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  • El año en el que se aceleró el achique inducido de la industria y el comercio

    » El Litoral

    Fecha: 29/12/2025 09:02

    El año en el que se aceleró el achique inducido de la industria y el comercio Santa Fe perdió más de 2.100 pymes y casi 16 mil empleos desde 2023. La apertura importadora, la caída del poder adquisitivo y la falta de inversión golpean al aparato productivo. El año que termina ha sido uno de los peores de los últimos tiempos para la mayor parte de los sectores industriales argentinos. La profundización del proceso de destrucción inducido del aparato productivo nacional ha sido una de las decisiones de política económica más importantes que ha tomado el gobierno de Javier Milei en 2025, en el que la actividad de la economía real solo ha tenido un par de meses buenos en la primera mitad y cuyas consecuencias sociales empiezan a sentirse con fuerza, sobre todo en el interior del país, con el aumento de la desocupación. Desde noviembre de 2023 hasta setiembre de 2025 la provincia de Santa Fe perdió 2.102 unidades productivas (un promedio de 3,28 por día) y 15.863 empleos (24,82 diarios) de acuerdo con el informe publicado por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo que depende de la Secretaría de Trabajo de la Nación. Y por las previsiones que empiezan a hacerse públicas el año que viene no será mejor para la mayoría de los sectores que, además de la caída del poder de compra de los ingresos, tiene que enfrentarse a la competencia de los importados que de acuerdo con el tercer informe del Observatorio de Importaciones de Apyme Santa Fe, sumaron U$S 749 millones de dólares los primeros diez meses del año, lo que representó un aumento del 237,3% respecto de igual período de 2024. El año en el que se aceleró el achique inducido de la industria y el comercio. Todos los informes, sean de organismos oficiales como de consultoras privadas, muestran un retroceso en la mayoría de las actividades, la excepción son las vinculadas a la energía, la minería y la intermediación financiera, por causas que en general son coincidentes: caída del poder adquisitivo de los salarios, la apertura de importaciones, la caída de las exportaciones, el costo del financiamiento y el aumento del contrabando. Pero ni siquiera a la actividad minera le ha ido bien en términos de empleo porque mientras en noviembre de 2023 había 94.600, hoy hay 87.500 empleos formales. La producción manufacturera santafesina se retrajo en octubre el 3,2% interanual y acumula una recuperación leve de 3,1% en relación con el año pasado, uno de los peores de la década, de acuerdo con el informe de actividad industrial difundido por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). Dos ramas industriales de la provincia cayeron en términos interanuales los últimos 12 meses: Productos de metal y servicios de trabajo y Productos metálicos para uso estructural. En el caso de la producción automotriz solo creció un mes de los últimos doce (abril 2025 el 6,2%). Es el cuarto mes consecutivo que la actividad industrial provincial retrocede en términos interanuales tras seis meses de crecimiento y su nivel se ubica un 8,2% por debajo del alcanzado en el año 2022, de acuerdo con el índice de producción que elabora la entidad. Los resultados del relevamiento del INDEC sobre el desempeño de la economía nacional en el tercer trimestre publicado a mediados de diciembre es una buena radiografía del comportamiento de las distintas actividades económicas: mostró un crecimiento de 3,3% respecto del mismo período de tiempo del año pasado y solo el 0,3% respecto del segundo semestre de 2025, impulsado por la Intermediación financiera (28,4%) y Explotación de minas y canteras (10,3%), mientras que la construcción lo hizo solo el 1% medida contra un año que fue de los peores de los últimos y la industria cayó 2,4%. Se aceleró la destrucción inducida del aparato productivo nacional. Por su parte la inversión, un indicador clave en el comportamiento de la economía productiva, se desplomó 6% en el tercer trimestre y, de acuerdo con la información del Banco Central por primera vez en 22 años, la inversión extranjera directa en Argentina tuvo un resultado negativo, fundamentalmente por la venta de empresas multinacionales que abandonan el país. Entre enero y noviembre de 2025 se registró una salida neta de capitales que alcanzó los U$S 1.521 millones, lo que revela un proceso de desinversión de las empresas. Para poner en contexto, entre 2020 y 2023 la inversión extranjera directa tuvo un saldo positivo promedio de 953 millones millones de dólares, en tanto entre 2016 y 2019 fue de 3.235 millones. Mientras que el uso de la capacidad en la industria se ubicó en 61,0% en octubre, 2 puntos porcentuales por debajo del mismo mes de 2024 (63,0%) y 0,1 en la comparación con septiembre (61,1%). Aquí, la manufactura de productos textiles fue la que registró la mayor baja interanual y solo está utilizando el 32,5% de la capacidad instalada frente a 47,8% en octubre del año pasado. En cambio, la refinación del petróleo, una de las pocas actividades ganadoras, subió de 79,1% a 82,2%. "Débil, heterogénea entre sectores y con impacto negativo sobre el empleo formal", la definió en su última reunión del año la Unión Industrial Argentina a la actividad manufacturera que perdió 4.303 empleos en septiembre y 21.190 empleos en los primeros 9 meses del año. También insistieron en la necesidad de que el gobierno haga política industrial, la necesidad de medidas de mayor acceso al crédito y de reducción de la presión fiscal récord sobre la producción de bienes transables que compiten con el mundo en desigualdad de condiciones, lo que varias veces fue dicho con la expresión "igualar la cancha". En un documento que lleva por título "Industria argentina en emergencia: convocatoria nacional ante el industricidio", la Confederación de sindicatos industriales de la República Argentina (CSIRA) puso en números y porcentajes las consecuecias de las políticas económicas nacionales: entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 se perdieron 138.573 empleos privados, de los cuales 42.406 correspondían a la industria manufacturera. En el mismo período de tiempo cerraron 1.974 fábricas. En tanto los sectores de la construcción y la minería sumaron otros 111.747 empleos destruidos y 1.790 empresas cerradas. Finalmente, más del 75% de los gremios dice que la situación empeoró que se reflejan en caída de las ventas, de la producción, de la capacidad instalada y de las exportaciones mientras suben los despidos, los retiros voluntarios, adelanto de vacaciones y suspensiones. Un tercio de los gremios asegura que los incrementos salariales quedaron por debajo de la inflación y el 86% prevé un último trimestre aún peor. Consideran que la principal causa de la crisis es la fuerte caída del poder adquisitivo de la población (37%), seguida por la apertura de importaciones (25%) y los condicionamientos del FMI (25%). Esta es la situación en la que está la industria este fin de año, donde una de cada dos empresas tuvo dificultades para afrontar al menos uno de los siguientes pagos: salarios, proveedores, compromisos financieros, servicios públicos e impuestos según la UIA, y que se agravará a partir de enero cuando entre en vigor el anuncio del ministro Caputo de flexibilización de las bandas cambiarias porque la enfrentará a un proceso indexatorio mensual del precio del dólar (y con ello de todos los precios de la economía) que no solo no bajará la inflación, sino que la perpetuará en el tiempo y dará inicio a un ciclo de competencia entre precios y salarios que ya pasó muchas veces. Y si bien todas las encuestas revelan optimismo por parte de los empresarios consultados, este parece estar más fundado en la esperanza y un sentimiento de supervivencia que en razones concretas como una recuperación de los salarios o de las inversiones, sin lo cual es imposible que se recupere el aparato productivo en particular y la economía argentina en general. También terminará con una gran paradoja, como lo destacó el economista Daniel Schteingart en su cuenta de X: "Es la primera vez en tres décadas que la economía crecerá y se destruirán empleos formales en el sector privado. Hasta ahora, siempre que crecía la economía se creaba empleo. Y (casi) siempre que caía, se destruía".

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