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  • "Ajústense el cinturón": Milei cierra el año sobrado y con el PJ en clima de asamblea

    » Tiempo Argentino

    Fecha: 27/12/2025 22:24

    El último viernes de 2025 terminó con una noticia esperada para el gobierno. Con un resultado más que nítido -46 a favor, 20 en contra y una abstención-, el Senado aprobó la Ley de Presupuesto del año entrante. La votación de despedida del año, en el marco de las sesiones extraordinarias, tuvo carácter simbólico. Sumó otro episodio favorable en línea con el triunfo electoral del 26 de octubre, y además le permitió al mileísmo mostrar capacidad de adaptación, pragmatismo y flexibilidad para dejar atrás el incómodo fracaso de la estrategia -prontamente fallida- de incorporar al presupuesto la derogación de dos leyes sensibles y con evidente apoyo social: la emergencia pediátrica y en discapacidad. El gobierno asimiló el triunfo con los aires desafiantes que a Milei le salen casi por default cuando se sabe sobrado y siente que no está en problemas. La senadora Patricia Bullrich, debutante en la Cámara alta con este logro, reiteró la frase que el propio mandatario había incluido en un breve mensaje de Navidad difundido desde su cuenta de Instagram. Abróchense los cinturones, había dicho Milei. Bullrich lo reiteró un día después, cuando comenzaba la sesión para debatir el presupuesto (jornada para la que ella, a juzgar por el desenlace, tenía buenas expectativas): Abróchense los cinturones porque va a haber más reformas, dijo @Milei, posteó la exministra desde sus redes sociales. La recomendación de andar bien ajustado al asiento suele anticipar movimientos bruscos, curvas pronunciadas, senderos muy transitados y velocidades altas; en resumen, un circuito difícil. Trasladado a la política argentina, ese abróchense los cinturones suena a anticipo de lo que deberá transitar el arco opositor en el año por venir. La fuerza alternativa al mileísmo gobernante, el peronismo en todas sus variantes, tiene que reencontrar un mensaje que genere escucha, aceptación y esperanza en franjas sociales que en las últimas dos elecciones (balotaje 2023, legislativas 2025) no lo votaron porque eligieron a otros o porque, directamente, no fueron a votar. El segundo año de Milei en la presidencia encuentra en un estado de debate al movimiento fundado en 1945 por el militar nacido en Lobos y egresado del arma de infantería. El 2025 significó, para el peronismo, una sucesión de hechos tan inéditos como impactantes: la muerte del Papa argentino y primer pontífice latinoamericano; la detención domiciliaria e inhabilitación de CFK; el aparente involucramiento de un jefe de Estado en una criptoestafa; el desdoblamiento de la elección local en la provincia más poblada (Buenos Aires, 37% del padrón); el respaldo político y financiero a La Libertad Avanza por parte de Donald Trump y su secretario del Tesoro en la recta final de la campaña. Estos y otros episodios, como la declinación electoral que volvió a exhibir el PJ en provincias que históricamente solían ser favorables a sus candidatos (NOA y NEA), retroalimentaron el clima de asamblea. Una lectura bastante aguda de lo que le está pasando al peronismo la aportó, en diálogo con Tiempo, el politólogo Matías Mora Cáceres. Egresado de la UBA y ahora estudiante de Derecho, resumió en una frase el dilema que observa en el principal espacio opositor. El peronismo está peleado con la época que vivimos, remarcó. Nacido en el Hospital Evita de Lanús (al igual que Diego Armando Maradona) y criado con sus cuatro hermanos en el asentamiento Soledad de Villa Fiorito a 5 kilómetros de Plaza de Mayo, Mora Cáceres ve a la dirigencia del PJ -a la gran mayoría, con algunas excepciones- sin respuestas ni comprensión para las transformaciones que se produjeron en el país: cambios tecnológicos, laborales, culturales. Hay una idea instalada dentro del peronismo, por lo menos de una parte que es la hegemónica, de que uno no puede ser crítico con lo que le mejoró la vida, cuestionó Mora Cáceres, que tiene 30 años. El graduado de Ciencias Políticas y también docente secundario sostuvo que al repasar la vida de muchos argentinos salta a la vista que la Reforma Laboral (que en febrero se debatirá en el Senado) ya se aplica de hecho. Muchas de las de las modificaciones que se plantean en la Reforma hoy se dan en la cotidianidad del trabajo de millones, afirmó al ser consultado por este diario. ¿Está el peronismo desconectado con las encrucijadas del presente? Cuatro analistas de la actualidad argentina -la problematizan desde las ciencias políticas y la crónica social pero también con artículos en webs y redes sociales- coincidieron en que dos claves para entender lo que pasa en la intemperie del llano durante el segundo año de Milei en la Casa Rosada son las figuras del sacrificio y el cansancio. La periodista cultural Lorena Álvarez, columnista de la revista digital Panamá, definió por caso al 2025 como el año que vivimos trabajando. O, también, el año en que vivimos cansados. Cuando recordemos esta época vamos a pensar en todo lo que hicimos para no empobrecernos más de lo que estamos: en todo lo que hicimos para sostenernos en una clase media que si bien cambió los consumos y cambió los gastos sigue aferrándose a esa identidad, aseguró Álvarez a Tiempo. Y añadió: Este fue el año en el que cada uno estuvo en la suya, por necesidad. Esta es la sensación que tengo. Hasta los más politizados, o los que dicen que estar más politizados, ni siquiera fueron los miércoles a las marchas de los jubilados, que son siempre cincuenta personas. Nadie deja de trabajar o de hacer sus cosas. Sobre el presente de esa famosa clase media argenta, la cronista -que intercala textos e intervenciones en radio y streamings con actividades complementarias- agregó que los miembros de esa clase están autoexplotándose, sumando trabajos y emprendimientos: los guía, sobre todo, un temor. Que es, por decirlo así, un pánico primigenio pero cada vez más actual: Caerse (de la clase media) y ser pobre. Mora Cáceres, mudado recientemente a Villa Martelli (Vicente López), señaló que el peronismo tiene que hacerse cargo de las demandas populares de orden, libertad y cambio. Valores que hoy parecerían anclados al mileísmo, en su momento también al macrismo. Los sectores populares vivimos una vida desordenada en términos espaciales, geográficos, porque nos toca vivir en barrios que son vulnerables, que no tienen acceso a servicios o con calles muy angostas y con el tendido eléctrico que parece un nido de araña. Es un desorden barrial, y además tenés constantemente la disputa del narco. Hacia adentro de los barrios hay una demanda de orden, en lo social, en lo económico y en lo político, amplió. A la hora de enumerar hitos del año, el politólogo y abogado Agustín Chenna -también director de Políticas Solidarias del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad- destacó principalmente dos: el primero, en su visión, fue la ejecución del poder por parte de Milei. Logró crear rápidamente un partido político de arraigo nacional, con una identificación clara y una presencia electoral potente y competitiva en los 24 distritos del país. Consiguió una victoria prácticamente abrumadora en la mayoría de las provincias y logró subordinar definitivamente a todo el arco antiperonista, analizó. Chenna, que además dirige el portal El Aluvión, eligió como segundo hito el triunfo del PJ en 100 distritos de la PBA, el 7 de septiembre. Fue una sorpresa que convirtió a las elecciones desdobladas en un tema de proyección nacional. Demostró que el peronismo sigue siendo una alternativa política a este gobierno, en base de la representatividad de los intendentes, sostuvo Chenna. Y agregó que esa jornada puso en evidencia el aislamiento de un sector de la fuerza opositora. El peronismo había perdido contacto con la realidad y la gente. Se había encerrado en un relato y a vivir de esa narrativa: entienden y creen que la sociedad y el pueblo son de una forma, esperan cosas que no son, continuó. Otra mirada del segundo año de Milei (complementaria o hasta contrastante con las anteriores) es la del politólogo e investigador Andrés Malamud. Argentino residente en Portugal, Malamud sorprendió en los últimos meses con una hipótesis que tuvo bastante repercusión mediática: dijo que el acuerdo financiero con Bessent podía ser el primer paso para que la Argentina inicie un proceso de desarrollo por invitación bajo la tutela de Washington. En diálogo con Tiempo para esta nota, Malamud insistió con su tesis: La invitación de Trump no se limitó a Argentina ni a las clases dirigentes (locales). Se manifestó también en países como Honduras y Venezuela y apeló a los pueblos, reiteró tras la consulta de este diario. Y subrayó, con algo de ironía: Los resultados electorales sugieren que, hoy, buena parte de los latinoamericanos vota a (Spruille) Braden. La alusión al embajador que rivalizó con Perón llevó la conversación a la actualidad del peronismo. Malamud no le ve muchas chances a una hipotética candidatura presidencial de Axel Kicillof: citó la maldición de «Dardo Rocha» (nunca un gobernador de BA llegó por los votos a la Casa Rosada); también argumentó que se le haría imposible, dijo, ser candidato kirchnerista contra Cristina. Chenna, por el contrario, aseguró que Kicillof está en el camino de proyectarse como líder nacional (y potencial candidato). En esa línea, profundizó: No quiero desmerecer procesos anteriores, pero Perón, en (Manual de) Conducción política, siempre planteaba que la conducción era eminentemente práctica: era buena si funcionaba y funcionaba porque era buena. En ese sentido, toda la representatividad que concentró Axel desde 2015 para acá es ganada por él: hay que construir representaciones en base al laburo y no al padrinazgo. Eso le hace muy bien al movimiento político. Más allá de los tironeos por nombres, la cronista Álvarez dejó una reflexión que puede ser de utilidad para todas las tribus del peronismo. Una suerte de premisa general para reencontrarse con los votantes perdidos: Yo comparto lo que dice (Jaime) Durán Barba sobre el peso del deseo en las campañas electorales. No hay que escuchar tanto lo que la gente dice sino fundamentalmente ver lo que desea, lo que consume y lo que hace. La clave está en lo que se hace, en lo que se desea, en las aspiraciones y los enojos, y no tanto en lo que se dice, aconsejó. «

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