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» El litoral Corrientes
Fecha: 29/12/2025 13:35
Romina Uhrig decidió romper el silencio y contar, por primera vez con total crudeza, el difícil momento personal que atravesó luego de su salida de la casa de Gran Hermano. Lejos de la imagen mediática que construyó tras el reality, la exdiputada expuso el costado más oscuro de la fama repentina y confesó que la sobreexposición, los cuestionamientos públicos y el impacto emocional la llevaron a caer en un espiral de adicciones, ansiedad y depresión. En un móvil con el programa Infama, Romina describió ese período como una etapa de mucho dolor y desorientación. Reconoció que, si bien quienes ingresan a un reality saben a qué se exponen, las consecuencias reales son difíciles de dimensionar hasta que se enfrentan cara a cara con ellas. Fue un momento de caída de mucho dolor también. El dolor me llevó a hacer cosas Cuando salimos de la casa todos salimos con mucha fama y exposición, uno sabe dónde se mete pero después no se imagina las consecuencias. De mí se dijeron muchísimas cosas, expresó, marcando el inicio de un proceso que la superó emocionalmente. Uno de los aspectos que más la afectó fue la distancia con sus hijas y la sensación de vacío que experimentaba cuando no estaban con ella. Uhrig explicó que esos momentos la desbordaban por completo y que no lograba encontrar contención en su propio hogar. Cuando las nenas se iban con su papá yo me quedaba muy mal. Yo no me podía quedar en la casa, me tenía que ir, porque me quedaba llorando muy mal Todas las cosas que se dijeron tuvieron una consecuencia muy grande en mí que fue meterme en el mundo de la noche, reconoció, dando cuenta de cómo comenzó a buscar refugio en salidas constantes. Ese fue el comienzo de una etapa que, según relató, no se parecía en nada a su vida anterior. Empecé a salir Creo que en los 35 años de vida no había hecho lo que hice en esos dos años. Me encontré con muchísima gente y ahí fui muy frágil, contó, admitiendo que atravesaba un momento de extrema vulnerabilidad. En ese contexto, señaló la influencia de personas del ambiente que, lejos de ayudarla, reforzaron esa dinámica nocturna. Hubo una persona puntual del medio, que al momento decís gracias, te invitan cosas. Era un momento de alegría que no quería que se termine más la noche. Ya estaba pensando en el finde siguiente que iba a salir. Con el paso del tiempo, Romina hizo una fuerte autocrítica y explicó el golpe que significó verse reflejada en esa versión de sí misma. Soy una persona que me cuido mucho, que amo a mis hijas, sé la madre que soy, la amiga, la compañera, entonces para mí eso fue fuerte y lamentablemente no lo pude manejar. Y es triste, porque siempre me creí fuerte y pasé por otras cosas feas, pero no lo pude manejar, admitió. Aun así, destacó su presente con alivio: Hoy por suerte estoy súper bien y pude salir de todo eso. En otro tramo, detalló con total honestidad su vínculo con las adicciones. Empecé a tomar pastillas y lo que le dicen MDMA. La verdad nunca me animé a probar nada más, pero no quería salir si no tenía eso. Empezaba a buscar, a buscar y si no conseguía me ponía agresiva, relató, describiendo la dependencia que había generado. Finalmente, explicó cómo logró cortar con ese círculo destructivo. Pude salir de toda esa porquería, porque entrás en una felicidad y luego entrás en un vacío. Estuve en depresión, empecé con ataques de pánico y una amiga me recomendó a su psiquiatra y cuando me vieron estaba muy mal y empecé con medicación, concluyó, marcando un punto de inflexión en su vida. minutouno.com
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