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» Fin del Mundo
Fecha: 29/12/2025 09:35
iciembre no solo marca el cierre del año, sino también un período de celebraciones que modifican de manera significativa la rutina diaria. Entre despedidas laborales, brindis, reuniones familiares y vacaciones, es habitual comer más tarde, beber más de lo habitual y dormir menos. En muchos hogares, esta combinación tiene una consecuencia que se repite año tras año: los ronquidos aumentan. Al respecto, la médica especialista en Otorrinolaringología Ana Cofré (M.N. 117.124 / M.P. 8.815) explicó que durante este mes se combinan varios factores que relajan más de la cuenta las vías respiratorias y favorecen el colapso nocturno. Según señaló en un informe al que accedió la Agencia Noticias Argentinas, lo que se come, lo que se bebe y la hora a la que se descansa influyen directamente en la forma de respirar durante el sueño. En ese sentido, la especialista remarcó que el patrón se repite todos los años porque los desencadenantes son previsibles y acumulativos. Entre ellos, el alcohol aparece como el principal factor que agrava los ronquidos durante las fiestas. Estudios científicos publicados en el Journal of Pharmaceutical Analysis y revisiones sobre trastornos respiratorios del sueño confirman que el consumo de alcohol incrementa los ronquidos tanto en personas que ya roncaban como en aquellas sin antecedentes. El motivo es fisiológico: el alcohol relaja en exceso los músculos que mantienen abiertas las vías respiratorias, lo que facilita su estrechamiento y genera la vibración de los tejidos que produce el ronquido. Además, Cofré advirtió que el alcohol puede provocar inflamación nasal y congestión, favoreciendo la respiración bucal y aumentando aún más el problema. A este factor se suma el impacto de las comidas abundantes y los horarios tardíos, un clásico de las celebraciones argentinas. Cuando una ingesta calórica elevada se combina con cenas nocturnas y descanso inmediato, el cuerpo responde con digestiones prolongadas, reflujo y congestión, condiciones que también favorecen los ronquidos. No es solo lo que se come, sino la combinación de abundancia, horario tardío y descanso inmediato, explicó la especialista, quien además señaló que en diciembre suele haber menos actividad física y más estrés, elementos que alteran la calidad del sueño y pueden intensificar los ronquidos. Por otra parte, Cofré advirtió que hay situaciones en las que el ronquido deja de ser un problema menor. Si se vuelve diario o se acompaña de pausas respiratorias, jadeos nocturnos o somnolencia diurna, podría tratarse de apnea obstructiva del sueño. En ese marco, el alcohol puede actuar como un desencadenante incluso en personas sin diagnóstico previo. El alcohol puede revelar una apnea obstructiva del sueño que hasta ese momento pasaba desapercibida, alertó la especialista, quien recomendó algunas medidas simples para reducir los ronquidos sin dejar de disfrutar de las fiestas: evitar el alcohol cerca de la hora de dormir, optar por comidas más livianas, mantenerse hidratado, dormir de costado y registrar los patrones de sueño. Finalmente, la médica subrayó que un diciembre más tranquilo empieza por entender cómo dormimos y concluyó: Mi consejo es disfrutar, pero con conciencia. Un poco de moderación puede mejorar mucho la calidad del sueño de todos en la casa.
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