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» Nota 22
Fecha: 29/12/2025 11:13
Por qué cada vez más escuelas de EEUU restringen el uso de celulares en clases: el impacto en la conducta y el rendimiento Lunes 29 de Diciembre 2025 La restricción del uso de celulares y otros dispositivos electrónicos en las aulas está mostrando resultados positivos en escuelas de Estados Unidos. Algunos distritos que implementaron estas medidas reportaron una reducción de los conflictos, mayor concentración de los estudiantes y avances en el desempeño académico. Así lo señala un informe de The Wall Street Journal, basado en experiencias recientes en escuelas de zonas urbanas y rurales. En California, el distrito escolar Sierra Sands Unified aplicó la restricción al uso de celulares en las aulas tras enfrentar un aumento sostenido de conflictos y problemas de disciplina entre los estudiantes. Cuando tienes 267 incidentes de amenazas y lesiones físicas en las primeras diez semanas del año escolar, eso es un problema grave, explicó la superintendenta del distrito, April Moore, en declaraciones citadas por el diario. Según Moore, muchos enfrentamientos se organizaban a través de los celulares sin que los adultos lo notaran. Los estudiantes usaban los teléfonos para coordinar peleas, acoso y encuentros para vapear dentro de la escuela. Cuando las conductas escalan en un espacio invisible, no podemos intervenir a tiempo, afirmó. En las primeros diez semanas del ciclo escolar tras la implementación de la medida contra los teléfonos móviles, el número de incidentes por amenazas y lesiones físicas cayó casi a la mitad: de 267 a 142 casos, comparado con el año anterior. Los reportes por acoso se redujeron en un 83%, descendiendo a solo 19, y las suspensiones bajaron un 69%, situándose en 72. En Florida, un distrito urbano mostró un proceso similar, aunque con una etapa inicial complicada. El estado fue el primero en aprobar una política obligatoria sobre el uso de celulares en escuelas, en 2023. Durante el primer año, aumentaron las suspensiones, en parte porque muchos estudiantes fueron sancionados por incumplir la nueva norma. Ese efecto fue temporal. Con el tiempo, los problemas disciplinarios volvieron a niveles anteriores y la asistencia mejoró. En el segundo año de aplicación de la prohibición, empezaron a verse mejoras en el desempeño académico. Según un estudio citado por The Wall Street Journal, los mayores avances se registraron en las escuelas donde el uso del celular era más intenso antes de la medida. En esos centros, los resultados en pruebas estandarizadas aumentaron en promedio 0,6 puntos percentiles. El cambio, sin embargo, no fue sencillo. La decisión de prohibir los teléfonos enfrentó resistencia, especialmente de padres acostumbrados a comunicarse con sus hijos en cualquier momento. En muchos centros, la política de teléfonos quedaba a criterio de los maestros, lo que generaba diferencias en la aplicación y desgaste entre el profesorado. Algunos docentes decidieron abandonar su puesto al no poder lidiar con la vigilancia constante de los dispositivos. No fue hasta que los estados comenzaron a legislar políticas obligatorias sobre el uso de teléfonos en las escuelas que la aplicación se hizo más homogénea. Actualmente, 37 estados han sancionado algún tipo de reglamento que limita el acceso a celulares en los centros educativos, según señala The Wall Street Journal. David Figlio, profesor de Economía en la Universidad de Rochester y coautor del estudio, señaló que el resultado no estaba garantizado. Parecía lógico, pero no era seguro que prohibir los teléfonos mejorara el aprendizaje, explicó. Aun así, los datos confirmaron una relación positiva, especialmente entre los estudiantes varones. Muchas escuelas han optado por sistemas que obligan a los alumnos a guardar los teléfonos en bolsas especiales que bloquean la señal o en fundas que imposibilitan el uso del aparato durante la jornada. Los beneficios no se limitan a los datos cuantitativos. Tatiana Edwards, docente de matemáticas en el colegio China Lake Junior High School del distrito Sierra Sands, señaló que, aunque aún no dispone de las calificaciones finales, ha observado una mejora palpable en el desempeño de sus alumnos. La gente olvida cuánto influye el comportamiento en las notas, señaló. Edwards también destacó que ya no necesita interrumpir sus clases para pedir a los alumnos que guarden el teléfono, y que la atmósfera en el aula se ha vuelto más apacible. Antes de la prohibición, los estudiantes grababan videos sin permiso y los subían a redes sociales como TikTok, incluso filmando a profesores en situaciones privadas. Mi clase se siente ahora como un espacio más respetado, describió. La prohibición ha generado otros cambios difíciles de medir, pero igualmente importantes. Según Edwards, los alumnos han recuperado parte de la espontaneidad infantil que se había perdido. Vi a unas chicas terminar su trabajo y jugar a un juego de palmadas. Estoy viendo volver un poco de la inocencia de la infancia, relató la maestra. Pese a los resultados positivos, la lucha por mantener las escuelas libres de teléfonos no ha terminado. La presión de las familias para mantener el contacto, la tentación de los estudiantes y las dificultades logísticas para aplicar la medida de manera uniforme siguen siendo desafíos para las autoridades educativas. The Wall Street Journal destaca que la clave para el éxito reside en el compromiso colectivo de directivos, docentes y legisladores para priorizar el bienestar y la concentración de los estudiantes por encima de la conectividad constante. La experiencia de los distritos pioneros en Estados Unidos sugiere que prohibir el uso de teléfonos en las aulas no solo contribuye a mejorar la disciplina y el ambiente escolar, sino que puede traducirse en mejores resultados académicos y en una infancia más auténtica para los alumnos. El debate sigue abierto, pero los primeros datos parecen respaldar la apuesta por aulas libres de distracciones digitales. En California, el distrito escolar Sierra Sands Unified aplicó la restricción al uso de celulares en las aulas tras enfrentar un aumento sostenido de conflictos y problemas de disciplina entre los estudiantes. Cuando tienes 267 incidentes de amenazas y lesiones físicas en las primeras diez semanas del año escolar, eso es un problema grave, explicó la superintendenta del distrito, April Moore, en declaraciones citadas por el diario. Según Moore, muchos enfrentamientos se organizaban a través de los celulares sin que los adultos lo notaran. Los estudiantes usaban los teléfonos para coordinar peleas, acoso y encuentros para vapear dentro de la escuela. Cuando las conductas escalan en un espacio invisible, no podemos intervenir a tiempo, afirmó. En las primeros diez semanas del ciclo escolar tras la implementación de la medida contra los teléfonos móviles, el número de incidentes por amenazas y lesiones físicas cayó casi a la mitad: de 267 a 142 casos, comparado con el año anterior. Los reportes por acoso se redujeron en un 83%, descendiendo a solo 19, y las suspensiones bajaron un 69%, situándose en 72. En Florida, un distrito urbano mostró un proceso similar, aunque con una etapa inicial complicada. El estado fue el primero en aprobar una política obligatoria sobre el uso de celulares en escuelas, en 2023. Durante el primer año, aumentaron las suspensiones, en parte porque muchos estudiantes fueron sancionados por incumplir la nueva norma. Ese efecto fue temporal. Con el tiempo, los problemas disciplinarios volvieron a niveles anteriores y la asistencia mejoró. En el segundo año de aplicación de la prohibición, empezaron a verse mejoras en el desempeño académico. Según un estudio citado por The Wall Street Journal, los mayores avances se registraron en las escuelas donde el uso del celular era más intenso antes de la medida. En esos centros, los resultados en pruebas estandarizadas aumentaron en promedio 0,6 puntos percentiles. El cambio, sin embargo, no fue sencillo. La decisión de prohibir los teléfonos enfrentó resistencia, especialmente de padres acostumbrados a comunicarse con sus hijos en cualquier momento. En muchos centros, la política de teléfonos quedaba a criterio de los maestros, lo que generaba diferencias en la aplicación y desgaste entre el profesorado. Algunos docentes decidieron abandonar su puesto al no poder lidiar con la vigilancia constante de los dispositivos. No fue hasta que los estados comenzaron a legislar políticas obligatorias sobre el uso de teléfonos en las escuelas que la aplicación se hizo más homogénea. Actualmente, 37 estados han sancionado algún tipo de reglamento que limita el acceso a celulares en los centros educativos, según señala The Wall Street Journal. David Figlio, profesor de Economía en la Universidad de Rochester y coautor del estudio, señaló que el resultado no estaba garantizado. Parecía lógico, pero no era seguro que prohibir los teléfonos mejorara el aprendizaje, explicó. Aun así, los datos confirmaron una relación positiva, especialmente entre los estudiantes varones. Muchas escuelas han optado por sistemas que obligan a los alumnos a guardar los teléfonos en bolsas especiales que bloquean la señal o en fundas que imposibilitan el uso del aparato durante la jornada. Los beneficios no se limitan a los datos cuantitativos. Tatiana Edwards, docente de matemáticas en el colegio China Lake Junior High School del distrito Sierra Sands, señaló que, aunque aún no dispone de las calificaciones finales, ha observado una mejora palpable en el desempeño de sus alumnos. La gente olvida cuánto influye el comportamiento en las notas, señaló. Edwards también destacó que ya no necesita interrumpir sus clases para pedir a los alumnos que guarden el teléfono, y que la atmósfera en el aula se ha vuelto más apacible. Antes de la prohibición, los estudiantes grababan videos sin permiso y los subían a redes sociales como TikTok, incluso filmando a profesores en situaciones privadas. Mi clase se siente ahora como un espacio más respetado, describió. La prohibición ha generado otros cambios difíciles de medir, pero igualmente importantes. Según Edwards, los alumnos han recuperado parte de la espontaneidad infantil que se había perdido. Vi a unas chicas terminar su trabajo y jugar a un juego de palmadas. Estoy viendo volver un poco de la inocencia de la infancia, relató la maestra. Pese a los resultados positivos, la lucha por mantener las escuelas libres de teléfonos no ha terminado. La presión de las familias para mantener el contacto, la tentación de los estudiantes y las dificultades logísticas para aplicar la medida de manera uniforme siguen siendo desafíos para las autoridades educativas. The Wall Street Journal destaca que la clave para el éxito reside en el compromiso colectivo de directivos, docentes y legisladores para priorizar el bienestar y la concentración de los estudiantes por encima de la conectividad constante. La experiencia de los distritos pioneros en Estados Unidos sugiere que prohibir el uso de teléfonos en las aulas no solo contribuye a mejorar la disciplina y el ambiente escolar, sino que puede traducirse en mejores resultados académicos y en una infancia más auténtica para los alumnos. El debate sigue abierto, pero los primeros datos parecen respaldar la apuesta por aulas libres de distracciones digitales. Con información de Infobae Suscribite! Y recibí las noticias más importantes! Y recibí las noticias más importantes!
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