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» Tiempo Argentino
Fecha: 28/12/2025 02:13
La gestión y pago de la deuda pública ha marcado la política económica y financiera del gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Así sucedió en 2024 y volvió a ocurrir en este año que ya termina. Pero el fracaso en ese cometido ha sido amplio en este 2025. Las medidas tomadas para sostener el pago de la deuda pública no funcionaron y, por el contrario, generaron el efecto contrario, al punto que el gobierno de Milei debió ser rescatado dos veces este año. Sin esos salvavidas, el hundimiento habría sido irremediable por la imposibilidad del pago de las deudas o de detener una corrida cambiaria y, a la postre, bancaria. El primer rescate lo ejecutó el Fondo Monetario en abril, cuando cerró un acuerdo imposible de cumplir e inyecto U$S 12 mil millones. El segundo rescate llegó en septiembre de la mano del gobierno de Donald Trump y ejecutado por su secretario del Tesoro, Scott Bessent. Al mandamás estadounidense le alcanzó con invertir U$S 2200 millones y dar una serie de declaraciones para lograr el efecto buscado: que no se hundiera el barco libertario. El año cierra con la deuda pública en el tope de la agenda pública. En una entrevista ayer con Radio Mitre, el presidente debió contestar preguntas sobre el tema. Argentina va a pagar su deuda, no tengan dudas, aseguró. Agregó que eso lo va a resolver el ministro Caputo, quien entiende como nadie el valor de pagar. Pero el problema de Caputo es que no cuenta con los recursos para pagar los vencimientos del próximo 9 de enero, que suman unos U$S 4200 millones. De acuerdo con diferentes cálculos que se hacen en el mercado, el Tesoro cuenta con unos US$ 2200 millones en una cuenta en el Banco Central, con lo que le faltan unos U$S 2000 millones. No queda claro de dónde podrían salir esos fondos. Esta semana, Caputo sorprendió con una frase: aseguró que la política financiera del gobierno será esquivar la toma de deuda en Wall Street para concentrarse en el mercado local de capitales. Más allá de la viabilidad de esa propuesta, un cambio semejante llevará tiempo, que es lo que el gobierno no tiene. El mercado de capitales argentino es raquítico ante las exigencias del pago de la deuda pública. Milei y Caputo pretenden hacerlo crecer con anabólicos tipo el Fondo de Asistencia Laboral, pero su crecimiento también llevará tiempo. Con su declaración, Caputo descartó la posibilidad de que lleguen fondos del exterior, sea en la forma de una refinanciación de deuda o de un repo (un préstamo de corto plazo con garantías), esto porque el riesgo país no termina de bajar lo suficiente. El relato del gobierno de que ese indicador estaba alto por la existencia del riesgo kuka se demostró inexistente. Las causas profundas del riesgo país elevado apuntan, más bien, a las inconsistencias del plan financiero general ante las urgencias que impone la deuda. Con matices, esta mirada es generalizada en el mundo financiero. Una semana atrás, un economista de los más escuchados por las empresas, Orlando Ferreres, aseguró que no hay confianza en que el gobierno vaya a conseguir los fondos para pagar todos los vencimientos. Existe como una cierta duda acerca de esa capacidad para endeudarse y conseguir fondos para pagar todos los vencimientos de 2026. Y agregó: Los vencimientos son bastante grandes. Esa es la causa de que el riesgo país no perfore el piso de los 500 puntos. A lo largo del año que está por empezar, el gobierno de Milei deberá enfrentar vencimientos por entre U$S 17.000 millones y U$S 19.000 millones según los instrumentos que se tomen y la cantidad de pasivos que están en manos de organismos estatales, cuya refinanciación se da por hecha. Una de las novedades de 2025 fueron los dos intentos de Caputo de emitir deuda en moneda extranjera. En el primero emitió un título que se suscribía en dólares, pero pagará la renta en pesos. El mercado le impuso una tasa del 29,5% anual. El segundo conato fue dos semanas atrás y debió aceptar una tasa de casi el 10% anual en dólares. El gobierno mantiene el precio del dólar bajo por dos motivos: uno, así puede comprar más dólares con el superávit fiscal; dos, impulsa la llegada de dólares especulativos para que aprovechen la bicicleta financiera. Esos dólares especulativos ayudan a acumular reservas. Pero el derrumbe económico que provocó esta política (incluida la sangría provocada por la remuneración de esos capitales especulativos) fue más veloz que la acumulación de reservas que debió promover. Así las cosas, la insolvencia del plan Milei-Caputo apareció una y otra vez.
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