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  • Milei golpea a la ciencia, pero, hay cinco científicos argentinos reconocidos en el mundo como líderes en su disciplina en 2025

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 29/12/2025 14:40

    Milei golpea a la ciencia, pero, hay cinco científicos argentinos reconocidos en el mundo como líderes en su disciplina en 2025 Mientras en el país enfrentan condiciones inimaginables para trabajar, fueron distinguidos como algunos de los talentos más brillantes en su área de investigación. Uno de los argumentos a los que muchas veces se echa mano para desmerecer el trabajo de investigadores argentinos es que estudian temas poco relevantes. Sin embargo, en el mundo no se piensa lo mismo: varios de ellos fueron reconocidos este año como líderes en su especialidad con algunas de las distinciones más prestigiosas en el escenario internacional en áreas que van desde la sociología a la física de partículas. POR: Nora Bär-El destape web Sandra Díaz recibió el «Nobel» del Medio Ambiente Mencionada repetidamente como una de las mentes más influyentes del mundo en el área que estudia cómo se entrelazan la sociedad humana y la trama de la vida que la sustenta, la ecóloga cordobesa Sandra Díaz, investigadora superior del Conicet, fue la elegida de este año para recibir el Premio Tyler, administrado por la Universidad del Sur de California. Considerado como el Nobel del ambiente, está dotado de 250.000 dólares. Nacida en Bell Ville, Córdoba, Díaz se considera un producto de la educación pública. Se formó en la Universidad Nacional de esa provincia e hizo un posdoctorado en la de Sheffield, Gran Bretaña, gracias a una beca del Conicet. Apasionada por el trabajo de campo, la investigadora argentina desarrolló las primeras herramientas formales y consistentes para dilucidar la contribución de la naturaleza para las personas. A principios de esta década coordinó el Informe Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de las Naciones Unidas, el primero que analizó el estado de los ecosistemas y cómo se relacionan con la actividad humana en todo el planeta, un estudio intergubernamental e interdisciplinario que tuvo gran repercusión. Su trabajo es fundamental para entender cómo la biodiversidad influye en el funcionamiento de los ecosistemas y cómo la crisis climática afecta estos procesos esenciales para la vida humana. Antes de este premio, compartido con el brasileño-estadounidense Eduardo Brondízio, lo que los convirtió en los primeros sudamericanos en obtenerlo, Díaz había recibido el premio de la Fundación Princesa de Asturias y el Bunge y Born (en 2019), el Premio Konex de Brillante (2023), la Medalla Internacional New (2020), la Medalla de la Sociedad Linneana de Londres (2023), la distinción de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento (en 2021). En 2019 también fue incluida en Natures10, la lista de la prestigiosa revista científica que incluye a las diez personas más influyentes de la ciencia de ese año. Díaz también fue electa miembro de la Royal Society de Gran Bretaña, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y de la Academia Francesa de Ciencias. Hakomori Award a Gabriel Rabinovich por sus avances en glicomedicina El Premio Hakomori se entrega a investigadores que transformaron el campo de las glicociencias y muestran prometedores avances continuos, afirma el comunicado. Las glicociencias abarcan el estudio de macromoléculas (los glicanos) con información clave que puede ser decodificada por un grupo de proteínas llamadas lectinas. Se las puede abordar desde el punto de vista de su estructura química, de su impacto en la inmunología (glico-inmunología) o de sus posibles aplicaciones médicas (glicomedicina). Desde principios de los años 90, Rabinovich se dedica al estudio de las interacciones entre un grupo de lectinas conocidas como galectinas, y azúcares o glicanos que se encuentran generalmente en la superficie celular. Hoy se sabe que la conformación que adquieren estos azúcares es variable y contiene información biológica fundamental que puede ser decodificada por proteínas. Esta lectura que hacen proteínas como las galectinas de los glicanos que se encuentran en la superficie celular les permite a las células tomar decisiones, como morirse, diferenciarse, proliferar o dividirse, explica Rabinovich en una comunicación del Conicet. El inmunólogo acuñó recientemente el concepto de glycocheckpoints para describir interacciones entre proteínas y azúcares que modulan procesos fundamentales para el desarrollo de algunas patologías y que pueden ser bloqueadas con anticuerpos. Aunque su trabajo comenzó hace más de treinta años centrándose en el rol inmunosupresor de Galectina-1 (al silenciar linfocitos T activados) en diferentes enfermedades, con el tiempo descubrió junto con su equipo nuevas funciones claves derivadas de la unión de esta proteína (y de otras galectinas) con azúcares, como la angiogénesis (creación de vasos sanguíneos) o la fibrosis de la médula ósea. Así, avanzó no solo en la ciencia básica que los caracteriza, sino que desarrolló una plataforma para que ese conocimiento llegue a la cama del paciente gracias al desarrollo del anticuerpo anti-Galectina -1 que podría suplantar la necesidad actual de combinar varios fármacos para tratar enfermedades oncológicas, dado que simultáneamente estimula la respuesta inmunológica, disminuye la generación de vasos sanguíneos que permiten que llegue oxígeno al tumor y a su vez, en el caso de la mielofibrosis y otras patologías, impide la fibrosis de la médula ósea. El Hakomori se suma a una larguísima lista de premios que incluye, entre otros, el Konex de Brillante (2023), el Investigador de la Nación Argentina (2017); el Houssay Trayectoria en Bioquímica y Biología Molecular (2017); el Konex Platino a la Ciencia y la Tecnología en Ciencias Biomédicas (2013); el de la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo (TWAS) en Ciencias Médicas (2010); el Bunge & Born Trayectoria en Ciencias Médicas (2014) y el Bunge & Born Estímulo en Bioquímica (2005). Rabinovich es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos desde 2016, de la Academia Nacional de Ciencias Argentina (2011), de la Academia de Ciencias Exactas y Naturales (2021) y, desde el año 2022, de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO, por sus siglas en inglés). Además, fue reconocido con el título de Doctor Honoris Causa por las universidades nacionales de Córdoba, Misiones, Mar del Plata, San Luis, La Plata, Salta, y Cuyo, y la Universidad de la República de Uruguay. María Teresa Dova, Premio LOréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia 2025 Es el más prestigioso del mundo para mujeres científicas y se concede anualmente a una por cada continente. La Argentina es el país de la región con más galardonadas con esta distinción internacional, once en total (ocho laureadas y tres rising talents). La física María Teresa Dova, investigadora del Conicet en el Instituto de Física de La Plata fue reconocida por sus contribuciones a la física de altas energías, que incluyen haber liderado la participación de uno de los dos grupos locales que tuvieron participación directa en el descubrimiento y caracterización del bosón de Higgs, el último integrante del zoológico subatómico que faltaba hallar para confirmar el modelo estándar de la materia, que se hizo popularmente conocido como la partícula de Dios. En los considerandos del premio, otorgado por un jurado internacional del máximo nivel, se mencionan sus contribuciones claves a la física de altas energías, incluido el descubrimiento y la caracterización del bosón de Higgs, la búsqueda de nueva física y su notable trabajo en el estudio de la física de los rayos cósmicos. Su liderazgo en este campo y su excepcional dedicación como mentora de jóvenes científicos que inspiraron a una nueva generación y llevaron a la Argentina a desempeñar un papel fundamental en la física experimental mundial. Nacida en Alberti, pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, fue una de los cuatro hijos de un papá telegrafista que hubiera deseado dedicarse al arte y una mamá ama de casa. Siempre sobresaliente en los estudios, una vez la maestra de primer grado le contó a su papá que cuando les preguntó a sus alumnos qué querían ser de grandes, María Teresa contestó: Presidenta de la Argentina. Por esos días y hasta la adolescencia, era fan de los libros e historietas de ciencia ficción, en los que los personajes protagónicos eran todos hombres. No había mujeres en el túnel del tiempo, los que viajaban eran varones y la que se quedaba en la computadora era la mujer contó en ocasión de conocerse la noticia. Tenía una amiga en la infancia que me decía Vamos a jugar a la mamá, y yo quería armar un instrumento que nos llevara al futuro. Me fascinaba todo eso. Los científicos eran los que podían resolver problemas, los creativos que desarrollaban teorías que no existían. Eso era lo que yo quería hacer, pero para mí era un sueño que estaba en el mundo de la ficción. Proviniendo de una familia de clase media baja, solventar sus estudios no fue sencillo. Fue una de las tres mujeres que aprobaron el ingreso entre 30 varones, y una de los tres primeros graduados. Se convirtió en madre mientras hacía su doctorado. Se posdoctoró en la European Organization for Nuclear Research (CERN, según sus siglas en inglés). A su regreso a la Argentina, se lanzó a desarrollar una nueva rama de la física experimental que no tenía gran avance en el país. En 2006, fue una de las arquitectas del acuerdo que obtuvo para la Argentina un lugar en primera fila en el experimento Atlas, que intentaría detectar las interacciones de protones lanzados a velocidades cercanas a la de la luz en las entrañas del Large Hadron Collider (LHC), el más grande y poderoso acelerador de partículas del mundo, un túnel circular de 27 kilómetros sepultado a cien metros de profundidad cerca de la frontera entre Suiza y Francia. La partícula de Higgs tiene todavía mucho para decirnos. Podría considerarse como un portal entre lo que son las partículas del modelo estándar y aquellas de la materia oscura. Todo eso también lo estamos estudiando y es nuestra motivación para seguir adelante, dijo cuando se anunció esta distinción. Actualmente, Dova centra sus esfuerzos en uno de los mayores misterios sin resolver de la física actual: la naturaleza de la materia oscura. Su investigación no sólo empuja los límites de la comprensión teórica, sino que hace posibles innovaciones con el potencial de impactar en múltiples sectores, ya que las grandes revoluciones tecnológicas surgieron siempre de los desarrollos ligados a la búsqueda del conocimiento. Prueba de ello es que en nuestro camino por entender la estructura de la materia del universo, con la comunidad de física de altas energías hemos contribuido a la sociedad con el desarrollo de la radioterapia (y la hoy novedosa terapia hadrónica), la invención del world wide web (WWW), la pantalla táctil y por supuesto, los incontables aportes al desarrollo de la IA, concluye. Milagros Miceli, elegida entre las 100 figuras influyentes en IA de la revista TIME Figura junto a referentes globales como Sam Altman (creador de ChatGPT) y Mark Zuckerberg (fundador de Facebook) en la lista de la revista TIME AI2025 como una de las cien personas más influyentes del mundo en inteligencia artificial. Investigadora en el Instituto Alemán de Internet, Milagros Miceli, de 41 años, lidera el proyecto Data Workers Inquiry, que estudia el trabajo humano detrás de la tecnología que hoy acapara el interés y las inversiones de los países más poderosos. Tras iniciar su formación en sociología en la Universidad de Buenos Aires, en 2001 decidió emigrar a Alemania, donde completó su formación y obtuvo un doctorado en informática en la Universidad Técnica de Berlín. En la actualidad, se desempeña como directora de la unidad de investigación Data, Algorithmic Systems and Ethics del Weizenbaum-Institut (Instituto Alemán de Internet), reconocido por realizar investigación independiente de las grandes empresas tecnológicas. En sus trabajos, analiza el aporte de los trabajadores de datos en el funcionamiento de las plataformas digitales, unos 400 millones de personas que catalogan el contenido y les enseñan a los sistemas de aprendizaje automático. De acuerdo con Miceli, son las que producen los datos usados para entrenar la IA. Después, la tarea sigue en la moderación y control para que el sistema funcione como se espera, evitando respuestas racistas o sexistas. A diferencia de lo que podría creerse, lo hacen en condiciones muy precarias, por pagos bajísimos y con tareas que incluso pueden llegar a dañar su salud mental. Su proyecto «Data Workers Inquiry es un espacio donde los propios trabajadores de la IA participan activamente en la investigación académica, dándoles voz y autoridad epistémica sobre su labor. El trabajo se centra en lo que ella denomina las «infraestructuras humanas de la IA. Sus estudios muestran cómo se crea la «verdad» que los modelos de IA aprenden y cómo los sesgos a menudo provienen de las instrucciones contradictorias o precarias que reciben los etiquetadores de datos. En informes ante el Parlamento Europeo, subrayó que una IA ética es imposible si se basa en trabajo oculto y mal remunerado. Juan Pablo Paz, uno de los cien líderes mundiales de la ciencia cuántica El físico y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires fue distinguido por la UNESCO como uno de los cien líderes mundiales en ciencia cuántica, una iniciativa promovida en honor del legado de Raymond Laflamme, que fundó el Instituto para la Computación Cuántica y fue uno de los primeros docentes del Perimeter Institute de Física Teórica, de Canadá. Paz fue una figura clave en la consolidación del ecosistema cuántico argentino. Impulsó la creación del Laboratorio de Iones y Átomos Fríos (LIAF), hoy encabezado por Christian Schmiegelow, al que se reincorporó luego de pasar cuatro años como viceministro de Ciencia y Tecnología entre 2019 y 2023, indica un comunicado del Departamento de Física de la UBA. También destaca la contribución de sus investigaciones para el avance de tecnologías cuánticas confiables, la caracterización de la decoherencia [el proceso por el cual un sistema cuántico pierde sus propiedades únicas, como la superposición (estar en múltiples estados a la vez), debido a la interacción con su entorno], esencial para entender la transición entre el mundo cuántico y el clásico, y el hecho de haber participado en el descubrimiento del primer código perfecto de corrección de errores cuánticos de cinco qubits [unidad fundamental de información]. La distinción se le otorgó en el marco de las actividades por el año internacional de la ciencia y la tecnología cuánticas, declarado por las Naciones Unidas para 2025, que dio lugar a varias actividades en el mundo, entre conferencias y charlas. Una de ellas fue la selección de cien personas de trayectoria destacada en el campo, incluyendo no solo a científicos, sino también empresas, fundaciones y personas que trabajan en divulgación. El galardonado recuerda que terminó incursionando en el área por el lado de la ciencia básica, tratando de entender aspectos fundamentales. Resultó que sus aspectos más antiintuitivos son los que se usan para desarrollar tecnologías como las computadoras cuánticas, que no podrían existir si no se aprovecharan estos ingredientes tan extraños de la física cuántica, dijo Paz. Hoy en el LIAF se hacen experimentos con iones atrapados y manipulados por láseres, y trabajan en circuitos cuánticos superconductores. Ya en 2011, junto con Schmiegelow y Ariel Bendersky, de la UBA, y Miguel Larotonda, del Ceilap-Conicet, Paz había desarrollado un nuevo método para caracterizar eficientemente la evolución (conocer el estado) de cualquier sistema cuántico, un paso crucial para obtener métodos de encriptación y transmisión de datos completamente inviolables.

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