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  • Gabriela Cassano: "En un momento de tanto negacionismo tenemos que seguir hablando de Memoria, Verdad y Justicia"

    Parana » Inventario22

    Fecha: 16/04/2024 08:14

    “Transfiguración significa modificar la esencia de algo”, cuenta la artista Gabriela Cassano mientras recorre su propia muestra homónima en el Palacio Belgrano Otamendi, en San Fernando. Como si abriera las puertas de su hogar, la espesura del tiempo se materializa en las cartas de amor de su padre, en las fotografías familiares, en los pañuelos blancos, en una muñeca de trapo, en el vestido de novia de su madre Ofelia Cambiaggio, de inconfundible nombre shakespereano, que ella rescata y reconstruye. Alicia, Ana Lía y Gabriela, ella y sus dos hermanas, son tres niñas en blanco y negro que miran el futuro sin sospechar que la mayor, Alicia, sería secuestrada y asesinada por la dictadura cívica militar en 1977. La obra de Cassano, una y otra vez, condensa las vibraciones del pasado en el presente porque ahora hay dos hermanas y una ausencia que siempre duele. Si los asesinatos fueron atroces -vuelos de la muerte y fusilamientos-, la imposibilidad del duelo, en ausencia de los cuerpos, es inhumana. El cuerpo de Alicia, enterrada como NN en el cementerio de Lomas de Zamora, fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2010. Cassano empezó a trabajar con la flor nacional, la flor de ceibo. “En un momento de tanto negacionismo tenemos que seguir hablando de Memoria, Verdad y Justicia”, subraya la artista, que estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y completó su formación pictórica con los maestros Aníbal Carreño y Carlos Cañás. “Anahí era una indiecita guaraní que fue capturada por los españoles. Ella quería escapar porque era rebelde y no quería ser sometida, y por eso mató al guardia. Entonces la ataron a un árbol y la prendieron fuego. Anahí tenía una voz hermosa y cuando la estaban prendiendo fuego ella se puso a cantar. A la mañana siguiente apareció la flor de ceibo, que es el árbol de la resistencia y de la lucha”, resume la leyenda y reflexiona sobre los temas que aparecen en su obra. Así como habló del nacimiento de las Madres de Plaza de Mayo, que pasaron de lo privado a la lucha colectiva en Como piedra en el estanque, la exposición que presentó en 2023 en el Centro Municipal de Arte de Avellaneda (CMA), ahora está convencida de que hay una urgencia que no se puede soslayar. “Si no conocemos nuestra historia, nunca vamos a avanzar. Las nuevas generaciones tienen muchas dificultades con la historia. Me pasa con mis hijos cuando empiezo a contarles algo y dicen: Mamá, ¡Eso ya pasó! No existe el ya pasó porque el pasado deja un sedimento en nosotros y esa herida es fundamental. Si la gente no tuviera la historia tan borrada, Milei no sería presidente”. La voz de Cassano, lejos de la estridencia, se modula desde la preocupación por un presente político que resulta agobiante por donde se lo mire. Al ingresar a la primera sala, un video sobre los libros “El derecho” preludia la Transfiguración, muestra curada por Jorgelina Girotti en el Palacio Belgrano Otamendi, una de las joyas arquitectónicas más importantes de la provincia de Buenos Aires, construido por la familia Belgrano en el siglo XIX, que pasó por muchas manos, fue abandonado y vandalizado, el macrismo amenazó con demolerlo para hacer del terreno un negocio inmobiliario y se pudo recuperar gracias al activismo de los vecinos. En una vieja frazada se despliegan libros cerrados con candados, libros recortados, agujereados y parcialmente destruidos. “Los militares fueron el brazo armado del poder económico que quiso imponer un cambio en la política de la Argentina porque los trabajadores tenían derechos y vivían bien. Yo nací hace 69 años y vi cómo mi papá pudo estudiar en la universidad pública y se recibió de médico, a pesar de que era el noveno hijo de una familia de inmigrantes. Había movilidad social y la gente tenía derechos. Eso es lo que yo viví no es una historia que me contaron”, aclara en su rol de testigo de esa movilidad social ascendente. "Los represores se están muriendo y no terminan con el pacto de silencio. Cuando dicen hay que olvidar, ¿cómo te vas a olvidar? ¿Te vas a olvidar que tuviste un hijo y que nunca más supiste qué pasó con él? ¿Cómo te podés olvidar de una cosa así? ¿Qué nos están pidiendo?”, pregunta Cassano y agrega que además lograron implantar el prejuicio de que la militancia es una “mala” palabra. “Tenemos el derecho de reclamar si no queremos que nos dejen sin cultura y sin ciencia”. Desde su obra, la artista alerta sobre el peligro que implica arrasar con derechos que fueron distintivos en la constitución del país. “La ciencia y la educación es lo que nos hizo diferentes en Latinoamérica. La gente podía ir a la escuela, a la secundaria y a la universidad, y eso cambiaba todo”. “Giratoria” es una chapa de metal calada con hombres y mujeres jóvenes que están flotando o bailando, como si estuvieran en un limbo. La pintura “Suspendidos” retoma los personajes de “Giratoria”. Indómita, una palabra que se destaca sobre una de las paredes, es lo contrario de domado. Cassano piensa en esa palabra para expresar la lucha de los militantes desaparecidos. La técnica con la que está marcada la palabra indómita es el gofrado. Los cincuenta pañuelos de las madres, esos triángulos blancos con figuras suspendidas en el aire, las mismas que se ven al comienzo del recorrido, están concentrados en una especie de “tender de pañuelos”. “Exvotos” es una instalación bellísima. Como si cayeran del cielo, aparecen colgadas esa suerte de ofrendas paganas, pequeños bolsillos en donde hay fotos familiares y otros objetos atesorados, como las cartas de amor que su padre le escribió a Ofelia. “Mi papá era un poeta”, lo define su hija en un reconocimiento póstumo no exento de nostalgia de un mundo en el que ella todavía no había nacido. La segunda gran instalación dentro de la muestra es “La espesura del tiempo”. Dos telas de gual sublimado contienen imágenes en blanco y negro de Ofelia, a los 18 años, con un ramo de muguet, una flor blanca, pequeña, con forma de campaña. El pañuelo que lleva en la cabeza es el que usaba esa joven para ir a la iglesia en verano. “¡Dios, mío, me da calor!” iban vestidas a la iglesia como si fueran a un casamiento”, compara la hija. Más atrás está colgado el vestido de novia de su madre, intervenido con distintos textos y dibujos. “Mi mamá se casó de corto porque no tenían un mango para casarte por iglesia de largo había que pagar, en cambio ella habló con el sacerdote le dijo que se quería casar y después de la misa la casó”, recuerda la artista. Una litografía con la flor de ceibo bordada con hilos rojos remite a la sangre de Anahí, la sangre de Alicia y de los 30.000 mil detenidos desaparecidos. Cassano confiesa que le produce “mucha angustia” que la vicepresidenta Victoria Villarruel sea una reivindicadora de la dictadura. “¿Cómo llegamos a esto?, me pregunto. Hablo con gente que me dice que lo votó a Milei porque tiene esperanza. No hay ninguna novedad esto ya lo hizo José Alfredo Martínez de Hoz, lo intentó hacer Mauricio Macri y ahora Milei lo está llevando a cabo de una manera feroz. El horror nos pasó a todos como sociedad. Lo que más me preocupa es que estamos muy cerca de que vuelva a pasar”. *Transfiguración se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 19 horas en Sarmiento 1401, esquina Lavalle, en San Fernando, hasta el 30 de abril, con entrada libre y gratuita.

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