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  • La región cerebral que sostiene la conciencia del yo se define antes de nacer

    » Diario Norte

    Fecha: 28/12/2025 04:32

    Así lo demuestra una investigación reciente que revela que el precúneo una región cerebral fundamental para la conciencia de uno mismo, la percepción corporal, la memoria autobiográfica y la construcción de la identidad presenta su organización básica desde etapas muy tempranas de la vida, con una notable variabilidad individual que ya es visible en recién nacidos. El estudio, liderado por el investigador Emiliano Bruner, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), fue publicado en la revista Cerebral Cortex y constituye el primer análisis sistemático del desarrollo del precúneo desde el nacimiento hasta la edad adulta. Sus conclusiones apuntan a que esta región clave del cerebro humano no solo madura antes que otras áreas corticales, sino que su morfología está fuertemente condicionada por factores genéticos y por procesos que ocurren durante el desarrollo prenatal. "El precúneo está situado en una posición estratégica, entre ambos hemisferios cerebrales, y actúa como un nodo central en la red cerebral", explica Bruner. "Interviene en procesos de enorme complejidad, como la imaginación, la conciencia, la memoria de experiencias personales y la construcción del yo". Dos regiones, dos funciones Tradicionalmente, el precúneo fue estudiado como una estructura homogénea. Sin embargo, este nuevo trabajo demuestra que está compuesto por al menos dos regiones con funciones, conexiones y trayectorias de desarrollo distintas: una porción superior y otra inferior. La región superior integra información somática y visual, lo que permite al cerebro situar el cuerpo en el espacio. Es decir, contribuye a que una persona sepa dónde está su cuerpo, cómo se mueve y cómo se relaciona con el entorno físico. La región inferior, en cambio, conecta esa información corporal con la memoria episódica, es decir, con los recuerdos personales y autobiográficos, y con los procesos vinculados a la conciencia y la identidad. "Estas dos partes crecen de manera relativamente independiente, tienen un cableado distinto y participan en funciones cognitivas diferentes. Por eso, no deberían estudiarse como un único bloque, como suele hacerse", subraya Bruner. El estudio propone entender el precúneo a partir de dos ejes organizativos: uno longitudinal, que combina información sensorial y visual, y otro vertical, que integra esos datos con la memoria y la conciencia. Esta compleja organización anatómica explica por qué el precúneo es considerado uno de los nodos más importantes del cerebro humano y por qué pequeñas variaciones en su forma pueden tener consecuencias relevantes en procesos mentales sofisticados. Desarrollo temprano y estable Para analizar la evolución del precúneo a lo largo de la vida, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética y análisis morfométricos de 220 personas, que incluían recién nacidos, niños pequeños, adolescentes y adultos jóvenes. Los resultados muestran que los cambios más significativos en el tamaño y la forma del precúneo ocurren entre el nacimiento y los dos o tres primeros años de vida. A partir de ese momento, esta estructura apenas experimenta modificaciones relevantes, a diferencia de otras regiones cerebrales que continúan desarrollándose durante la infancia y la adolescencia. Más aún: la enorme variabilidad individual en la forma del precúneo ya está presente desde el nacimiento. Esto sugiere que dichas diferencias no dependen principalmente del aprendizaje, la educación o la experiencia, sino de factores genéticos y del entorno intrauterino. "Lo llamativo es que estas diferencias no se producen según crecemos", explica Bruner. "Vienen dadas por factores genéticos y por procesos del desarrollo prenatal. Podríamos decir que cada persona nace con un precúneo prácticamente completo: las cartas anatómicas ya están echadas antes de nacer". Esto no implica que las funciones del precúneo estén completamente determinadas desde el nacimiento. La plasticidad cerebral permite que sus circuitos se entrenen, se refuercen o se adapten con la experiencia. Sin embargo, la base anatómica sobre la que se construyen funciones como la conciencia corporal o la memoria autobiográfica parece estar definida desde etapas muy tempranas. Identidad y cognición Aunque el estudio no establece una relación directa entre la forma del precúneo y diferencias concretas en capacidades cognitivas o rasgos de personalidad, abre una línea de investigación clave: si la estructura básica de esta región varía entre individuos desde el nacimiento, podría influir en cómo cada persona construye su sentido del yo, recuerda su historia personal o imagina escenarios futuros. El precúneo está estrechamente vinculado a lo que se conoce como la "red por defecto" del cerebro, un conjunto de regiones que se activan cuando la mente no está enfocada en tareas externas y que están asociadas a la introspección, la autobiografía y la reflexión personal. Comprender cómo se organiza esta región desde el inicio de la vida puede ayudar a explicar tanto la diversidad cognitiva humana como la vulnerabilidad de ciertas funciones mentales. El precúneo y el Alzheimer En paralelo a este trabajo sobre el desarrollo, Bruner lideró otro estudio, publicado en Journal of Anatomy, que analiza cómo se ve afectado el precúneo durante el envejecimiento normal y en la enfermedad de Alzheimer. Para ello, se compararon 39 cerebros de personas con Alzheimer confirmados post mortem y procedentes del Banco de Tejidos BT-CIEN con 42 cerebros de personas mayores sin deterioro cognitivo, pertenecientes al Proyecto Vallecas, un estudio longitudinal que siguió a los participantes durante diez años. Los resultados muestran diferencias claras entre el envejecimiento normal y la neurodegeneración patológica. En personas mayores sanas, la región superior del precúneo tiende a presentar surcos más abiertos, como consecuencia de la pérdida general de tejido cerebral asociada a la edad. La región inferior, en cambio, reduce progresivamente su tamaño. En el Alzheimer, este proceso es mucho más acusado. La región inferior del precúneo se reduce de forma significativa y progresiva, hasta el punto de ser invadida por tejidos cerebrales contiguos. Esta alteración estructural es consistente con los síntomas característicos de la enfermedad, como la pérdida de memoria autobiográfica, la desorientación y el deterioro de la conciencia del yo. Si bien ya se sabía que el precúneo es una de las áreas más vulnerables en las fases tempranas del Alzheimer, este estudio describe por primera vez con detalle cómo cambia su forma y su organización anatómica en comparación con el envejecimiento normal. Región clave en la evolución humana La especial vulnerabilidad del precúneo al Alzheimer podría estar relacionada con su historia evolutiva. Bruner lleva más de 25 años estudiando la evolución de los lóbulos parietales humanos, y este trabajo es el noveno que dedica específicamente al análisis anatómico del precúneo. Las evidencias paleoneurológicas, obtenidas mediante la reconstrucción de cerebros de especies extintas a partir de la cavidad interna del cráneo, sugieren que esta región experimentó una expansión significativa en Homo sapiens. Sin embargo, las diferencias exactas entre el precúneo humano y el de otros primates aún no se comprenden del todo. "Las áreas que más se han expandido a lo largo de la evolución suelen ser también las más frágiles", señala Bruner. "En el caso del precúneo, su complejidad funcional y su papel central en la cognición humana podrían explicar por qué es especialmente sensible a procesos neurodegenerativos como el Alzheimer". En conjunto, ambos estudios refuerzan la idea de que el precúneo es una pieza clave para entender no solo cómo se construye la mente humana desde antes de nacer, sino también por qué ciertas funciones cognitivas son tan vulnerables al paso del tiempo y a la enfermedad. Comprender su desarrollo, su variabilidad y su deterioro puede aportar nuevas pistas sobre la conciencia, la identidad y los límites biológicos de nuestra especie.

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