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  • El número mágico que acaricia Milei y el maldito tercer año

    » Uno Santa Fe

    Fecha: 28/12/2025 10:42

    En tiempo de descuento, Javier Milei consiguió el triunfo que necesitaba. Logró una mayoría amplia para aprobar el presupuesto y entra con el pie derecho a su tercer año de mandato, un escalón en el que sus antecesores patinaron y no pudieron pasar al siguiente nivel. El número mágico que acaricia Milei y el maldito tercer año La mayoría que consiguió el gobierno abre la puerta a reformas de fondo. Gobernadores, jugadores libres y la fractura en el PJ. La racha que sufrieron Cristina, Macri y Alberto y que el libertario quiere romper Sobrado en votos, el oficialismo logró la ley que le pedían el FMI y los mercados. No había margen para un tercer año con presupuesto prorrogado. El gobierno hubiera tenido una amplia discrecionalidad para redireccionar partidas, pero hubiera sido una señal de debilidad política. Mucho más, después de la sesión de Diputados en la que los libertarios consiguieron una victoria pírrica. Es cierto que aprobaron el presupuesto en general, pero el peronismo y otros bloques blindaron el financiamiento universitario, la emergencia en discapacidad y la indexación de las asignaciones familiares, áreas en las que el gobierno pretende ajustar. Esto huele a diciembre de 2017, le escribió por Whatsapp un aliado a Milei. El presidente no le contestó, pero pareció haber tomado nota de lo que le ocurrió a Mauricio Macri ocho años atrás. El líder del PRO se llevó un triunfo con la actualización de la fórmula jubilatoria, pero quedó sepultado por las 14 toneladas de piedra que volaron en la plaza del Congreso. Milei no quiso repetir la historia. En los ocho días que pasaron entre las sesiones de Diputados y el Senado el gobierno hizo la tarea. Ordenó la larga mesa política a la que se sientan Manuel Adorni, Diego Santilli, Martín Menem y Santiago Caputo y que tiene a Karina Milei en la cabecera. Un conocedor del mundo libertario ubica al Caputo grande Toto como el autor intelectual del capítulo XI que naufragó en el Diputados. Mezclaron peras con manzanas y se pasaron de vivos, dice. Esta vez no podían bajar a ciegas al recinto y necesitaban un conteo fino de los votos. En el Senado sumó la expertise de Patricia Bullrich, quien suele atropellar y buscar protagonismo pero hace política desde hace medio siglo. Milei atrae a gobernadores y legisladores libres A diferencia de Diputados, el Ejecutivo tejió acuerdos con gobernadores y con legisladores que no responden necesariamente a los jefes provinciales. El bloque de la UCR es un ejemplo de un bloque autonomizado y con actores con juego propio. Ese es el caso de los santafesinos Carolina Losada y Eduardo Galaretto, quienes se mueven más en función de los temas, las afinidades con el gobierno nacional y las demandas del electorado no peronista que de las expectativas de la Casa Gris. Al revés de la historia, los senadores juegan más liberados mientras que los diputados están más alineados con Maximiliano Pullaro. Losada y Galaretto votaron a favor, mientras que Gisela Scaglia, Pablo Farías, Esteban Paulón y José Núñez se abstuvieron. El triunfo en el Senado es una revancha para Santilli y el clan Menem, que habían salido golpeados de la sesión de Diputados. Volvía el fantasma de la mala praxis y la sensación de que el gobierno no logra aprovechar las oportunidades que se le presentan. El gobierno logró que radicales, peronistas y provincialistas de distinto pelaje voten un presupuesto que, entre otras cosas, deroga los pisos de financiamiento para educación, ciencia y tecnología. Milei y los suyos atraen con el magnetismo de los votos, promesas más o menos concretas de recompensas a los aliados y el vacío de alternativas. Más importante aún, los operadores de la Casa Rosada metieron una cuña en el panperonismo y se llevaron tres votos de Convicción Federal, un espacio integrado por senadores de Catamarca, Tucumán, Jujuy, La Rioja y San Luis y que forma parte del interbloque Popular, liderado por José Mayans. Bastó que Cristina sea internada de urgencia para que una parte del peronismo acentúe su independencia y se desate una interna antropofágica entre kirchneristas, como la que protagonizaron esta semana Juan Grabois y los intendentes camporistas Mayra Mendoza y Julián Álvarez. Viendo hacia atrás, la victoria del capítulo XI hay que valorarla todavía más, dice un legislador santafesino. La reforma laboral, el termómetro de 2026 El triunfo violeta en el Congreso no sólo despeja una parte del frente económico del gobierno. También abre la puerta a opciones políticas impensadas hasta hace poco tiempo. Los 46 votos con los que La Libertad Avanza y sus aliados aprobaron el presupuesto están a sólo dos de los dos tercios. Si bien se trata de un arco amplio, con un poco de ejercicio de la muñeca política Milei podría llegar al número para nombrar jueces en la Corte Suprema sin necesidad de acordar con Cristina. Depende de Milei, que ya tuvo una mayoría en los tiempos de la ley Bases y se le escurrió como arena entre los dedos. Más que el presupuesto, la verdadera prueba de fuego será la reforma laboral. Una transformación estructural y que toca nervios sensibles de una sociedad cada vez más latinoamericanizada, por la expansión imparable de la informalidad. Esa reforma va a marcar el clima del año. Si el gobierno no se manda una macana, el Congreso se convierte en un palomar de lujo, dice un libertario. Hasta acá, Milei fue más un cruzado del ajuste y un representante de la bronca contra el antiguo régimen que un reformador. Más un destructor de regulaciones que un arquitecto. En ese sentido, buena parte del legado de Milei se pondrá en juego a partir de enero. En la última década, el tercer año es el Vietnam de los presidentes argentinos. En 2014, Cristina apretó el botón rojo y devaluó. En 2018, Macri fue a pedir auxilio al FMI. En 2022, Alberto Fernández se rindió y le entregó el gobierno a Sergio Massa. ¿Podrá Milei romper la racha en 2026? Lejos de una casualidad o una maldición bíblica, es el pase de factura por los desequilibrios que generan los gobiernos para tratar de ganar las elecciones intermedias. El precio artificialmente bajo del dólar es el anabólico más usado. En los últimos días de diciembre Milei parece tener más obstáculos en la economía que en la política. La actividad sigue fría, los despidos continúan, los salarios pierden contra la inflación y el consumo no repunta: en noviembre cayó 2,8 % interanual y retrocedió 1,3 % respecto de octubre, según datos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC). El gobierno se apalanca sobre un clima de opinión favorable al equilibrio fiscal y el orden macro, pero no logra pasar a una fase expansiva, que ponga los pilares de una hegemonía. Milei tiene la ventaja de que todo lo que tiene enfrente carga con los estigmas del pasado reciente o bien la sociedad lo ubica en el plano local. La discusión sobre el presupuesto para las escuelas e institutos técnicos es sintomática. Uno de los grandes problemas del discurso apocalíptico opositor es que la crisis educativa viene desde hace décadas. Más que repetir slogans gastados, el desafío de quienes defienden la idea de Estado presente es recuperar un sector público eficiente, transparente y, sobre todo, que entregue resultados. La puja entre Santa Fe y Nación En el gobierno provincial se preparan para otro año de fuerte disputa con la Nación. Sobre la deuda de la Ansés con la Caja de Jubilaciones de la provincia, el principal tema de conflicto, el nuevo presupuesto no prevé saldar la deuda histórica ni anticipos. En la Casa Gris estiman que el stock de deuda supera el billón de pesos. En el gobierno de Pullaro ven un año complejo. Puede ser un año positivo en la macro, pero muy heterogéneo. Pueden coexistir crecimiento y desigualdad entre sectores, que haga que aumenten las tensiones en la sociedad, anticipan. Ese escenario pone otra vez a los jefes provinciales ante el desafío de cuidar la gobernabilidad en el pago chico y tratar de articular para negociar con más fuerza con la Nación. En ese juego, Milei ya se dio cuenta de que le resulta más práctico y barato acordar con los gobernadores peronistas del norte y legisladores sueltos. En un gesto hacia la platea libertaria, Milei podrá regalarle a sus ministros el provocador "Defendiendo lo indefendible", un libro en el que el economista Walter Block reivindica desde una posición de libre mercado radical a personajes como proxenetas, vendedores de drogas y usureros. Sin embargo, parado frente a un momento decisivo Milei se inclinó por aceptar el presupuesto posible y recurrió a las herramientas de la política. El sistema está domesticando al león.

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