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  • El año en el que nueve de cada diez nuevos empleos fueron precarios

    » Tiempo Argentino

    Fecha: 27/12/2025 22:24

    Las condiciones que atravesó el mercado de trabajo durante 2025 lucen contradictorias. Es que, en términos relativos, nada de lo ocurrido se parece al derrumbe del empleo y del salario que se verificó durante los primeros meses de gobierno de Javier Milei entre diciembre de 2023 y marzo-abril de 2024. Entonces los salarios perdieron en unos meses un 17% de su poder adquisitivo y la pobreza escaló hasta el 53% de la población. La realidad durante el último año resultó diferente en tanto los salarios, al menos, dejaron de retroceder. En particular, los haberes del sector privado registrado pudieron sostener la recuperación que se plasmó en los últimos trimestres de 2024, aunque no el derrumbe que arrastran desde 2017. Los niveles de pobreza, por otro lado, cayeron desde el pico del 52,9% registrado en el primer semestre de 2024 y que fuera resultado directo de la megadevaluación de diciembre de 2023, hasta un 31,6% en el primer semestre de 2025 según la información disponible del Indec. Estimaciones privadas, además, la ubican en un 31% para el semestre que va de junio a noviembre de 2025. ¿Estabilidad? Pero no todo lo que brilla es oro. El gobierno se apresuró en celebrar la creación de 238 mil empleos entre el tercer trimestre de 2024 y el mismo trimestre de 2025 según indica el informe de Mercado de Trabajo de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. Sin embargo, del mismo trabajo surge que no solo se trata de apenas 88 mil más que los que había en el último trimestre de 2023 sino que, además, 201 mil (equivalentes al 85% del total), se insertaron en el sector informal. Dicho de otra forma, la política oficial durante estos dos años consistió en reconvertir empleo registrado formal en trabajo precario y sin derechos. El mismo estudio indica que la informalidad laboral afecta a un 43,3% de las personas empleadas. Pero incluso dentro de los considerados trabajadores registrados se expresa la tendencia a la precarización. Los trabajadores que se desempeñan como monotributistas (forman parte del universo de los «trabajadores registrados privados») crecieron entre septiembre de 2024 y el mismo mes de 2025 en 53.200 cuando, en el mismo período, la industria destruyó 21 mil puestos de trabajo y el empleo registrado asalariado del sector privado se contrajo en 26 mil puestos. La suma de los nuevos informales y los monotributistas supera los 238 mil «nuevos» puestos. Esa condición de precariedad total o parcial muestra una correlación directa con situaciones de pobreza y privaciones que, a su turno, se reflejan en los niveles de consumo y actividad que siguen sin exhibir señales de recuperación y, por el contrario, parecen retomar una nueva senda contractiva. Consolidación de los bajos salarios y la pobreza De ese modo, durante 2025 se produjo una consolidación de la pobreza estructural en niveles históricamente altos y una precarización del empleo que, además, se reflejó en una estabilización de los salarios en niveles muy bajos en términos relativos. Según datos aportados por el Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la CTA Autónoma, basados en información del Indec, los salarios de los trabajadores registrados del sector privado a octubre de 2025 resignaron alrededor de 22% de su poder adquisitivo con relación a octubre de 2017 mientras que los del sector público, en promedio, retrocedieron un 37% en términos reales. En el último año, los haberes se mantuvieron relativamente estables pero en ese piso histórico. En rigor, en el promedio, los trabajadores registrados resignaron 0,3% de su poder adquisitivo entre octubre del año pasado y este que se explican por una contracción de 0,6% para el sector privado y una leve recuperación del sector público de 0,4% que, de cualquier forma, resulta imperceptible en el marco de una pérdida acumulada del 14,4% desde que asumió este gobierno en diciembre de 2023. Análisis Luis Campos, director del IEF, en diálogo con Tiempo, coincidió en destacar que tanto en materia de empleo como de salarios, la característica de 2025 es un estancamiento relativo en niveles históricamente muy bajos. Campos explicó que no es un año en el cual hayan empeorado significativamente las condiciones laborales. Sí hubo una periodización que es importante destacar: el año cierra peor de cómo había empezado. Agregó que el mercado laboral parece haber encontrado ciertos equilibrios que consolidan una situación muy precaria para el conjunto de los trabajadores. Es que, detalló, por lejos lo que más está creciendo es el empleo por cuenta propia y, dentro de ese segmento, el no registrado. El especialista explicó que, además, el fenómeno de la creciente precarización se explica por los déficits en materia salarial. Salarios muy bajos que no pueden ser compensados con más trabajo formal terminan siendo complementados con más informalidad». Campos observó que el gobierno celebró que se habían creado 240 mil puestos de trabajo pero el mismo informe decía que el 85% de esos nuevos puestos de trabajo eran informales. En la misma línea, el director del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), Claudio Lozano, señaló que la característica principal en materia laboral es la confirmación de que, en el marco de las políticas aplicadas, el único mecanismo de generación de empleo ha sido el rebusque y el autoempleo. Agregó que por primera vez en la historia laboral de la Argentina, la sumatoria de los asalariados no registrados, el autoempleo y el cuentapropismo superan el 50% del total de la ocupación. El único mecanismo de creación de empleo es al mismo tiempo el que genera menor nivel de ingreso y mayor pobreza. A la vez, un reciente estudio presentado por el Grupo de estudios sobre movilidad y desigualdad social del Instituto Gino Germani de la UBA, concluye que el análisis documenta la destrucción neta de 407 mil puestos asalariados formales, consolidando un récord histórico de informalidad que afecta a cerca del 48% de los ocupados. Este deterioro es transversal, observándose en todas las regiones y con una contracción severa en sectores clave como la industria, mientras crecen las ramas de baja productividad y menor protección social. A la vez, el equipo liderado por el sociólogo Eduardo Chávez Molina señala que la crisis salarial es profunda, ya que siete de cada diez ocupados perciben ingresos insuficientes para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) creando el fenómeno de los trabajadores pobres, incluso entre aquellos que cumplen jornadas completas. Lozano resaltó que la categoría del cuentapropismo tiene un ingreso 54% inferior al ingreso promedio existente en el mundo laboral y multiplica por tres la tasa de pobreza de los asalariados. Por eso, dice el equipo del Gino Germani, aunque la pobreza experimentó una reducción reciente (alcanzando el 31,8%), esta mejora se atribuye al crecimiento relativo de los ingresos de los trabajadores por cuenta propia no calificados frente a la desaceleración inflacionaria, a la vez que destacan que las estrategias de los hogares para salir de la pobreza se centran en el aumento de ocupados por familia y el pluriempleo reforzando la dependencia del trabajo informal. El estudio del Germani indica que la insuficiencia de ingresos también se refleja en el aumento del pluriempleo, que alcanza al 12% de los ocupados, demostrando que incluso los asalariados formales deben recurrir a ocupaciones adicionales para evitar la pobreza. En la misma línea Lozano destacó un incremento de prácticamente el 1,8% del total de gente que busca trabajo cotidianamente. Son 430 mil personas más que buscan trabajo con relación a las que lo hacían en noviembre de 2023. Mucho de eso se explica por los bajos ingresos. Con crudeza, Campos señaló en términos políticamente muy incorrectos que antes eran los emigrados venezolanos los que salían a hacer Uber, ahora se sumó también el investigador asistente del Conicet. Lozano amplió la perspectiva al señalar que «el crecimiento del PBI del 2,5% si tomamos en cuenta los dos años desde el noviembre del 23 hasta octubre de 2025, se explica por el incremento de un 38% en intermediación financiera, por un 17% en la pesca y subas en el sector del agronegocio. Del otro lado, hubo caídas en las siete ramas principales. Industria y construcción cayeron en niveles del 7 y del 11% respectivamente. Esto es lo que explica la destrucción de empleo asalariado y este patrón de generación de empleo vía el emprendedurismo y el cuentapropismo. Finalmente, el director del IPyPP aportó una reflexión a futuro: Este proceso se dio sobre la base de la primera etapa de la reforma laboral de Milei. De cara a lo que es el debate de la reforma laboral actual, es interesante ver los resultados. La idea de la reforma laboral como creadora de empleo no se sostiene, concluyó. «

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