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  • Los nuevos secretos del Palacio Barolo y una forma diferente de ver el primer rascacielos de Latinoamérica

    » Clarin

    Fecha: 23/04/2024 07:01

    Icono indiscutible del patrimonio porteño construido, el Palacio Barolo siempre tiene algo nuevo para revelar. Y el haz de luz de su faro es una guía para redescubrirlo desde diferentes puntos de la Ciudad. Su mito dantesco y su inspiración masónica, un disparador de debates. En una noche de otoño, con un cielo nublado, el dramatismo de la iluminación y sus formas aseguran un impacto visual definitivo. ¿Nunca dejará de sorprender? ¡Nunca dejará de sorprender! En una Ciudad que casi a cada día inaugura un nuevo circuito de visitas guiadas, en la que los miradores se suman a una forma de conocer lo que no se ve desde las veredas, un nuevo rooftop permite descubrir una perspectiva inédita del Barolo, el genial edificio diseñado por el arquitecto italiano Mario Palanti. Inaugurado en 1923, se construyó en solo cuatro años y fue el edificio más alto de Buenos Aires. Desde 1997 es Monumento Histórico Nacional. Mole de hormigón, el Barolo tiene sus puertas abiertas: es posible atravesar su galería -que va de Avenida de Mayo a Hipólito Yrigoyen- hacer recorridos por el interior del edificio, visitar su bar y restaurante e incluso subir hasta su faro. Y lo mejor aún, ingresar al faro, sentarse y ver cómo funciona y cómo luce la Ciudad desde las alturas. Lo que ocurre con este nuevo rooftop es que permite una perspectiva diferente. Se encuentra ubicado justo frente al Barolo, en Avenida de Mayo al 1300. Se trata de un edificio privado. Además del Barolo, permite vistas hacia las dos cúpulas rojas de La Inmobiliaria, la del edificio del INADI -en San José y Avenida de Mayo- y una mirada cenital sobre un edificio no tan conocido pero bellísimo: la ex casa central de las máquinas de coser Singer (hoy es un hotel). El maestro de ceremonias en la terraza Cumbre de Mayo es el arquitecto Fernando Carral. Es el encargado del mantenimiento del Barolo y además fue quien restauró el faro, que estuvo inactivo 40 años. Reveló a los presentes un hallazgo en las entrañas del Barolo: mientras realizaban tareas en un conducto de un antiguo incinerador, encontraron cartas, diarios de 1922 (con el edificio aún en obra), catálogos de maquinas de coser, atados de cigarrillos, cajas de fósforos, latas de sardinas, zapatos. "El túnel del tiempo", sintetizó. Las cúpulas rojas de Avenida de Mayo, edificio de La Inmobiliaria. Foto Clarín Sorprendió a muchos de los presentes contando algunas otras cosas del edificio, como por ejemplo, que la fachada es asimétrica. La vista engaña. Puede que la grandilocuencia de la torre principal distraiga un poco a quien la mira; hipnótica. La iluminación de la fachada luce especialmente las volumetrías que lo caracterizan. Cuenta Carral que en otras épocas, la falta de mantenimiento obligó a que se quitara mucha ornamentación: desde gárgolas, hasta maceteros y racimos de uvas. No podía faltar el debate sobre el mito dantesco. Carral es de los que piensa que tiene más simbología masónica. No adhiere tanto a la idea de que Palanti se inspiró en la Divina Comedia, de Dante Alighieri. "El intangible del valor de los edificios", aportó uno de los más de 50 presentes en el evento. "De lo que no hay dudas es que el arquitecto burló las normas de la época porque se excedió en altura y necesitó una excepción a lo que era el código de edificación", aportó otro. Además del Barolo, uno de los edificios que causó sorpresa fue el actual Tango de Mayo Hotel. Como se dijo, fue originalmente una tienda, la de las famosas máquinas de coser Singer. A diferencia de todos los edificios vecinos, tiene enormes ventanales de hierro y vidrio. Entre los invitados para la inauguración de este rooftop estaba Willy Pastrana -de la Asociación Art Nouveau de Buenos Aires, recientemente nombrado como Personalidad destacada de la cultura por la Legislatura porteña- que explicó que la Ciudad posee la mayor colección de edificios de este estilo en todo el continente. En primer plano, la cúpula del INADI; detrás una de las dos que tiene La Inmobiliaria; y más allá la del Palacio del Congreso. Foto: Matias Martin Campaya "Los arquitectos que llegaron aquí crearon libremente, dejaron volar la imaginación. Pese a que el Art Nouveau no era academicista, justamente es un estilo que rompe las academias (por ejemplo, el academicismo francés), en Europa se seguían lineamientos. Aquí no, por eso la mezcla de ornamentación y de estilos encanta y sorprende a todos. Mi top tres de Art Nouveau son: Confitería del Molino, la Galería Güemes y la Casa Calise de Virginio Colombo", dijo Pastrana a Clarín. Previo al Barolo, el ex Singer fue inaugurado en 1913, obra de otro arquitecto italiano Fausto di Bacco. Entre copas de vino y una picada -y mientras todos los presentes esperaban la sorpresa lumínica protagonizada por el faro- el investigador Alejandro Machado dialogó con este diario sobre la enorme difusión que fue ganando el patrimonio y la diversidad de visitas y miradores que se han popularizado en los últimos tiempos: "Hay alrededor de 300 cuentas que tienen la palabra Buenos Aires en su perfil. Y hay un boom de caminatas, que no solamente las hacen guías de turismo, sino arquitectos e investigadores, entre otros. A lo que se suma el éxito de estos miradores. Creo que se está viviendo un momento único", aportó quien es conocido en redes como @cronistadetuciudad El haz de luz del faro ilumina una de las cúpulas sobre la Avenida de Mayo. Foto: Clarín Machado no es fanático de las leyendas vinculadas a los edificios: "Prefiero la realidad, alcanza y sobra para atraer a la gente", dijo. Otro de los edificios que puede ser visto desde otro ángulo es el de La Inmobiliaria. Definitivamente sus dos cúpulas de color rojo son una singularidad sobre la Avenida de Mayo. La iluminación del palacio Barolo y su faro, a pleno desde una terraza ubicada enfrente Foto: Clarín El autor del edificio es otro italiano, Luis Broggi. Y se inauguró exactamente para los festejos del Centenario de la Patria. Carral contó que el color rojo de las cúpulas responde simplemente al hecho de que estan pintadas con un impermeabilizante. Pero originalmente eran negras. Entre las décadas del 60 y el 70 la falta de mantenimiento se cobró el revestimiento de pizarra. Debieron ser removidas porque comenzaron a desprenderse. Esto terminó revelando el zinc que había debajo de las pizarras. Este zinc se pintó con un impermeabilizante de color rojo y así se transformaron en un sello distintivo. La foto de la foto, desde el rooftop sobre Avenida de Mayo, una vista impredible del Barolo. Foto: Matias Martin Campaya En medio de una charla distendida y unas copas de vino, se pudo ver el Barolo desde otro punto de la Ciudad. Foto: Matias Martin Campaya Los cupulines (o linterna) están confeccionados en zinc. Alguien en la terraza recuerda que hace más de 30 años, el que se encuentra en la esquina de Sáenz Peña, fue alcanzado por un rayo, en medio de una tormenta. Fue desmontado y trasladado a un taller, en donde se logró restaurarlo y luego fue recolocado; para fortuna de los participantes de esta visita y del enorme acervo de esta avenida. "Mirar el faro", la visita. Aún sin fecha, se sabe que la próxima apertura de este rooftop (@cumbredemayo) sería en junio. La lista de espera ya está abierta, hay que mandar un mail a visitascumbre@gmail.com

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