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Fecha: 29/12/2025 08:05
Impulsada por cifras récord en premios y acuerdos publicitarios de alto impacto, Coco Gauff lidera un ranking donde el tenis mantiene el protagonismo, aunque empiezan a ganar espacio figuras del básquet y el fútbol. La nómina refleja una mayor diversidad de disciplinas y perfiles, pero también deja en evidencia una realidad persistente: pese al crecimiento sostenido del deporte femenino, la diferencia económica con respecto a los hombres continúa siendo muy marcada. Cuánto puede llegar a cobrar una deportista profesional destacada en su disciplina Tras imponerse a Aryna Sabalenka y quedarse con el título de las Finales de la WTA disputadas el mes pasado en Riad, Arabia Saudita, Elena Rybakina celebró mucho más que una consagración deportiva. La tenista kazaja de 26 años se llevó el mayor premio económico entregado en un solo torneo en la historia del tenis femenino: un cheque por 5,235 millones de dólares. Ese logro se inscribe en un contexto más amplio, marcado por el crecimiento de los premios y el interés comercial en el deporte femenino, una tendencia que también alcanzó a otras disciplinas. Un ejemplo claro se dio en noviembre, cuando la tailandesa Jeeno Thitikul se quedó con el Campeonato del Tour del CME Group en el circuito LPGA. La victoria le reportó 4 millones de dólares, una cifra récord para el golf femenino. En el básquet, en tanto, jugadoras como Sabrina Ionescu y Angel Reese encontraron una alternativa para mejorar sus ingresos más allá de la WNBA donde el salario máximo en 2025 fue de 249.244 dólares al sumarse a la liga invernal Unrivaled. Según datos difundidos, esa competencia pagó en su primera temporada un promedio de 220.000 dólares por jugadora y ya anticipó aumentos salariales para 2026. El fenómeno se refleja en números globales. De acuerdo con estimaciones de Forbes, las 20 deportistas mejor pagadas del mundo reunieron ingresos por 293 millones de dólares en el último año, antes de impuestos y comisiones. Esa cifra implica un crecimiento del 13% respecto de los 258 millones registrados el año anterior. Para integrar el top 20, además, el piso mínimo subió a 8,1 millones de dólares, frente a los 6,3 millones de doce meses atrás. En ese ranking aparecen, entre otras, Aryna Sabalenka (2ª), Elena Rybakina (8ª), Sabrina Ionescu (13ª), Jeeno Thitikul (14ª), Angel Reese (15ª) y Caitlin Clark (11ª), figura de la WNBA con Indiana Fever. Por segundo año consecutivo, el liderazgo quedó en manos de Coco Gauff. La tenista estadounidense, de apenas 21 años y recientemente incluida en la lista Forbes 30 Under 30 en deportes, acumuló ingresos por unos 33 millones de dólares en los últimos 12 meses. Si bien cerca de 8 millones provinieron de sus resultados deportivos incluido su segundo Grand Slam, Roland Garros, ganado en junio, la mayor parte de su facturación llegó a través de contratos comerciales con marcas como New Balance, Bose y Baker Tilly. Ninguna otra atleta en actividad supera los 25 millones de dólares que Gauff genera fuera de la cancha. Con una compensación total estimada en 34,4 millones de dólares durante 2024, Gauff también se metió en un grupo selecto. En los 18 años que Forbes lleva elaborando este ranking, solo dos mujeres lograron cifras superiores: Naomi Osaka y Serena Williams, ambas con sus picos en 2021. Osaka alcanzó entonces 57,3 millones, mientras que Williams llegó a 45,9 millones. El listado de este año incluyó a 14 atletas con ingresos superiores a los 10 millones de dólares, un nuevo récord que supera el máximo previo de 11, establecido en 2024. Sin embargo, la nómina solo contempla a deportistas en actividad durante 2025, lo que dejó afuera a figuras como Simone Biles, ausente desde los Juegos Olímpicos de París 2024, y a Venus Williams, con un calendario muy reducido. Aunque no hubo gimnastas, la diversidad de disciplinas fue mayor que en otras ediciones: cuatro jugadoras de básquet, dos golfistas, dos esquiadoras y representantes de deportes que nunca habían aparecido en el ranking, como atletismo y rugby. El tenis, de todos modos, volvió a ser el más representado, con diez nombres, aunque esa cifra quedó por debajo de las 11 y 12 de los dos años anteriores. Pese al crecimiento, la distancia con los varones sigue siendo enorme. Desde 2023, ninguna mujer logró ingresar al ranking de los 50 atletas mejor pagos del mundo. En 2025, el umbral de entrada fue de 53,6 millones de dólares, más de 20 millones por encima de lo que ganó Gauff. En conjunto, los 20 hombres mejor remunerados superaron los 2.300 millones de dólares, casi ocho veces el total acumulado por las mujeres. Parte de esa brecha se explica por las oportunidades comerciales. Este año, los 20 varones con mayores ingresos generaron cerca de 674 millones de dólares fuera del campo de juego, más del triple de los 212 millones obtenidos por las mujeres. Aun así, la diferencia más fuerte aparece en los salarios, premios y bonificaciones. Según datos de Spotrac, 82 deportistas hombres de la NFL, MLB y NBA superaron en 2025 los ingresos totales de Coco Gauff únicamente con sus sueldos. En consecuencia, el 72% de los ingresos de las 20 atletas mejor pagadas provino de actividades extradeportivas, mientras que entre los varones el 71% se originó en el rendimiento competitivo. La desigualdad es algo menor en los deportes individuales, aunque sigue siendo significativa. Jeeno Thitikul, por ejemplo, ganó 7,6 millones de dólares en premios de la LPGA este año, pero esa cifra fue superada por decenas de golfistas del PGA Tour y del LIV Golf. "Hay jugadoras que llenan más estadios que algunos hombres y aun así cobran mucho menos", señaló Gauff en diálogo con Forbes. "Si se analizan los torneos combinados de WTA y ATP, la brecha salarial no parece tener demasiado sentido", agregó. A nivel estructural, la diferencia responde a los ingresos que generan las ligas. Mientras la NFL facturó 23.000 millones de dólares en su último ejercicio, Deloitte proyecta que los deportes femeninos moverán en conjunto 2.350 millones este año, por encima de los 1.880 millones de 2024. Según Forbes, el valor promedio de las franquicias alcanza los 272 millones de dólares en la WNBA y los 134 millones en la NWSL. De todos modos, el crecimiento empieza a reflejarse en mejoras concretas. La LPGA anunció un pozo récord de 132 millones de dólares para la próxima temporada, un 91% más que en 2021. La WTA, por su parte, se comprometió a igualar los premios en torneos combinados de categorías 500 y 1000 para 2033, y el Charleston Open será desde 2026 el primer WTA 500 en hacerlo de forma voluntaria. En el básquet femenino también se anticipan cambios profundos. La WNBA y el sindicato de jugadoras negocian un nuevo convenio colectivo de cara a la entrada en vigencia, en 2026, de un contrato televisivo por 2.200 millones de dólares a 11 años. Entre las propuestas figura cuadruplicar los salarios mínimo y máximo, llevándolos a 225.000 y 1 millón de dólares. A eso se suman nuevas ligas como Athletes Unlimited y Project B, que planea ofrecer contratos de hasta 2 millones por temporada desde 2026-2027. Con estas cifras, por primera vez, muchas atletas comienzan a vislumbrar la posibilidad de romper techos económicos que hasta hace poco parecían fuera de alcance.
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