eje sobre empleo y las reformas que necesitamos trabajar en este sentido para que también desde el sector empresarial seamos mucho más competitivos y sumemos al desarrollo sostenible del país. El eje fiscal, el eje institucional y el eje social con foco en la educación y cuáles son las herramientas que necesitan construir nuestros jóvenes y futuras generaciones para que haya más empleabilidad”, enumeró Mignone. –¿Qué cabe esperar de su gestión como presidente de IDEA? –Creo que mi elección tiene que ver con una mirada de continuidad, de consolidar aquellas cosas que vienen funcionando bien y aceptar los desafíos que impone la agenda actual. Este año ya estamos trabajando para el próximo Coloquio, más de 70 CEO están conformando todas las células. Será una suerte de continuidad del encuentro del año pasado, que se llamó “Argentina, volvámonos a ilusionar”, y la idea es que de la ilusión pasemos a los hechos. Entonces empezamos a instalar una agenda que tenga más que ver con lo empresario y no tanto con las cuestiones gubernamentales; es decir, que tenga que ver con la productividad y la competitividad. –¿Cómo ve la relación del empresariado con el gobierno de Javier Milei? –Nosotros tenemos diálogo razonable con el equipo de gobierno, en las distintas áreas. El Gobierno tiene una mirada liberal del Estado, con lo cual no tiene una mirada corporativa de diálogo permanente, pero sí hay un buen trato. Además, ha tomado mucho de la agenda que nosotros venimos proponiendo. Por ejemplo, la reforma laboral que se está tratando ahora o alguno de los temas fiscales. Ahí coincidimos no solo en el diagnóstico, sino también en la aplicación de las medidas concretas. –¿Cree que solo una parte del empresariado está alineada con Milei? –Creemos en la institucionalidad, con lo cual pensamos que el diálogo tiene que formar parte de la agenda pública, somos actores de ese diálogo, no creemos en la cercanía que tiene más que ver con un tinte partidario que con una agenda empresaria. Queremos posicionarnos dentro de la discusión en lo que es una agenda empresaria. Entonces, para eso armamos propuestas, sino que además lo que queremos es discutir o demandar una macroeconomía ordenada. Entendemos que ahora se está en el medio de ese ordenamiento. Y después habrá que empezar a trabajar en una agenda que tenga que ver con la competitividad y la productividad de la economía y de nuestras empresas. Esa es la forma de generar riqueza y crecimiento, que es lo mejor que podemos hacer por la sociedad. –¿Cree que se está ordenando la economía? –Está claro que el Gobierno tomó ciertas decisiones que parecen ser inquebrantables. Una es eliminar el déficit fiscal y la otra es dejar de emitir moneda. Está cumpliendo esos dos objetivos. Eso provoca una caída de la inflación, en un proceso donde además hay que reacomodar precios relativos. Estamos en el medio de eso, con algún impacto recesivo, que es inevitable, porque no hay ordenamiento macroeconómico sin un período de trago amargo. Pero esto es necesario, porque sin ese ordenamiento es imposible pensar en un rebote de la economía. Ahora, todavía falta resolver el aspecto cambiario y la eliminación de impuestos distorsivos que afectan la actividad económica. Santiago Mignone es el nuevo presidente de IDEA Mauro Alfieri –¿Qué falta para resolver estos aspectos? –Están faltando las herramientas legislativas para darle continuidad o aceleración a ese proceso. Esto tiene que ver, al menos, con los temas fiscales y laborales que se están discutiendo hoy en el Congreso. Después hay otra serie de reformas que hay que consolidar y que tienen que ver con la desregulación que fue por DNU, pero a nosotros los DNU nunca nos gustaron. Primero porque constitucionalmente no está reglamentado de acuerdo con el espíritu de la Constitución, y segundo porque puede ser dado vuelta por otro DNU. Mientras que la legislación implica acuerdos y los acuerdos dan sostenibilidad. Pero sin dudas que hoy el Ejecutivo está respetando esos objetivos que se planteó, con una botonera de urgencia, porque no tiene los instrumentos legislativos que ha pedido. A cuatro meses de Gobierno se torna necesario que el Poder Legislativo otorgue eso, para poder llevar adelante las políticas para las cuales fue votado. –¿Cuándo habla de resolver la cuestión cambiaria se está refiriendo a la eliminación del cepo? –Sí. Ahora, eso está relacionado con lo fiscal, porque para salir del cepo hay que eliminar el impuesto PAIS, que es horrible y totalmente distorsivo, pero que hoy financia gran parte del gasto del Estado. Además, hay una cuestión de solvencia del Banco Central que lo transmiten los propios funcionarios de Economía y que ellos tendrán su propia evaluación. –¿En la cuestión laboral que están pidiendo ustedes? –Creemos que las reformas que se debaten en el Congreso, tanto del oficialismo como del radicalismo, tienen aspectos positivos. El punto más crítico a resolver y que creo que están todos de acuerdo es todo lo que tiene que ver con la litigiosidad laboral, que está basada en las multas que multiplican la indemnización por dos o por tres y que no van al Estado, sino que van al empleado o al abogado del empleado. Lo mismo con la actualización de las deudas laborales, que es la discusión de la capitalización de intereses que se dio en los últimos meses, que nosotros venimos exponiendo y forman parte de lo que dije antes de que el Gobierno lo está tomando. –¿Cuáles son los otros temas de su agenda tomó el Gobierno? –En los dos coloquios anteriores tratamos como tema central la reducción del gasto público, toda la cuestión de la auditoría de los fondos fiduciarios y todo lo que tiene que ver con la inserción de la Argentina en el mundo, que se relaciona además con solucionar el tema cambiario. No se puede pretender comerciar con el mundo con todo el ruido cambiario que tenemos hoy acá. –¿Les preocupa que lo que sucedió con las prepagas –que fueron obligadas a retrotraer sus aumentos de cuotas– pueda ocurrirles a otros sectores? –Estas son todas peleas coyunturales, que están en medio de un proceso complejo de reordenamiento de precios relativos y que afectan más o menos el ahorro de las familias. A mí me gusta ver las cosas en un período más largo, porque en el corto plazo siempre va a haber algo de fricción o contradicción, porque se está dentro de un proceso tremendamente tensionante. Las prepagas tenían un atraso significativo en sus precios producto de la hiperregulación que sufren algunos sectores. Yo tiendo a pensar que esto es algo táctico y coyuntural que una cuestión de razonamiento que uno podría proyectar. El juego sigue. –¿Cómo analizan el impacto que tiene el ajuste de tarifas en las empresas? –Repito, en un proceso de reacomodamiento de precios relativos siempre habrá tensiones. Está en el funcionario el tiempo que le pueda dar a las empresas para minimizar ciertos impactos. En lo que sí estoy convencido que hay que proteger es a los sectores sociales que están por debajo de la línea de la pobreza. Ahí también hay mucho de informalidad laboral; por eso a mí no me gusta analizar los temas de forma aislada, sino que creo que hay un conjunto de cosas a resolver. El tema impositivo es uno de ellos, porque las tarifas tienen un componente impositivo que las encarece, con lo que se podría no aumentar esas tarifas si el Estado bajara el gasto y compensara esos impuestos. Entonces, la discusión es muy compleja. Por supuesto, no se puede vivir con tarifas ficticias. Eso no quiere decir que haya que corregirlo de hoy para mañana, pero hay que hacerlo. –¿Cuál es la forma de empezar a solucionar estos problemas, entonces? –La única forma de salir es corrigiendo, estabilizando la macroeconomía e incentivando el crecimiento. Eso es inversión, pero antes que todo hay que dar estabilidad de normas y sustentabilidad de las políticas. Ahí volvemos a los instrumentos legislativos que necesita el Gobierno para consolidar sus medidas. Hablo de consensos básicos. Si hay consenso de que la estabilidad fiscal es un valor, de que la inflación hay que bajarla, de que el actual sistema cambiario no sirve, de que hay sectores que van a dinamizar la economía a partir de la exportación, ¿por qué no lo hacemos? En ese sentido, tengo una expectativa positiva sobre lo que puede pasar con el Pacto de Mayo. –Pero ¿usted cree que hay consenso en el diagnóstico? –Creo que hay un consenso bastante amplio, porque los tres candidatos que tuvieron mayor posibilidad de llegar al Gobierno hablaban de equilibrio fiscal, de reducir la inflación y de que el sistema cambiario no podía seguir así. Ahora, ¿cómo lo hacemos? Yo digo, ganó uno. Al menos, hay que darle los instrumentos para que haga lo que propone, con los controles necesarios, por supuesto. –Si eso se diera ¿usted proyecta un despegue de la economía? –Yo creo que la Argentina tiene enormes posibilidades de que se produzca un despegue, porque tiene recursos naturales y humanos extraordinarios. Tiene lo que el mundo compra: minería, energía, agroindustria modelo en el mundo, economía del conocimiento de excelencia y turismo. Es decir, que hay como mínimo cinco sectores que dan razones para creer. Ahora, hay que darles el marco jurídico y reglamentario para que eso despegue. Eso es estabilidad macroeconómica y un horizonte de reglas de juego estables. Si se quiere atraer más inversión, hay que mejorar las leyes laborales, eliminar o reemplazar los impuestos distorsivos, etc… –¿Qué opina sobre el ajuste que se está haciendo en el Estado? –El Estado tiene que redimensionarse, de eso no hay duda. Primero, porque hay un exceso de regulaciones, con lo que detrás de cada regulación hay una oficina. Segundo, porque el gasto estatal y la cantidad de empleados públicos se ha incrementado de manera excesiva. Y tercero, por una cuestión de sentido común: la Constitución dice que la salud, la educación y la seguridad dependen de las provincias. Ahora, en las estructuras de gobierno ve que estas tres áreas están superpuestas en cada jurisdicción; entonces, hay lugares para ajustar y reestructurar de acuerdo con las responsabilidades de cada nivel del Estado. En cuanto al despido de empleados, no se puede hacer aisladamente, sin llevar a cabo otras soluciones de la economía. Tensiones va a haber siempre, pero hay que recapacitar, reubicar y demás. Todo esto funciona si hay contención para los sectores sociales afectados; pero tampoco se puede seguir viviendo con el nivel de gasto público actual. –Se le suele criticar al empresario argentino que no quiere competir y exige ser protegido. ¿Qué opina sobre so? –Nuestra agenda es de competitividad y productividad. Estamos en favor de la competencia. Por supuesto que en el tránsito hay que manejar los tiempos para no causar más perjuicio que los beneficios que se generan. Pero el objetivo es la competencia, y no solo la interna, sino la competencia con el mundo. Temas Comunidad de Negocios

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