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» Clarin
Fecha: 28/12/2025 17:04
El término neurosis pareciera aludir en psicoanálisis a una suerte de resorte espiralado: determinaría la forma en la que somos, nuestro sufrimiento y, también, el de algunos miembros de nuestro entorno. Y así como nosotros, sin darnos cuenta, moldeamos la neurosis de nuestros hijos, fuimos moldeados, en nuestra infancia, por determinantes acciones u omisiones de nuestros padres. ¿Es el pasado una cuestión determinante? Pareciera que, para el psicoanálisis, si. Y las trayectorias de pacientes relatadas en Diez historias de vida, sufrimiento y amor (Paidós), que el prestigioso psiquiatra y psicoanalista Juan David Nasio presentó recientemente en el país, parecen confirmarlo. ¿Hay algún rasgo de la neurosis que se presente con mayor frecuencia e intensidad en la mayoría de las personas? Sí, la insatisfacción está muy frecuentemente instalada en las personas sanas, es uno de los rasgos que más se mezclan con la salud: somos muy duros con nosotros mismos, y a veces no estamos contentos con lo que tenemos. ¿Suele ser la insatisfacción una de las causas de análisis en los neuróticos? Sí, cuando hay sufrimiento. El psicoanálisis necesita un punto de partida que es el sufrimiento. Y se requieren tres cosas, sufrir, consultar a alguien para no sufrir y tener confianza en que ese alguien me va a ayudar. ¿La clase media en Argentina está entonces sobrepsicoanalizada? Mucha gente que va a terapia durante años, y no necesariamente está sufriendo sino tratando de lidiar con su vida cotidiana. Bueno, hay veces que al principio sufrimos, y luego nos instalamos en el análisis porque se ha generado una relación que nos equilibra en la vida y nos conviene, aunque no estemos sufriendo como al principio. Hay tres tipos de neurosis: la histérica, la fóbica y la obsesiva. ¿Todos debemos reconocernos en uno? ¿O podemos presentar los tres rasgos? Hay algunos que dominan más que los otros. En el fóbico, lo que domina es el miedo a ser abandonado. En el obsesivo, el miedo más grande es a que lo humillen. Y en el histérico el miedo más grande es ser no querido. En el libro explica que la neurosis se origina en la infancia, con un traumatismo grave (en cuyo caso habrá una neurosis patológica, con síntomas), o con microtraumatismos de crecimiento, como el nacimiento de un hermano. Cosas que le pasan a cualquiera. ¿Cómo es que estos traumatismos moldean nuestra neurosis? Depende. En el libro doy el ejemplo de los termómetros [N. de la R: se refiere al caso de la mamá de una nena de 10 años a la que el médico le dijo que por su enfermedad la lleve en caso de fiebre a Urgencias, y ella le tomaba a la nena la temperatura por vía rectal cuatro veces por día].Esos son microtraumatismos sexuales, porque la madre, sin querer, está haciéndole caricias en el ano a la chica todos los días, varias veces, es horrible. Ahí hay microtraumatismo, y esa chica cuando sea grande, va a tener problemas sexuales, eso lo sé seguro. Cuando una paciente adulta viene con problemas como dolores vaginales en la penetración, que es una dispareunia, yo se que esa mujer probablemente haya padecido de chica o de joven traumatismo o microtraumatismos. No sé si con la madre o con el hermano mayor, que eso también ocurre muy frecuentemente. Algo pasó para que esta mujer de hoy tenga ese trastorno psicológico, psicosomático. ¿Y siempre se puede llegar mediante el análisis a ese hecho del pasado? Las cuestiones muy traumáticas pueden reprimirse... Es cierto. No siempre llegamos, pero estamos atentos a ir a buscar. Es muy complejo, tampoco es tan sistemático. Por ejemplo, yo tengo una paciente que tiene fobia de salir de la casa. Y puedo suponer que siendo chica, ha habido un abandono físico. Puede haber ocurrido realmente o no. Como el caso de otra paciente, que cuando era chica, durante un mes la madre había sido hospitalizada, y el padre no la llevó a verla porque no quería que siendo tan chica vaya al hospital. La nena estuvo sin ver a la mamá y sin entender. Ese es un ejemplo de traumatismo de abandono no real, porque la madre debía estar desesperada también de estar en el hospital y no poder ver a su hija. A veces se le critica al psicoanálisis el peso que le da a la infancia. En el libro, usted confirma que nos determina muchísimo, como si en el presente estuviéramos actuando ese pasado. ¿Qué margen nos queda? Queda un margen: de mejora, de libertad. No muy grande. El conocer una nueva persona, el tener un nuevo trabajo, el tener un nuevo contexto. Mi hija, arquitecta durante 20 años, un día se entusiasmó y empezó a trabajar con mujeres embarazadas. De pronto cambió completamente de eje y bueno, empezó en algo que está ligado a la salud, probablemente ligado conmigo. Ese es un ejemplo del margen de libertad que nos queda, que es elegir otra profesión, en fin, hay libertades, no es todo ni sistemático, ni una máquina cerrada, hay un margen de libertad para corregirnos y mejorarnos. Usted dice que uno de los objetivos del análisis es que la persona esté contenta con lo que es, con lo que tiene y con lo que hace ¿No es una mirada conformista? Es que el tema central es que la persona esté contenta con lo que es. Eso anuncia cosas muy lindas para el futuro. Y también hay que estar contento con el pasado. ¿Aunque haya sido malo? Puede haber habido drama, es el caso de una paciente que tuvo el drama de que no podía quedar embarazada, y cuando lo logra después de mucho esfuerzo, el hijo muere a los dos días de nacer. Y ella termina diciéndome, en la puerta, al final de la última sesión, creo, doctor, que mi gran pena se calmó el día que comprendí que la muerte de mi hijo, que es y seguirá siendo el acontecimiento central de mi vida; esa muerte, no es toda mi vida, el recuerdo de aquella noche horrible no me invade más, hoy puedo trabajar sin pensar en mi hijo todo el tiempo, pero sé que en el momento de mi muerte él estará junto a mí. En una palabra, el drama de ayer no la invade, el drama de ayer fue el drama de ayer, pero ella siguió viviendo y reconoce que el drama es un momento de su vida, pero no es toda su vida. Lo elaboró... Fue el trabajo que hicimos, lo elaboró, quiere decir que el pasado nos determina, puede ser un pasado trágico, pero nos puede ir mejor que ese pasado. Cuando yo veo los Juegos Paralímpicos, con las personas con invalidez, haciendo competencias deportivas sin piernas o sin brazos, y es extraordinario que hayan logrado lo que lograron. ¿Uno se puede sobreponer a todo en la vida? Yo creo que sí. Mientras haya salud, y haya otro que nos quiera y al que queremos. Esas son las dos condiciones para poder sobreponernos a todo. dISCIPULO DE LACAN Juan David Nasio nació y se formó en Argentina: luego de estudiar Medicina, se especializó en Psiquiatría. En 1969 viajó a París, donde fue discípulo de Jacques Lacan. Autor de 37 libros, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la UBA y reconocido en Francia con la más alta distinción que puede recibir un médico: fue promovido al grado de Oficial en la Orden Nacional de la Legión de Honor. Sobre la firma Newsletter Clarín
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