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» Treslineas
Fecha: 29/12/2025 09:49
Los datos privados desmienten la euforia oficial y advierten que la competencia importada y el endeudamiento récord de las familias ponen un techo a la recuperación del 2026. Eugenia Muzio La actividad va a subir, eso va a compensar, aseguró un alto funcionario del Gobierno a un grupo de periodistas entre los que se encontraba PERFIL. La frase apuntaba a desactivar las dudas sobre cómo se iba a cubrir el hueco que dejaría en la ANSES el fondeo de los nuevos Fondos de Asistencia Laboral (FAL) si se aprueba la reforma laboral. La tesis de la Casa Rosada es que, con dos años de gestión de prueba, la macro ordenada y la desregulación desatarán un subidón productivo que saneará las cuentas de las empresas. Pero en las fábricas el 2025 cierra con números en rojo y los industriales se preguntan cuál es el driver real que evitará una nueva sangría el próximo año. Los datos del cierre de año desmienten la euforia de las planillas de Excel oficiales. Según el último informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), la actividad fabril se desplomó en torno a un 6% interanual en noviembre. Lejos de ser un bache estacional, la cifra confirma un estancamiento estructural: la producción está 10% por debajo de los niveles de 2022 y 2023. Pero el dato que enciende las alarmas en las gerencias financieras no es solo el de producción, sino el de la cadena de pagos. Asoma un problema de liquidez: el 52% de las empresas pymes reporta retrasos en los cobros de clientes y un 35% admite dificultades para cumplir con sus propios compromisos financieros, según datos del Observatorio Pyme citados por la entidad fabril. La ilusión del arrastre estadístico La divergencia entre la expectativa oficial y la realidad fabril se explica, en parte, por cómo se leen los números. Un informe técnico de la consultora Epyca advierte que el crecimiento promedio que mostrará el 2025 (4,4%) es un espejismo provocado por el "arrastre estadístico" del rebote de finales de 2024. Entre abril y octubre de 2025 la actividad apenas avanzó un 0,3%. Esto deja a la economía entrando al 2026 con apenas 0,5% de ese arrastre, frente al 3,1% que dejó el 2024. Con la aprobación del Presupuesto 2026, el acuerdo con el FMI adquiere fuerza de ley El "efecto China" y la competencia imposible Por el lado de la micro, la apertura comercial y el atraso cambiario son un combo difícil de afrontar. Ni con las tres reformas juntas competimos contra China, graficó un referente metalúrgico. El diagnóstico es compartido institucionalmente. Elio Del Re, presidente de ADIMRA, puso cifras al fenómeno en diálogo con este medio: Los números del último informe nos están dando aumentos casi del 70% en las importaciones metalúrgicas en comparación interanual. Es muy difícil que una PyME argentina pueda competir contra la política industrial de un país que subsidia sus exportaciones. El impacto en el empleo es directo. Del Re advirtió que el sector metalúrgico ya acumula una pérdida de 15.000 puestos de trabajo en los últimos 24 meses. La ecuación de rentabilidad está rota: mientras los precios de los productos industriales corren por debajo de la inflación general por la falta de demanda, los costos de los servicios y tarifas vuelan en términos reales. El reporte de la UIA confirma esta dinámica de desplazamiento: el 37% de las empresas declaró haber perdido participación en el mercado interno a manos de la competencia importada, principalmente de productos terminados de origen chino. Además, el 81% de las firmas señala una "fuerte presión de costos" que les impide ser competitivas. Consumo: el techo de la recuperación En el Gobierno apuestan a que la baja de la inflación reactive el consumo, pero las fuentes del mercado aseguran que el salario real no tracciona. "No vemos nada que esté levantando más allá del campo, la minería y el petróleo", comentan en off the record desde una de las cámaras industriales más importantes del país. El diagnóstico privado es lapidario: "El consumo está planchado, hay poco crédito y el ingreso disponible sigue en el subsuelo". Desde 2023, el sistema se seguridad social perdió más de 690 mil aportantes La esperanza de un diciembre salvador se diluyó rápido. Fuentes del sector comercial advirtieron que noviembre fue "muy malo" y que el último mes del año no mostró la vitalidad estacional esperada. "No hubo repunte con respecto al año pasado, para nada", sentenció una fuente que monitorea las ventas de las cadenas de retail. La reconfiguración del gasto y la deuda familiar El informe de Epyca aporta una radiografía clínica de por qué el consumo no despega: hay una reestructuración del gasto que deja afuera a la industria local. Si bien los supermercados mostraron un leve alivio (+2,7% i.a. en octubre) , los autoservicios mayoristas se derrumbaron un 9,3% interanual y los shoppings cayeron un 4,7%. La apreciación cambiaria está desviando el consumo hacia plataformas de e-commerce internacional como Temu, Amazon y Shein, en detrimento de los comercios físicos locales. Pero el dato más preocupante para la sostenibilidad del 2026 es el financiero: las familias están consumiendo crédito para sobrevivir, no para expandirse. La morosidad de las familias con deudas bancarias saltó al 7,8% en octubre, triplicando la tasa del año anterior. Se trata del nivel más alto desde 2010. Con las tarjetas explotadas y los salarios públicos perdiendo contra la inflación, la capacidad de rebote del consumo masivo parece tener un techo. El escenario para 2026 se perfila como una economía que va a continuar en dos velocidades. Mientras el sector financiero (+22,8% i.a.) y la minería vuelan, la industria y el comercio siguen buscando un piso que no llega.
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