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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 30/12/2025 17:42
En el Pingüino, el sentido de pertenencia es una semilla esparcida en cada deportista. Como dice el gran cantautor Joaquín Sabina, a Atlético Neuquén le sobran los motivos para argumentar el bien ganado título de Campeón Clausura de la Liga Paranaense de Fútbol. Juntó todos los ingredientes y lo mandó a su propia olla popular. El Pingüino es un estilo de vida desde hace unos años, cuando ex jugadores entendieron que lo mejor que podían hacer por el club que les dio infancia, adolescencia y adultez, era seguir en el mismo y en la función más desgastante para una entidad de barrio que infla el pecho para llegar a fin de mes: la dirigencia. Es extraordinario lo que uno ve en este club del Sur. El que deja de jugar pasa a ser dirigente. El mejor ejemplo es el actual presidente y campeón con la camiseta de futsal y alguna vez también en la LPF Juan Cruz Butvilofsky. Pero hay más: están los que laburan en la institución o son parte del cuerpo técnico. El sentido de pertenencia es una semilla esparcida en cada deportista. Volviendo al Campeón Neuquén. Le ganó bien a Sportivo Urquiza, al margen de ciertas polémicas propias de una final con fallos discutibles para los dos lados. Hace tiempo al equipo se lo ve personificando una idea de juego, el buen trato de pelota y la explotación al máximo de sus variantes ofensivas. Pero además hay banca de volantes de contención y fuerte aporte defensivo, sumado a un arquero que aparte de bueno lleva un termómetro bajo sus brazos y sabe manejar los grados de ebullición del juego. Y sin dudas que el DT José Mancuello, le aportó esa sabiduría que los años le han dado tanto como jugador (estuvo en Patronato en los ascensos al Argentino A y B Nacional) como en la dirección técnica (pasos incluso en B Nacional con Atlético Paraná). No hace falta sentarse y charlar con el DT para saber sus condiciones. Esto además acompañado por un ritmo físico capaz de destrozar al más bravo, tal cual ocurrió ante Sportivo Urquiza, elenco que venía de dejar en el camino al Patrón en semifinales. También, de la final Clausura de la Liga Paranaense de Fútbol en cancha de Paraná, uno se queda con el ingreso al campo de juego para depositar la Copa del Campeón, del histórico Víctor Hugo Amatti (retomando el hilo del sentido de pertenencia). El referente como jugador y DT lo hizo vistiendo la camiseta del Pingüino. No por ello dejó de saludar con respeto a cada uno de los futbolistas rivales. Esos gestos, que parecen mínimos, son claves para que el pibe que mira desde la tribuna sepa cómo conducirse en una cancha, al margen del corazón por los colores. Un aprendizaje que se logra con el paso del tiempo. Terminando 2025 nos encontramos con clubes en Paraná que, pese al contexto económico, les meten pata a sus sueños. Atlético Neuquén es una de esas entidades. Sus argumentos al éxito: Mucho trabajo y sacrificio dándole valor a los vínculos internos del club de barrio. Por eso le sobran los motivos para festejar. Cante Sabina. Y juegue Neuquén.
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