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» La voz
Fecha: 28/03/2024 14:21
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Con un dato firme y preciso, y luego de varias horas de espera y de búsqueda, un grupo de gendarmes detuvo el pasado domingo en Salta un camión cargado con zapallos que había partido desde Jujuy. Sucedió en el paraje El Naranjo sobre la ruta nacional 9. Con la ayuda de perros adiestrados, los uniformados lograron detectar un importante cargamento de cocaína. Casi 862 kilos de esa droga estaban distribuidos en unos 840 paquetes. La droga procedía de Bolivia y, según la Justicia federal, tenía por destino la provincia de Córdoba y varios puntos de Buenos Aires. La sospecha es que en Córdoba, parte de esa cocaína iba a ser guardada en barrio Alta Córdoba. Ya con órdenes del fiscal Maximiliano Hairabedian, los gendarmes realizaron 14 allanamientos que terminaron con cinco detenciones por ahora y el secuestro de celulares y distintos elementos vinculados a la causa. Entre los apresados, sobresale una vecina de Alta Córdoba. Ella iba a recibir una parte del cargamento, según estiman los pesquisas. Aunque la identidad de la mujer no fue difundida por la Justicia, se trata de una conocidísima figura barrial que se movía socialmente bajo la figura de emprendedora y comerciante. Sin embargo, la principal actividad económica que solventaba sus gastos habría sido el narcotráfico, según se presume en los Tribunales Federales. La mujer habría quedado involucrada en investigaciones luego de haber aparecido en largas horas de escuchas telefónicas que llevaron a cabo los pesquisas en el marco de otra causa. Se trata de la investigación que pesa sobre un presunto narcotraficante de marihuana, Eugenio Cavas, que bajo un nombre falso y con la pantalla de una concesionaria de autos de alta gama en Villa Carlos Paz, movía presuntamente grandes cargamentos, siempre según la sospecha judicial. Por esto cayó preso. Voceros judiciales señalaron que, siguiendo las comunicaciones que habría tenido Cavas con una presunta boca de expendio de cocaína, los pesquisas habrían avanzado en la detección de la vecina de Alta Córdoba. En el entorno de la fiscalía hay cautela. Entienden que hay que continuar con la pesquisa. ¿Era esta mujer, ahora tras las rejas, la que manejaba semejante volumen de cocaína? ¿Había detrás una banda que opera desde Bolivia y que utiliza conexiones locales para mover el producto en los suburbios argentinos? ¿La droga tenía sólo destino nacional o iba hacia el puerto y de allí cruzaba las fronteras? Las preguntas se apilan en una investigación que promete ser de largo aliento y que ya dejó al descubierto, según el análisis de los investigadores, al menos a un eslabón de lo que sería una importante maniobra de tráfico de cocaína.
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