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  • El poder se corrió 50 metros: afirman que Bullrich desplazó a Villarruel en el Senado - Diario Panorama

    » Panorama

    Fecha: 28/12/2025 15:29

    La aprobación del Presupuesto 2026 dejó al descubierto una interna profunda en La Libertad Avanza, con la vicepresidenta marginada y un nuevo centro de control político: la actual senadora y exministra de Seguridad. La intención de la Casa Rosada es aislar a Victoria Villarruel lo más que se pueda. Desde hace tiempo que no participa de las reuniones y el asado en donde se reunió todo el Ejecutivo en Casa Rosada no la tuvo presente. Es alguien que para La Libertad Avanza no forma parte del oficialismo, y se lo hace saber todo lo que puede, con acciones -como no participarla- como así también con gestos. Esto último se pudo ver durante la sesión en donde el oficialismo obtuvo el Presupuesto 2026 en donde la Vicepresidenta quedó fuera de cualquier tipo de discusión y de trabajo. La presencia de Patricia Bullrich en el Senado cambió el eje del poder en la Cámara Alta. La elección de su despacho en el primer piso, el único que comparte piso con la Presidencia de la Cámara, no fue aleatorio. Desde ese lugar se puede observar la puerta del despacho de Villarruel y los movimientos que allí suceden. Pero no solo eso: en la sesión de este viernes los gestos se transformaron en hechos. El despacho de Bullrich fue el bunker al que iban los funcionarios de la Casa Rosada que estuvieron presentes. Te recomendamos: El kirchnerismo ya no maneja el Senado como antes, afirmó Bullrich tras la aprobación del Presupuesto 2026 El primero en llegar fue Eduardo Lule Menem quien, luego de pasar por el despacho de la presidenta del bloque se ubicó en los palcos del primer piso. El actual subsecretario de Gestión Institucional en la Secretaría General de la Presidencia, una especie de número dos de Karina Milei, pasó en varias ocasiones por la puerta del despacho de Villarruel, pero nunca entró. Sólo se movió entre el palco, la oficina de Bullrich y la de su primo y presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Un par de horas más tarde llegó el ministro del Interior, Diego Santilli, quien ingresó por Diputados y fue directamente al despacho de la ex ministra. Lo mismo hizo Carlos Guberman, el secretario de Hacienda del Ministerio de Economía. Así, el despacho que está a 50 metros de la Presidencia, se convirtió en el centro de control del oficialismo en el Senado. En ese esquema de poder y despoder aparece el hasta hace poco presidente del bloque, Ezequiel Atauche, quien se pegó a Patricia Bullrich y pelea por su supervivencia. En el despacho de la ex ministra creen que responde a Villarruel. En el entorno de la Vicepresidenta dicen que es hombre de Bullrich. Esa sensación se pudo ver cuando entraba y salía de cada uno de esos despachos. El poder se corrió 50 metros. Hoy Patricia es quien marca el ritmo y a Villarruel no solo la corren sino que la desfinancian. Fijate que José Mayans -el presidente del bloque del peronismo- fue quien reclamó por el presupuesto del Senado y no Bullrich y mucho menos Villarruel. Ella -por Patricia- es quien hace el gesto para que el resto del bloque vote sí o no y es quien le dice a la Presidencia de la Cámara que cierre los discursos, que llegó el momento de votar", explicó un operador libertario de la Cámara Alta. Tanto fue así que el senador libertario Ezequiel Atauche ponderó el trabajo de Santilli, Bullrich y Martín Menem -presidente de la Cámara de Diputados. Frente a la consulta de este medio si Villarruel había cumplido algún papel, sólo respondió que tuvo su rol institucional. La interna de la Rosada Pero mientras la Casa Rosada ningunea a Villarruel, vive su propia interna. Así como nadie se hizo cargo del fracaso en Diputados que significó la caída del Capítulo XI y se señalaron entre las dos fracciones que disputan el poder, ahora sucedió lo mismo, pero por ser el padre del triunfo. Mientras el ala karinista se hacía presente en el Palacio Legislativo y transmitía el gesto de que eran ellos quienes estaban al frente de cualquier negociación que llevara a la aprobación del Presupuesto, desde Casa Rosada salía la información que fue el propio Santiago Caputo el que entró en las conversaciones para sostener el artículo 30 del Capítulo II. Los radicales Maximiliano Abad, Flavio Fama y Daniel Kroneberger habían avisado que no iban a votar el artículo 30 que establece una reducción de la inversión en Educación para que baje del 6% al 1% del PBI, un achicamiento de las partidas para la ciencia, el ataque a la educación técnica. A este grupo se le sumaron los dos senadores por Adelante Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano; los dos del Frente Cívico por Santiago del Estero, los senadores Elia Esther del Carmen Moreno y Gerardo Zamora. En este esquema, la oposición quedaba a cuatro votos de rechazarlo. Un escenario similar a lo que sucedió en Diputados. En este esquema empezó a correr la versión de que el propio Caputo fue el que se encargó de hablar con los senadores del bloque Convicción Federal, compuesto por Fernando Salino, Fernando Rejal, Guillermo Andrada, Carolina Moisés y Sandra Mendoza. Y habría conseguido que los últimos tres senadores acompañaran al oficialismo. Lo salvó Caputo, dicen unos. Lo negoció Patricia, dicen otros. La interna del Gobierno se mantuvo presente a pesar del triunfo que se gestó en el Senado y que le sirve al Gobierno para tener, por lo menos, un primer mes del nuevo año con tranquilidad parlamentaria.

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