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    » Clarin

    Fecha: 29/04/2024 18:48

    El momento que vivimos podría verse como ¨excesivo¨. La rueda de la (no) fortuna de los ciclos argentinos nos está llevando hacia posiciones cada vez más extremas. Las grandes culturas políticas que no pudieron dar respuesta de largo o mediano plazo al crecimiento económico, se están radicalizando y fragmentando tanto, que estaría dado preguntarse si hay una argentina, o más de una, o más de dos. Este movimiento hacia “afuera del sistema”, centrípeto, parece tener características cada vez más destructivas, provocando dolor en la cultura, en el sistema productivo, en la educación, en los jubilados, en la clase media, en el tejido social en su conjunto. Sin embargo no aparece en el horizonte, ninguna alternativa menos traumática, con un grado importante de legitimidad, que dé respuesta al ¨no va más¨ que plantea la sociedad. La mayoría de las instituciones están muy deslegitimadas y las reglas comunes, que deberían poner límites a la destrucción, están tan depreciadas, que un presidente puede decir frente a ciento cincuenta empresarios que ¨el que fuga es un héroe¨. Estamos en un barco en medio de una tormenta y no se visualiza otra alternativa que no sea más que seguir en la misma dirección o caer en un vacío de representaciones que socava los principios de la democracia. En la mitología del hinduismo hay tres dioses centrales: Shiva el dios de la destrucción, Brahma el dios de la reconstrucción y Vinshu de quien depende la preservación. Claramente estamos en manos de Shiva, aunque después necesitemos de la ayuda de Brahma. Uno de los aspectos más importantes va a ser la reconstrucción de un núcleo de reglas básicas, alrededor de las cuales se establezcan consensos. Acuerdos que eliminen la arbitrariedad que borra los límites entre lo que está bien y lo que está mal, entre el que blanquea capitales y el que paga los impuestos, entre el que respeta y el que no respeta nuestra Constitución Nacional, entre quien marca la diferencia entre lo legal y lo ilegal y quien no lo hace. Ya que estamos en el campo del hinduismo, el concepto de karma, que implica que a una acción corresponde su contrario, puede ayudarnos a pensar un futuro que devuelva a las instituciones su legitimidad. Que devuelva a las reglas centrales de nuestra sociedad su lugar en un nuevo consenso social. Probablemente esto ocurra cuando los ciudadanos sintamos que la arbitrariedad no nos sirve para vivir mejor.

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