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  • La pirotecnia volvió a escucharse en varias zonas durante la Navidad: El problema no es la luz, es el ruido; por eso hay que regular y no prohibir

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 29/12/2025 14:06

    La pirotecnia volvió a escucharse en varias zonas durante la Navidad: El problema no es la luz, es el ruido; por eso hay que regular y no prohibir Pese a la ordenanza municipal que desde hace años prohíbe la comercialización y el uso de pirotecnia en Concordia, la madrugada de Navidad volvió a estar marcada por luces y estruendos en distintos puntos de la ciudad. En ese contexto, Despertar Entrerriano dialogó con Máximo Barrios, ex comerciante del rubro, quien analizó la prohibición, su impacto económico y el debate social que se reactiva cada año en fechas festivas. Además, vecinos relataron, el ruido es lo que más afecta, sobre todo a las mascotas, que entran en pánico. El relato de los ciudadanos En Barrio Golf, por ejemplo, el balance fue moderado. Acá no tiraron tantos cohetes. Se vieron luces, fuegos sin ruido, que son lindos de ver, aunque no faltaron algunos con explosión y mis perros se alteraban, contó un vecino, marcando una convivencia parcial con la normativa. Distinta fue la situación en zonas más al norte de la ciudad. Ahí sí se tiró bastante pirotecnia con ruido y la verdad no me parece bueno, relataron vecinos que describieron detonaciones constantes durante varios minutos. En el Barrio 11 de Junio, una vecina expresó su malestar por lo vivido durante la noche de Navidad. Estuvieron casi una hora tirando fuegos artificiales. En un momento se escuchaban ruidos que parecían tiros. Tengo un caniche que entra en pánico, se lastima las patitas hasta llenarse de sangre, relató. Según explicó, el problema no se limita a fechas puntuales. Esto pasa seguido, cerca de la medianoche siempre tiran fuegos artificiales. Afecta a las mascotas, a los adultos mayores y al descanso de todos. Pido empatía y responsabilidad, sobre todo porque se supone que son ilegales, pero se siguen vendiendo, sostuvo. Otra vecina coincidió en que el ruido es el principal conflicto. Es muy molesto, no se tienen en cuenta los animales ni a las personas con neurodivergencias. Tampoco el entorno, porque ya hubo incendios. Igual, un vecino tiró fuegos sin ruido y esos sí me gustaron, aclaró. Las experiencias más duras llegaron de familias que atravesaron la noche intentando contener a sus mascotas. Nos tuvimos que encerrar con nuestro perro Max. Temblaba entero, no pudimos ni brindar. Tardó casi dos horas en calmarse, contó una vecina, quien también cuestionó la falta de controles. Está prohibido, pero se consigue igual. Ves animales perdidos o fallecidos y nadie hace nada. No todas las opiniones fueron en contra. Un vecino se mostró a favor del uso, aunque con límites. Estoy de acuerdo solo en fechas festivas como Navidad o Año Nuevo. Hoy hay métodos para proteger a los animales. En esas fechas, para mí, está bien, opinó. Otra mirada apuntó a la responsabilidad. No estoy de acuerdo con que los chicos manipulen pirotecnia. Siempre debería hacerlo un adulto. Todos los años hay accidentes, señaló una vecina, que contó que este año su familia decidió no comprar. Un comerciante afectado por la prohibición* Consultado por Despertar Entrerriano, Máximo Barrios, dueño de Cienfuegos, aportó una reflexión más amplia sobre el contexto social, cultural y económico que rodea la discusión. No podés prohibir todo de un día para el otro. No es blanco o negro. La pirotecnia es una tradición y, si la gente la quiere consumir, lo va a hacer igual, sostuvo. En ese sentido, consideró que la falta de una regulación clara genera más problemas que soluciones y apuntó a la sobreinformación en redes sociales. Hoy se opina de todo sin chequear nada. Se viralizan imágenes o historias que no siempre son reales y eso genera un caos emocional, afirmó. Barrios planteó que el foco debería estar en el uso responsable y la pirotecnia de bajo impacto. El ruido no le gusta a nadie, ni a los animales ni a las personas. Por eso hay que regular, no prohibir. No existen fiestas sin luces en el cielo, expresó, y remarcó la responsabilidad individual: Si tenés una mascota, también tenés que cuidarla. También hizo hincapié en el impacto económico de la prohibición. No solo me perjudicaron a mí. Mucha gente en estas fechas hacía una diferencia vendiendo algo mínimo, una estrellita, una cañita, para comprar un pan dulce o una sidra, señaló. Finalmente, insistió en la necesidad de un punto intermedio. No se trata de permitir todo ni de prohibir todo. Se trata de ordenar, regular y pensar en el impacto real de las decisiones, no solo desde lo emocional, sino también desde lo social y lo económico, concluyó. Fuente: Despertar Entrerriano.

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