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  • 2026: Argentina y los años malditos

    » Elterritorio

    Fecha: 28/12/2025 11:00

    Opinión 2026: Argentina y los años malditos Termina el 2025 y con él se va la primera mitad del mandato de Milei; un bienio que estuvo marcado por el ajuste ortodoxo, en pos de solucionar el principal problema que tuvo la economía Argentina desde que abandonara la convertibilidad: la inflación Lo primero que tenemos que saber, porque cualquier texto serio de macroeconomía empieza afirmándolo, es que está mal tener inflación; no hay forma de tener un futuro razonablemente despejado cuando el índice de precios es notoriamente mayor al del resto del mundo. Si algo entendieron los gobiernos tanto de países desarrollados y como los otros después desde fines de los 70 es que para empezar a crecer de manera consistente primero hay que bajar la inflación. Argentina, convertibilidad mediante, también tomó nota del problema, hasta que a mediados de los 2000 lo subestimó y pocos años después terminó un 2023 con 211% de aumento de precios, al borde de la hiper, cuando el mundo incluso después de la pandemia tuvo un promedio de inflación del 5,8 %. Entonces, a fines del 2023 encaramos un plan de estabilización (el número 13 desde 1970) para otra vez terminar definitivamente con el flagelo de la inflación. Bajar la inflación cuesta; hay que bajar el gasto y la emisión monetaria y esto repercute en la actividad y en el ingreso-consumo de la población; no hay recetas mágicas que obvien esto. Estos ensayos de estabilización generaron un fenómeno preocupante en la Argentina : La maldición de los años pares ; como un zigzag permanente, Argentina se recupera algo en los años impares y vuelve a caer casi en la misma magnitud en el año siguiente, entrando en un circulo vicioso en el cual después de un período prolongado de tiempo el crecimiento fue nulo. El gráfico nos muestra el PBI per cápita desde el 2013 al 2025 (estimado) que, dejando de lado los años de pandemia por razones obvias, confirman esta triste frase que dice que: en Argentina en un año cambia todo; en veinte años no cambió nada (ver cuadro 1). Los datos son contundentes: en trece años estamos como empezamos. Pero si miramos el mundo el cuadro es bastante distinto; para mostrar de manera clara esta situación es útil exponer el PBI argentino como porcentaje del PBI mundial (ver cuadro 2). La lectura del gráfico es sencilla: Argentina tenía en el año 1999 1,5 veces el PBI per cápita del promedio mundial, en el año 2024 sólo el 1,2 del PBI per cápita del mundo. O sea que perdió un 18% de su participación. Por qué esto: En nuestro país al contrario de la mayoría del mundo occidental no existe el largo plazo, después de cada resultado electoral los cambios son muy profundos; pasamos de privatizar y desregular todo a estatizar y regular todo para volver a empezar. Como los cambios son tan bruscos, las inversiones son reacias a colocarse en la Argentina, más allá de los sectores donde tenemos claras ventajas competitivas (agro pampeano y energía). Además, como siempre estamos haciendo planes antiinflacionarios y estos conllevan inevitablemente atraso cambiario y perdida de competitividad, el PBI se vuelve a estancar. ¿2026. ¿Será distinto? A favor El 2025 terminará con un crecimiento del 3,8% aproximadamente (a principios de año las estimaciones más serias hablaban de un 5%), el 2026 es un año par, con que no haya recesión deberíamos estar contentos para la historia que tenemos. Pero si queremos estar mejor y salir de la maldición, deberíamos crecer a altas tasas por varios años, como estamos para esto: 1) Agroindustria: los precios internacionales de nuestras exportaciones están subiendo, sumado a una cosecha récord de trigo, entre otras cosas, debería aportar al objetivo. 2) Energía: Vaca Muerta y el resto de los minerales fueron el principal ganador de este período; Rigi mediante los anuncios de inversión proyectan que seguirá siendo el gran motor del crecimiento en producción e ingreso de dólares por exportaciones. 3) Política e Instituciones: no hay elecciones, esto aleja el ruido político que hizo caer las reservas, subir las tasas y caer la actividad este año; además se ve un panorama mas despejado para seguir con las desregulaciones y cambios en la legislación laboral que faciliten el acceso al empleo. 4) Internacional: se espera que la Reserva Federal siga bajando las tasas de interés, que además de servir a los precios de nuestros productos (energía y agro), mejoraría nuestro perfil de deuda. En contra 1) Actividad: Si bien hubo una recuperación de la economía en el 2025, esta fue muy despareja; el agro y la minería marcaron el crecimiento, mientras que la industria, la construcción y el comercio no logran despegar. Los rezagados en este caso son los que mas mano de obra emplean o sea que para que la población en general mejore deben repuntar estos sectores. 2) Reservas: Milei comenzó su gestión con reservas netas en menos 11.000 millones de dólares; hoy se estiman en menos 16.000 millones de dólares. La política cambiaria del gobierno es uno de los puntos que mas polémica genera: no permite acumular reservas y muchos sectores como las economías regionales se quejan de que no pueden competir contra los productos importados a este nivel de tipo de cambio. Nuestra provincia lo sufre de lleno por el comercio fronterizo. 3) Volver a crecer: empezamos el articulo exponiendo que Argentina cae y rebota año tras año, para salir del círculo vicioso debemos cambiar rebote por crecimiento. El dato notorio de la era Milei es que la inversión no está acompañando el proceso como en otros gobiernos (ver cuadro 3). Los datos son anuales salvo el 2025 que corresponde al primer semestre. > Como vemos, en los años seleccionados el mundo fue más propenso a invertir en la Argentina incluso en el primer año de Alberto Fernández más que en el primero de Milei. Debemos entender algo el mundo se cansó de la Argentina y ya no basta con que un nuevo gobierno anuncie que esta vez vamos a ser distintos, no vamos a declarar un default y vamos a respetar los contratos. El mundo quiere ver para comprar otra vez y eso va a llevar tiempo. Conclusión Para romper la maldición de los años pares no alcanza con bajar la inflación, hay que crecer y esto sólo se logra con inversión. El crecimiento sólo es posible con más capital y trabajo, y para eso falta inversión. Para tener un panorama del retraso argentino podemos hacer el siguiente ejercicio: Supongamos que el PBI per cápita del mundo crece al 2% anual, lo cual es una tasa modesta. Mientras el PBI per cápita argentino crece al 4%, anual lo cual es bastante ambicioso y poco probable: necesitaríamos 10 años para recuperar el nivel que teníamos en 1999 (ver gráfico 2) a pesar de estar creciendo al doble que el resto del mundo. Esto pasa cuando un país no tiene visión de largo plazo, el mundo sigue y nosotros quedamos cada vez más pobres. Las estimaciones actuales dan que la Argentina podría crecer al 3% en el 2026, siempre y cuando no aparezcan cisnes negros, con lo cual por primera vez en mucho tiempo romperíamos la maldición de los años pares; pero romperla un año no soluciona mucho. Dado nuestro ejemplo anterior, necesitaríamos romperla cinco veces (los pares de diez años) para volver a ser lo que alguna vez fuimos. Por un 2026 sin maldiciones. Guillermo Knass Economista Es magíster en Gestión de Empresas Cooperativas. Especialista en Gestión de Empresas Cooperativas y Contador Público. Tiene cargos en investigación y docente en Economía. Entre otras está a cargo de las cátedras Macroeconomía I y Finanzas Públicas, en la Universidad Nacional de Misiones. 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