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» TN
Fecha: 31/12/2025 08:18
Los conocimientos profundos en seguridad informática son una especie de fuerza o poder, que puede emplearse con buenos o malos fines. Un caso recientemente tratado en un tribunal de Miami, Estados Unidos, revela esa ambivalencia. Ante los representantes de la justicia, dos investigadores de ciberseguridad admitieron su participación en secuestros digitales. Leé también: Un decálogo de buenas prácticas para sobrevivir en la era del ransomware Se trata de ciberataques que en la jerga son conocidos como campañas de ransomware. El modus operandi es similar a un secuestro en el mundo real, aunque todo acontece en la escena digital. Los delincuentes atacan sistemas y/o dispositivos, bloquean el acceso y exigen un rescate (usualmente una suma en criptomonedas) para liberar a los elementos secuestrados. Si bien las autoridades instan a no responder a la extorsión, muchos lo hacen porque este tipo de ciberataque tiene la potencia suficiente para frenar actividades comerciales o de instituciones críticas, por ejemplo hospitales, además de comprometer a organismos (incluso de gobierno) con la divulgación de sus datos. El caso de Martin y Goldberg: de paladines de la ciberseguridad, a secuestradores digitales El amplio alcance del ransomware no es una novedad: fue una de las ciberamenazas más recurrentes a lo largo de 2025, incluso en nuestra región. En este caso, la sorpresa aparece al conocer la identidad de los atacantes, dos profesionales dedicados a la protección digital en diferentes compañías. Leé también: Informe: la Argentina está entre los países que más ciberataques sufrió en 2025 Uno de ellos es Kevin Tyler Martin, que se desempeñó como negociador en casos de secuestros digitales en la empresa DigitalMint. Su cómplice fue Ryan Clifford Goldberg, que en el momento de la extorsión trabajaba para Sygnia Cybersecurity Services. Según Reuters, ambos admitieron su participación es un esquema de ransomware que tuvo como víctima a una firma médica, a la que exigieron un rescate de unos 10 millones de dólares para desbloquear los servidores que vulneraron. Finalmente, la empresa pagó casi 45 bitcoins, un equivalente aproximado a los 1,3 millones de dólares. Los registros judiciales detallan que, tras el pago a sus cómplices y proveedores, los atacantes se quedaron con aproximadamente 300.000 dólares. Ese ataque ocurrió en mayo de 2023 y fue admitido por sus responsables la semana pasada ante un tribunal en Miami, según consignó el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés). Martin y Goldberg también reconocieron su participación en más secuestros de datos, también ese año, en los que las víctimas no pagaron rescates. ¿Qué penas recibirán los secuestradores digitales? Los especialistas en seguridad informática enfrentan penas de hasta 20 años en la cárcel, tres años de libertad supervisada y multas de hasta 250.000 dólares. De acuerdo a la fuente, se espera que la justicia fije una fecha para las próximas audiencias, cuando establecerá las sentencias. 3 claves del ransomware, una de las amenazas más perniciosas en la escena digital - El secuestro de datos es una amenaza dañina y recurrente. Solo en noviembre, se registraron 727 incidentes globales, cifra que supone un aumento interanual del 22%. - Según un informe de CheckPoint, Las industrias más afectadas por el ransomware son la de manufactura industrial, la de servicios empresariales, y la de bienes y servicios de consumo. - Los especialistas y autoridades reiteran una recomendación: no pagar los rescates que exigen los atacantes. Si el flujo de efectivo se detiene, los ataques se detendrán también, señaló en diálogo con Business Insider Brett Callow, analista de la firma de seguridad Emisisoft. Los ataques de ransomware ocurren por una razón, y solo una razón: son rentables. La única forma de detenerlos es hacerlos no rentables, y eso significa que las organizaciones deben dejar de pagar rescates, agregó el especialista.
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