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  • Fallece Brigitte Bardot, icono del cine europeo y mito cultural del siglo XX - Diario El Sureño

    » Surenio

    Fecha: 29/12/2025 03:46

    El cine europeo despide a Brigitte Bardot, una de las actrices más influyentes del siglo XX y un icono cultural irrepetible. El cine europeo y la cultura popular despiden a una figura irrepetible. Brigitte Bardot, actriz, cantante, icono de estilo y símbolo cultural del siglo XX, ha fallecido a los 91 años en su domicilio del sur de Francia. La noticia fue confirmada por la Associated Press, a través de Bruno Jacquelin, portavoz de la Fundación Brigitte Bardot para la protección de los animales. No se ha comunicado la causa de la muerte ni los detalles de los actos de despedida. Hablar de Bardot no es solo hablar de cine. Es hablar de una revolución silenciosa y a veces escandalosa que cambió para siempre la forma en la que el séptimo arte miraba el deseo, la juventud y la libertad femenina. Una joven parisina destinada a romper moldes Brigitte Bardot nació en París el 28 de septiembre de 1934, en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven mostró talento artístico, especialmente como bailarina, y estudió ballet antes de dar el salto al mundo del modelaje. Con apenas 15 años apareció en la portada de Elle, una imagen que cambiaría su destino: allí fue descubierta por el director Marc Allégret y, poco después, por Roger Vadim. Vadim no solo la introdujo en el cine, sino que se convirtió en su primer marido y en el gran arquitecto de su irrupción internacional. Bardot empezó con pequeños papeles en los primeros años 50, mientras Europa aún se recuperaba de la posguerra y el cine estadounidense dominaba la conversación global. El terremoto llamado And God Created Woman Todo cambió en 1956 con And God Created Woman. La película, escrita y dirigida por Vadim, fue recibida con tibieza en Francia, pero explotó en el mercado internacional. Bardot apareció en pantalla como una fuerza indomable: joven, sensual, libre y sin culpa. Para el público anglosajón, acostumbrado a una representación mucho más contenida de la sexualidad femenina, aquello fue un shock cultural. El filme recaudó millones fuera de su país y convirtió a Bardot en el primer gran sex symbol europeo con impacto global. No era Marilyn Monroe, no era la rubia madura y sofisticada de Hollywood. Bardot representaba otra cosa: espontaneidad, juventud y un erotismo casi salvaje que conectó con una nueva generación. Más que un mito erótico Reducir a Bardot a su condición de símbolo sexual sería injusto, aunque inevitable. Su influencia fue mucho más profunda. Entre ella y Audrey Hepburn, el cine de los años 50 y 60 consolidó una nueva obsesión por la juventud femenina que se extendió a la moda, la publicidad y la música popular. Bardot protagonizó numerosos éxitos en Francia como La Parisienne, The Bride Is Much Too Beautiful o The Night Heaven Fell, alternando comedia, drama y romance. También trabajó fuera de su país en producciones internacionales que ampliaron su fama y su alcance. El intento de ser tomada en serio Aunque el público la adoraba, Bardot siempre tuvo una relación ambivalente con su imagen. Intentó romper con el encasillamiento participando en proyectos más ambiciosos desde el punto de vista artístico. El ejemplo más célebre es Le Mépris, dirigida por Jean-Luc Godard. La película, hoy considerada un clásico absoluto de la Nouvelle Vague, jugaba irónicamente con la fama de Bardot, utilizándola como comentario metacinematográfico sobre el propio cine y la industria. Aunque el reconocimiento crítico fue mayor con el paso del tiempo que en su estreno, Le Mépris consolidó su lugar en la historia del cine. Una carrera internacional y variada En los años 60, Bardot siguió alternando cine europeo y producciones internacionales. Destacan títulos como Viva Maria, dirigida por Louis Malle y coprotagonizada por Jeanne Moreau, que le valió una nominación al BAFTA, o el western Shalako, donde compartió pantalla con Sean Connery. A pesar del éxito, el desgaste emocional y mediático fue enorme. Bardot nunca ocultó su incomodidad con la fama, la presión de la industria y la constante sexualización de su imagen. Retirada temprana y cambio de vida En 1973, con solo 39 años, Brigitte Bardot tomó una decisión radical: se retiró definitivamente del cine. Sus últimos trabajos, rodados ese mismo año, cerraron una filmografía de más de 40 películas. A partir de entonces, rechazó ofertas, homenajes y proyectos, incluido un biopic sobre su vida que llegó a generar rumores en Hollywood. Lejos de los focos cinematográficos, Bardot se reinventó por completo. Música, activismo y una nueva notoriedad Además de actriz, Bardot fue también cantante. Grabó alrededor de 80 canciones, algunas de ellas muy populares en los años 60 y 70, colaborando incluso con figuras como Serge Gainsbourg. Su voz y su imagen se convirtieron en parte del imaginario pop francés. Pero su verdadera segunda vida pública llegó con el activismo animalista. En 1986 fundó la Brigitte Bardot Foundation, dedicada a la protección de los animales. Desde entonces, su lucha contra el maltrato animal fue constante y radical, llegando a rechazar la Legión de Honor francesa por coherencia con sus convicciones. Una figura tan influyente como polémica Ese compromiso absoluto también la llevó a la controversia. En sus últimas décadas, Bardot fue duramente criticada por sus posturas políticas de extrema derecha y por declaraciones públicas contra la inmigración y el islam, que le valieron condenas y multas en Francia por incitación al odio. Estas polémicas ensombrecieron parte de su legado y la convirtieron en una figura profundamente divisiva. Admirada por su activismo animalista, rechazada por sus opiniones políticas, Bardot nunca buscó reconciliar ambas facetas ante la opinión pública. El legado de una estrella indomable Brigitte Bardot estuvo casada en varias ocasiones y deja un hijo y dos nietas. Su vida fue intensa, contradictoria y siempre expuesta. Con luces deslumbrantes y sombras incómodas, fue una mujer imposible de ignorar. En términos cinematográficos, su legado es incuestionable: cambió el lenguaje del deseo en el cine, abrió la puerta a una mayor libertad expresiva y se convirtió en un icono que trascendió la pantalla. Su imagen sigue viva en la moda, la música y la cultura pop, décadas después de su retirada. Brigitte Bardot no fue una actriz al uso. Fue un símbolo de ruptura, de provocación y de libertad. Y como todos los grandes mitos, seguirá generando debate mucho después de que se apague el último proyector.

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