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» La Capital
Fecha: 28/12/2025 08:15
Era el año 2023. Abría uno de los sitios más esperados por los rosarinos, la galería La Favorita. Con anhelo, la ciudad quería visitar nuevamente esos pasillos que fueron un ícono del centro. Carolina Jofre Christener era parte de esta aventura porque ella había creado su marca de accesorios y tendría su propio espacio: una isla en el segundo piso. El golpe de suerte, o su acierto, fue el de exhibir sus piezas en la planta baja, en las vidrieras de La Favorita. Para acompañar los accesorios, puso en los maniquíes su propia ropa, indumentaria que cocía ella misma. Y eso le cambió el destino a su marca, Christener. Venían a la isla a pedirme la ropa, pero yo no tenía para vender en aquel momento, recuerda Carolina, dos años después en diálogo con Negocios. Ese fue el gen para emprender con su propia marca de indumentaria. Hoy tiene un gran local en el primer piso desde donde muestra cápsulas propias, trae además moda de Buenos Aires e incluso del extranjero. Desarrollé mi marca personal, define. Es que ese fue su desafío, el de crear una firma que tuviera su fuerza, su estilo, su historia, que cuenta hoy para La Capital. El camino para llegar a crear Christener comenzó en el mundo del modelaje. Tomó ese rumbo impulsada por dos mujeres de la familia, por un lado, su mamá Isabel, que había sido modelo y por el otro su abuela, Hilda, que era peluquera. A ella le encantaba que sea modelo, le contaba a todo el mundo cuando yo salía en la televisión, recuerda. Eran fines de los 90, cuando las modelos argentinas estaban en todos los medios del país y su abuela era reconocida en la ciudad, de hecho, aún conservan los trofeos que ella se ganaba en los concursos de Loreal en el Teatro El Círculo. La etapa de modelaje fue muy importante para Carolina, trabajó con Gustavo Yanczewski, Marcelo Giudici, Carlos Bermejo y Oscar Fernández Fini, pero luego comenzó su formación en otras áreas: marketing, periodismo y coaching. Con esas herramientas durante años asesoró a muchas boutiques y tiendas de Rosario hasta que en un momento decidió que era hora de utilizarlas para tener un desafío propio: su marca personal. Un sello con ADN suizo La familia de Carolina tiene raíces suizas y es por eso que, a la hora de armar su propia marca, eligió el rojo y el blanco, como la bandera de ese país europeo. En épocas de inmigración, vino toda mi familia de allá, somos todos suizos, remarca. Para ella las raíces de la familia son claves, tal es así que al contar qué es Christener explica: Este sello tiene un arraigo familiar enorme, una reivindicación de ese nombre, que es difícil de pronunciar, también resume un poco mi vida, que ha sido muy difícil. Pero a la vez, es una marca con identidad. Vos entras y es una experiencia sensorial, hay color, brillos, perfume, texturas. Christener es una extensión de mi carácter. La marca ya logró un buen posicionamiento en La Favorita y ahora busca hacerse fuerte también en el canal online. Quiero abocarme a la web, siempre me dediqué mucho al marketing, ayudé a muchas marcas a desarrollarse, por eso ahora lo estoy haciendo con mi firma, añade. Sus productos llegan mayormente a Buenos Aires y a todo Santa Fe, además de haber armado pedidos puntuales para otras provincias. Respecto de los productos, el 80% de lo que vende es producido por terceros, pero un 20% lo sigue haciendo ella. Es de la idea de seguir las tendencias de la moda, pero siempre con un toque personal. Yo voy a seguir fabricando mis cápsulas propias, por ejemplo, en rojo que es un color que me puede, o el negro porque soy bastante dark. Me encanta seguir las tendencias, pero no encasillarme sobre qué color hay que usar. En el local propone combinar los clásicos con alguna pieza con mayor personalidad que hace también que un look sea más versátil. Importado y nacional Carolina cuenta que viaja mucho al exterior lo que le posibilita ver las colecciones que se avecinan. En cada experiencia dedica un buen tiempo a elegir indumentaria para vender en su local. La línea que traigo de importados es hermosa. Si voy a Estambul, traigo de ahí, si voy a Miami, de allí. Siempre son cápsulas de algo totalmente elegido por mí. Y apenas llega a La Favorita se va, se llevan todo. Tras esa experiencia en Estambul, Carolina reflexiona acerca de la industria textil argentina: Me gustaría que sea más fácil en nuestro país tener desarrollada una mayor producción de telas. Que los empresarios tengan acceso a insumos como lo que encontrás en otras partes. Venimos muy en desventaja, así no podemos estar a la altura del mundo. Además, enfatiza que ella quiere vender mayormente productos fabricados en el país y que tengan buena recepción: no quiero traer todo de afuera. En la hora en la cual Negocios estuvo en el local de La Favorita, las clientas que llegaron fueron realmente muy variadas. El rango etario es muy amplio, porque la indumentaria que tienen puede ser combinable con distintos estilos y edades. Vienen chicas de 30 años para llevarse ropa para la oficina, mujeres de 50 y pico a buscar blusas e incluso mucho más grandes. Pero también tenemos toda una línea joven con ropa para fiestas y graduaciones y vienen en grupos a probarse todo, describe. Carolina agrega que el boca a boca, más su trabajo en redes, fue lo que hizo que levanten mucho las ventas para los eventos de fin de año. Es que en el local hay gran cantidad de piezas específicas para fiestas. Un buen modo de comunicar Si algo aprendió Carolina es que es clave el modo en el cual comunica su indumentaria: La gente no sólo busca precio, sino que ve la manera en que se lo contás, como lo mostrás. De esta forma, ella es la modelo en su página web y en sus redes, asegura que la marca personal que me ha funcionado siempre muy bien es mostrarme como una persona real, tanto en las publicaciones como en los reels, exhibo la ropa tal como soy. De hecho, yo me dirijo a distintos públicos, en distintas redes, y no trato de cambiar, no me hago ni la adolescente, ni la señora mayor. Carolina está recorriendo un nuevo camino como dueña de su propia marca. De hecho, forma parte de la Organización Argentina de Mujeres Empresarias, que preside Patricia García, donde está a cargo del área de comunicación. Y, además, da clase en el IESERH, en Entre Ríos al 1300, donde su propuesta es dejar un legado a los más jóvenes para que se comprometan con lo que más les guste hacer. Con todo, su desafío es seguir creciendo con Christener y llevar sus diseños a todo el país a través de su canal online. 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