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» La Nacion
Fecha: 31/12/2025 02:03
Icono del cine europeo y, más tarde, apasionada activista de los derechos de los animales, la actriz que hizo culto de la libertad murió en su casa, a los 91 años - 5 minutos de lectura' La muerte de Brigitte Bardot, ocurrida en su villa La Madrague, en Saint Tropez, el domingo 28, marca el final de una era: BB era el último ícono vivo del cine francés de los años 50 y 60, y un símbolo sexual cuya figura condensó los cambios culturales de la segunda mitad del siglo XX. Sus películas, su voz, su fama deslumbrante, sus penas, su generosa pasión por los animales, dijo el presidente francés Emmanuel Macron en su despedida Lloramos a la leyenda del siglo, agregó. Desde que su cuerpo armonioso, su melena rubia despeinada y su actitud desenfadada aparecieron en la pantalla por primera vez, Brigitte se convirtió en sinónimo de una belleza indómita, libertad y provocación, y dio origen al explosivo fenómeno Bardot, que trascendió la ficción y formateó el imaginario de tres generaciones (estrella de fama mundial, en un año aportó más divisas a Francia que la marca Renault). Antes de su último suspiro, había pasado tres semanas hospitalizada en Tolón, al sureste del país, por una intervención quirúrgica vinculada con una enfermedad grave. PRIMEROS AÑOS Nació en París el 28 de septiembre de 1934 como Brigitte AnneMarie Bardot, en una familia de clase media (su padre era propietario de una fábrica de químicos). Desde chica estudió danza clásica, disciplina para la que mostró un talento precoz, y antes de cumplir 15 años, mientras los rasgos de rebeldía que harían famoso su carácter se tornaban evidentes, ya modelaba para revistas juveniles: era una adolescente de sonrisa pícara que apareció en la tapa de Elle y enloqueció a los cazatalentos del cine, entre ellos, a Roger Vadim, un ayudante de dirección que fue su primer marido y que también fue quien la convertiría en estrella. DIOSA DEL CELULOIDE Su debut en cine fue a los 17 años en Le Trou Normand, pero su consagración a escala global llegaría cinco años después con Y Dios creó a la mujer, dirigida, justamente, por Roger Vadim. Un filme que escandalizó a muchos y fascinó a otros tantos, en el que una mujer dueña de su deseo desafiaba las convenciones morales de la época viviendo su sexualidad sin tabúes. Y ahí nació el ícono erótico de una dimensión sólo comparable a la de Marilyn Monroe. Durante los años siguientes, Brigitte trabajó con directores como Jean-Luc Godard, Louis Malle, Henri-Georges Clouzot y Christian Jaque, y hacia fines de los 50 llegó a ser la máxima estrella del cine europeo y la única que rivalizó en fama con estrellas de Hollywood sin haber pisado los Estados Unidos. Sin embargo, su imagen pública como BB era tan potente, que su performance artística siempre estuvo injustamente en segundo plano. SUS AMORES Su casamiento con Roger Vadim tuvo lugar el 21 de diciembre de 1952, ante el altar de la iglesia de Notre-Dame de Grâce, en Passy, tras dos años de batallar contra la oposición de los padres de ella. Con él Brigitte descubrió el cine, el amor y la sexualidad, y terminó de romper con la rígida educación que había recibido en casa. Pero al poco tiempo se enamoró de su compañero de rodaje, Jean-Louis Trintignant, que también estaba casado, y aunque la relación duró poco, llegaron a vivir juntos. En 1959 conoció a Jacques Charrier, quien sería su segundo marido y el padre de su único hijo, Nicolás, que nació en 1960. Según ella misma reveló, le tenía pánico a la maternidad. Ese mismo año, mientras filmaba La verdad, se divorció de Charrier y él se llevó a Nicolás. Gran parte del público y la prensa francesa nunca le perdonaron haber abandonado a su hijo, aunque él sí la perdonó: con el tiempo, BB y Nicolás lograron reconciliarse. En 1966 se casó por tercera vez. En esa oportunidad, la boda fue en Las Vegas y el feliz novio era el playboy alemán Gunter Sachs, un millonario heredero del imperio Opel que la enamoró tirando miles de pétalos de rosas desde un helicóptero al jardín de La Madrague. Casi no se veían, los dos eran infieles y, como era de esperarse, duraron poco tiempo juntos: seis años después, Brigitte ya estaba casada con el que sería su último marido, Bernard dOrmale, uno de los consejeros del político Jean-Marie Le Pen. LA PASIÓN POR LOS ANIMALES A fines de los 60, cansada de la fama, BB decidió retirarse del cine con solo 37 años. Desde ese momento se dedicó por completo a la defensa de los animales y cumplió ese compromiso con pasión y disciplina (también se hizo vegetariana). En 1986 creó la Fundación Brigitte Bardot, financiada con la venta de sus objetos personales y joyas, y hasta su muerte, su activismo a favor de los animales la mantuvo en el centro de la escena. SU REFUGIO Bardot encontró su verdadero hogar en 1958, cuando descubrió en Saint Tropez una joya de la que se enamoró: La Madrague. De estilo mediterráneo, la propiedad abarca un terreno de 350 mil metros cuadrados, está hecha en piedra y dividida en cuatro niveles, cuenta con ocho habitaciones y ocho baños, casa de huéspedes, viñedos, pileta y un muelle propio. Con una vegetación casi al natural, la única modificación que le hizo fue construir muros para proteger su intimidad de los paparazzi y los curiosos. Fue su lugar en el mundo, su refugio durante más de sesenta años. Dueña de sus decisiones hasta el final, la diva que se negó a someterse a cirugías estéticas, a maquillarse y a teñirse las canas, murió lejos del ojo público y rodeada de sus animales. Pero pese a su deseo de ser enterrada en el jardín de su casa, Bardot será inhumada en el cementerio marino de Saint Tropez, donde descansan sus padres.
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