Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Murió BB, un símbolo sensual que trascendió el séptimo arte

    » La Gaceta Tucuman

    Fecha: 29/12/2025 03:49

    Nacida el 28 de septiembre de 1934 en París, en el seno de una familia burguesa, BB -como la llamaban- mostró desde muy joven una fuerte inclinación por la danza y el arte. Antes de llegar al cine, había incursionado en el modelaje, una experiencia que le abrió las puertas de la industria cinematográfica francesa. Su irrupción definitiva en la escena internacional se produjo en 1956, con Y Dios creó a la mujer, dirigida por Roger Vadim, quien entonces era su esposo. La película fue considerada provocadora y escandalosa para la época, y marcó un quiebre en la representación de la sexualidad femenina, transformando a Bardot en un mito erótico y en un símbolo cultural de alcance global. Durante casi dos décadas protagonizó cerca de medio centenar de largometrajes y grabó más de 70 canciones. Trabajó con directores clave del cine francés, como Jean-Luc Godard y Louis Malle, y dejó interpretaciones que se volvieron emblemáticas. En La verdad (1960) obtuvo el premio David di Donatello, uno de los máximos galardones del cine italiano, y en El desprecio (1963) consolidó su condición de musa del séptimo arte. Su imagen, asociada a los años 50 y 60, trascendió la pantalla y se convirtió en una referencia estética y de moda, con un estilo que aun hoy continúa siendo imitado. En 1973, cuando tenía 39 años y se encontraba en la cúspide de su popularidad, Bardot tomó una decisión que sorprendió al mundo del espectáculo: se retiró definitivamente del cine. Definió la fama como una prisión dorada y aseguró haber encontrado un nuevo sentido a su vida lejos de los sets de filmación. Desde entonces, volcó toda su energía a la defensa de los animales, causa que consideró su verdadero legado. En 1986 fundó la Fundación Brigitte Bardot, desde donde impulsó campañas contra el maltrato animal, contra la caza de focas, contra la experimentación científica y contra prácticas que consideraba crueles. Su activismo tuvo repercusión internacional. Una de las imágenes más recordadas de esa etapa fue su aparición en 1977 abrazando una cría de foca en Canadá, una fotografía que recorrió el mundo y contribuyó a que varios países adoptaran restricciones e incluso prohibiciones sobre esa actividad. Bardot nunca dejó de utilizar su notoriedad para denunciar abusos y presionar a las autoridades, convencida de que su compromiso con los animales era el eje central de su vida. La Sociedad Protectora de Animales de Francia la homenajeó como figura icónica y apasionada defensora de los más vulnerables, destacando que su compromiso contribuyó a importantes avances en la protección animal. Bardot había sido declarada culpable en cinco ocasiones por distintos tribunales franceses, por incitar al odio racial a partir de incidentes inspirados en su oposición a la práctica musulmana de sacrificar ovejas durante festividades religiosas anuales, como el Eid al-Adha. Vida privada La vida personal de Bardot fue tan intensa como polémica. Se casó cuatro veces y fue madre de un único hijo, Nicolas, experiencia que ella misma describió como traumática. Su relación con el actor Jacques Charrier y con su hijo derivó en conflictos públicos y judiciales, que alimentaron durante años la atención de la prensa. También fue musa de artistas e intelectuales: Serge Gainsbourg compuso para ella Je taime moi non plus, y Simone de Beauvoir le dedicó el ensayo Brigitte Bardot y el síndrome Lolita, en el cual analizó su figura como fenómeno cultural. En el plano político y social, Bardot fue una figura controvertida hasta el final. Apoyó públicamente a la dirigente ultraderechista Marine Le Pen, realizó duras declaraciones sobre inmigración y fue condenada en varias ocasiones por incitación al odio. Era extraordinariamente francesa: libre, indomable, íntegra. La echaremos muchísimo de menos, destacó Le Pen en su cuenta de X. En los últimos años, Bardot también había generado debate por sus posturas durante la pandemia de covid-19 y por su mirada crítica sobre el movimiento #MeToo, asociado a la lucha de las mujeres contra los abusos. Afectada por problemas de salud, había atravesado internaciones y desmentido en reiteradas oportunidades rumores sobre su muerte. Vivía retirada en el sur de Francia, entre su histórica residencia de La Madrague y otra casa rodeada de vegetación donde albergaba animales. En una entrevista concedida este año confesó anhelar la paz y la naturaleza y aseguró llevar una vida austera, alejada de la tecnología. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, la despidió con un mensaje en el que destacó que Bardot encarnó una vida de libertad, y la definió como un resplandor universal. Sus películas, su voz, su fama deslumbrante, sus iniciales, sus penas, su generosa pasión por los animales, su rostro que se convirtió en Marianne: Brigitte Bardot encarnó una vida de libertad. Una existencia francesa, un resplandor universal. Nos emocionó. Lamentamos a una leyenda del siglo, afirmó. Repercusiones Como suele ocurrir con las figuras de esa talla, la noticia de su muerte trascendió rápidamente las fronteras y generó repercusiones en varios países. El ministro de Cultura de Italia, Alessandro Giuli, subrayó que Bardot no solo fue una protagonista del cine mundial, sino también una intérprete extraordinaria de las libertades fundamentales occidentales. Que Bardot fue un icono de belleza, admirada y buscada en todo el mundo es incuestionable. Que defendió con firmeza su visión de los valores culturales y sociales, y su compromiso cívico, merece atención y gran respeto. Queremos recordarla así, en su verdadera belleza, señaló. No fue simplemente una de las mujeres más bellas del mundo; fue la mujer más bella del mundo, y todavía lo es. Tenía un valor que los hombres todavía no sabemos referenciar, y si se preocupó tanto por los animales probablemente fue porque los hombres la decepcionaron; todos nosotros, reflexionó el actor francés Pierre Arditi. Hemos sido amigos durante 45 años Si Brigitte Bardot no hubiera existido nunca habríamos tenido la carrera que tuvimos. Creyó en nosotros antes que nadie. Amaba la vida y alcanzó momentos mágicos con nosotros, manifestó Chico Bouchikhi, músico y cofundador de los Gipsy Kings) Con su muerte se cierra una era para el cine francés y para una forma de entender el compromiso público desde el arte. Admirada y cuestionada, Brigitte Bardot deja una huella indeleble, tanto por su legado artístico como por una militancia animalista que marcó época y trascendió generaciones.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por