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» Contextotucuman
Fecha: 28/12/2025 15:28
Domingo 28 de Diciembre de 2025, 09:44 Se trata de locales gigantes, donde la gente hace fila para poder comprar electrodomésticos o juguetes a valores similares a los de las apps extranjeras. Un dron a $ 60.000, una pava eléctrica de acero inoxidable a $ 13.000, un oxímetro de pulso digital a $ 3.000. Precios que parecen irreales pero no lo son, pertenecen al catálogo de ventas de una de las tantas tiendas de importadores directos que emergieron en el Gran Buenos Aires. Y en la previa a la Navidad, se convirtieron en furor, con miles de visitantes y productos a la venta. "Conviene para hacer regalos eventuales. Yo compré un arrancador de auto portátil, bastante económico. Me salió alrededor de $ 60.000, cuenta Verónica una clienta que acaba de salir de Kiranimport, un negocio de productos importados con un local gigante en Ituzaingó. El mismo modelo se vende a $ 75.000 en algunas páginas de compras. Se trata de productos a valores que hasta hace poco solo se veían en aplicaciones extranjeras pero que ahora se consiguen en galpones abiertos al público. Algunos se veían en bazares chinos, pero no con tanta variedad y a precios más altos. Los valores se muestran en dólares, como en un outlet de frontera. A diferencia de las plataformas virtuales, todo se puede ver, tocar y analizar en detalle. Se observó que la mayoría de los clientes se llevaba más de un producto y que los electrodomésticos eran los artículos más elegidos. "Compré algunas ollas para cocinar y una freidora, que en otros lugares vi que estaba más caro. Cuesta mirar los productos y convertir el precio (de dólares a pesos), hay mucha gente pero encontrás precios muy baratos", dice Sebastián, que fue con su esposa y dos hijas a comprar a la tienda de Ituzaingó. Una concurrida tienda de productos importados en el conurbano. "Algunas cosas no tienen comparación, acá la plata rinde", agrega. Mucha gente está comprando juguetes, hay mucha variedad, aclara Verónica y destacó que en las últimas semanas ingresaron productos de muchos rubros distintos, como tecnología, electrodomésticos, juguetes, bazar, herramientas, librería y artículos de baño. Verónica también destacó algo importante para la gente que vive de los lugares más característicos para comprar barato, como por ejemplo la zona de Once, en Balvanera: la cercanía a los barrios que resulta en ahorro de tiempo y costos de viaje. Los productos se muestran en enormes galpones abiertos al público con los precios en dólares.En el caso de los juguetes, la diferencia es notoria. Un metegol portátil y liviano con manijas giratorias para mesa o piso tiene un costo en efectivo de $ 11.412 (cuando se vende en internet casi al doble $ 22.200) o un juego de básquet con botón lanzador a $ 5.564 ($ 9.200 en otras páginas). "Con efectivo tenés descuento y también se puede pagar con transferencia", agrega. El contexto económico detrás del boom de los importadosLa avalancha de importaciones y la reducción de impuestos a productos del exterior impactaron de lleno en las ventas de las empresas locales, que buscan alternativas para mantenerse competitivas frente a los bienes importados. La gente que compra busca hacer rendir la plata lo máximo posible. Foto Clarín.La gente que compra busca hacer rendir la plata lo máximo posible. Foto Clarín. "Lo que puede hacer la industria nacional es ver si hay márgenes para bajar los costos que pueden ser impositivos o de otro tipo. Pero hay veces que no, que el extranjero es más barato que uno", explica Pedro Moncarz, licenciado en economía. Los rubros que registraron los mayores incrementos de las importaciones fueron electrodomésticos, baterías y lámparas, con un salto del 248,9%. En segundo lugar, motos, bicicletas y otros equipos de transporte con un 124,6%. Le siguen productos alimenticios con el 77,4%, prendas de vestir 61,8% y marroquinería, 44,7%. Estos cinco sectores concentraron el 48,8% del total de las importaciones de bienes de consumo entre enero y septiembre de 2025. "En el caso de estos galpones deben tener muy pocos costos en términos relativos de lo que es la infraestructura para poner a la venta, mientras que los canales tradicionales tienen negocios y más costos para exhibir el producto. Todo amontonado como en un depósito, sin mayores costos para mostrarlos", explica el economista Pedro Moncarz. Y agrega: "Dependiendo de donde venga el producto, puede ser una diferencia en el costo el tema laboral o de productividad por mayor escala de producción que tienen estos productores en el extranjero y, por lo tanto, pueden venderlo más barato". Furor en el Conurbano y filas para comprar baratoKiranimport, una de las tiendas de productos importados registró un récord de público durante diciembre. Según relatan sus empleados, las jornadas fueron intensas y ningún sector -cajas, empaquetado o ventas online- tuvo respiro. Estiman que en la previa a Navidad hubo entre 8.000 y 10.000 personas por día, para elegir entre una variedad de 3.500 artículos. El viernes previo a las fiestas, la fila para pagar daba la vuelta completa dentro del local y la gente se desesperaba por agarrar los productos. Era tanta la cantidad de personas que muchos desistían de hacer la cola y se iban. Mañana volvemos pero más temprano, dijo una mujer que buscaba un juguete para su nieto de 10 años. Los precios están en dólares, pero se puede abonar con distintos medios de pago. Eso sí: en efectivo hay entre un 5% y 10% de descuento. Y si el pago es con dólar billete, el beneficio llega al 15%. Un set militar con helicóptero y soldado cuesta $ 13.514 (en otras páginas ronda los $ 22.000) o un dispenser de jabón a $ 3.000, cuando en otros locales se vende desde $ 4.500. Los bolsillos están flacos y vienen las fiestas y si tenés que hacer algún regalito, a lo mejor con $ 100.000 pesos le regalas a 15 personas. Entre 8 o 10 dólares para cada uno ya es un regalo, cuenta Carlos Kalp, quien custodia la puerta de salida del local y sella cada factura para su control. La tinta del sello debería durar una semana, pero apenas aguanta un día. Una dinámica similar se observa en New Red, que tiene sucursales en Merlo, González Catán, San Justo, Burzaco y Virrey del Pino. El negocio exige una compra mínima de tres productos. En este local, una silla de playa fija cuesta $ 16.800 ($ 24.700 en otras páginas) o un ventilador de pie $ 38.900, cuando el más barato de la competencia supera los $ 55.000. El público pasa varias horas recorriendo los pasillos de la sucursal de San Justo. La presencia de estos galpones también genera movimiento de otras actividades. Tras algunas horas de compras, el cansancio se hizo sentir y muchos aprovecharon para comer algo en los puestos de comida ubicados afuera de los comercios: empanadas, sandwiches, churros o bolitas de fraile. Estos puestos se instalan todo el día por el flujo constante de gente. Sin embargo, el fenómeno no es exclusivo de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. En Quilmes está el Grupo Attain, que vende por mayor y menor y cuenta con un showroom para exhibir su mercadería. A diferencia de otras plataformas, estos negocios importan los productos y los ofrecen de manera directa, sin pagar comisiones. Esa es una de las claves de sus precios competitivos. Acá vienen muchos mayoristas, explica Carlos Kalp. Además, se manejan con canales de WhatsApp donde envían información sobre los nuevos productos, las promociones vigentes y sus precios, ya convertidos a pesos. / Clarín Más leídas hoy 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Más leídas en la semana 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
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