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» Los Andes
Fecha: 27/12/2025 21:07
Los mendocinos del año: Artistas que protagonizaron la agenda cultural en 2025 En un año de crisis y ajustes para la cultura nacional, los artistas mendocinos rompieron la lógica del "talento de exportación". Rodrigo Casavalle, Marco Antonio Caponi, Ramiro Navarro, Gauchito Club y La Chola Poblete son referentes de distintas áreas artísticas que este año empujaron los límites de la provincia para posicionarse en nuevo nivel. El 2025 fue un año en el que Mendoza dejó de ser una "cantera" para convertirse en un nodo creativo, mientras el mapa cultural argentino crujía bajo el peso del desfinanciamiento en varios sectores artísticos, la provincia respondió con una potencia inusual. No fueron éxitos aislados; fue la confirmación de un ecosistema que aprendió a retener sus talentos y a proyectarlos al país y al mundo. Los Andes destaca a cinco artistas de distintas áreas. El teatro mendocino dio la nota más alta al colarse en las grandes ligas desde la autogestión. El caso de Rodrigo Casavalle es emblemático: su Premio Carlos al Mejor Unipersonal por Monólogos Heróicos, con la producción de Sofía Silva, no fue un golpe de suerte, sino el resultado de una poética humorística construida en el circuito teatral. Casavalle, que actúa para mil personas o para siete con la misma convicción política de hacer reír, personifica ese giro federal donde el éxito ya no depende del "centro", sino de la capacidad de conectar con públicos reales. En sintonía, Marco Antonio Caponimaipucino de cepa usó el escenario del Martín Fierro no para el autobombo, sino para reivindicar la memoria y la industria cultural. Su labor en Iosi, el espía arrepentido, la mini serie estrenada en 2022 que estuvo en la pantalla de la televisión abierta -por la cual Caponi ganó el premio- demuestran que actuar hoy es, sobre todo, dialogar con el tiempo que toca vivir. Pero eso no es todo, también se llevó el anhelado premio Hugo a la actuación de teatro por La Revista del Cervantes. Cine y música: Modelos de exportación propia El sector audiovisual también encontró en la crisis una oportunidad de reinvención. Lejos de la lógica extractiva de "venir a filmar y llevarse todo", realizadores como Ramiro Navarro (Frontera+) consolidaron a Mendoza como un polo capaz de cruzar paisaje, industria y nuevas tecnologías. Es un cine que piensa el futuro sin dejar de filmar en casa. En la música, la expansión de Gauchito Club hacia Europa terminó de romper las fronteras simbólicas. En un año donde muchas bandas debieron achicar estructuras, el "indie tropical" mendocino demostró que lo colectivo y la fiesta son espacios de encuentro que no entienden de límites geográficos. La escena local no solo exportó sonidos, sino una forma de entender la gestión independiente. El ingreso al canon Quizás el hito más disruptivo del año fue la entrada de La Chola Poblete al Malba. Desde Guaymallén al epicentro del arte contemporáneo, su obra transindígena y queer obligó a los museos y ferias a mirar hacia el oeste con otra atención. Su ingreso no es un trámite administrativo; es una declaración de época: las miradas periféricas ya no piden lugar, lo ocupan. Mendoza no fue una nota al pie en el 2025. Fue un territorio que, frente a la adversidad, logró sostener producción, ética y presencia. Premios, giras y museos son solo los síntomas de una certeza que este año quedó escrita con letra firme: desde acá también se construye la cultura que viene. En ese contexto, y con la intención más que de cerrar un año, reconocer a los artistas que se han destacado, Los Andes habló con Rodrigo Casavalle, para repasar algo de su vida previa al teatro: una historia que demuestra cómo cuando la vocación, la determinación y el talento se unen, las fronteras desaparecen. ¿Cuál fue tu primera experiencia fuerte arriba de un escenario? Fue en Necochea, con Danilo de Vicia. Mi familia tenía un bar teatro y él hacía un unipersonal, una versión de Fausto llamada Yo soy el diablo. Yo tocaba muy poco el piano, pero mi viejo decía que era pianista y Danilo me pidió que tocara en vivo. ¿Aceptaste sin dudar? No, le dije que no. Le dije que me iba a equivocar. Y él me respondió algo que me marcó para siempre: Eso es lo que necesito, que te equivoques. Esa frase me sacó el miedo al escenario. Yo tocaba mientras él actuaba, me equivocaba todo el tiempo y eso le daba material para improvisar. Ahí empezó todo. Después Danilo murió. ¿Cómo siguió tu camino después de eso? Quedé medio vacío. Terminé el secundario sobreviviendo. Probé otras cosas: estudié hotelería, turismo, perito en granos... ¿Perito en granos? Sí, hice el curso. Es para clasificar los tipos de granos para el campo. Pensé que era algo rápido para ganar plata, pero trabajé un solo día en un laboratorio y me di cuenta de que no iba a durar. Como mi viejo tenía una distribuidora de ferretería, empecé a trabajar con él y a viajar por todo el país: Santa Cruz, Río Turbio, Misiones, Catamarca, La Rioja. Así llegué a Mendoza. ¿Qué encontraste acá? Fui a ver al Flaco Suárez a Los Angelitos y me voló la cabeza. Arranqué un taller con él y decidí quedarme. Empecé a hacer teatro, a meterme en el audiovisual, gané un premio a mejor actor. Me motivó mucho, pero no ganaba nada. Dejé el laburo porque me estaba afectando la cabeza. Pero después la pasé muy mal. No tenía plan B. Pasé hambre, llegué a no tener dónde dormir. Así, medio en la calle, llegué hasta un hostel un día preguntando cuánto cobraban para dormir, y no me preguntes cómo, pero terminé siendo el dueño. ¿Cómo que terminaste siendo el dueño? Sí. Caí en un hostel muy precario cerca del Parque Central. Le propuse al dueño ayudar a cambio de una habitación. Al día siguiente estaba pintando, armando cuchetas. Terminé siendo socio y dueño. Eso me salvó la vida: tenía dónde vivir y tranquilidad para hacer teatro. ¿Cómo fue el crecimiento artístico a partir de ahí? Empecé a estar en más obras, en el audiovisual, a escribir, actuar, hacer publicidades. Conocí gente increíble, como Mati González, con quien hicimos Inodoro Pereyra, con Guillermo Troncoso. Todo fue sumando. Hoy lo veo para atrás y me emociono, porque en realidad todo lo que hice y lo que me costó, me dieron la personalidad que tengo dentro del teatro. Me refiero a que yo sigo siendo totalmente federal, sigo viajando a todos los lugares inhóspitos que se que se me aparezcan a actuar, eh disfruto las funciones, ya sea para mil personas o para siete. El motor nunca fue lo económico. Viajar con dos pelucas y hacer reír a gente que lo necesita es profundamente político. Eso se ve mucho en Monólogos Heroicos. Claro. Mientras viajaba vendiendo, escuchaba tonadas, sacaba anécdotas, imitaba. Muchas veces ensayaba personajes solo en la camioneta, mirándome al espejo. Este año ganaste el Carlos a Mejor Unipersonal. Fue una alegría enorme. Ahora descanso unos días y después me voy al sur a hacer funciones. ¿Seguís con Monólogos Heroicos? Sí. Surgió el especial de Superman y otra obra, Sábado de muñeco. Se armó una trilogía sin buscarla. Capaz 2026 sea el último año o no. También volvés a España. Sí. En abril vuelvo a Barcelona, Alicante y Mallorca. Todo surgió por un viaje con mi vieja que hicimos este año a los lugares de donde eran sus padres y sus abuelos. Estuvimos un mes conociendo pueblitos increíbles. Ella volvió y yo me quedé actuando. Está lleno de argentinos que quieren reírse de cosas argentinas. ¿En qué estás trabajando ahora? En el especial de Superman, un unipersonal de Drácula, una comedia sobre un vampiro cansado de vivir, y una serie autogestiva filmada en Mendoza, Cultura Cero, un falso documental sobre un secretario de Cultura. ¿Y la tele y la publicidad? Arranqué con una publicidad de Quilmes, después YPF y de ahí División Palermo, segunda temporada. Todo se fue encadenando. Fue difícil, pero encantador. Marco Antonio Caponi, el mendocino que brilló en los Martín Fierro Marco Antonio Caponi se convirtió en uno de los mendocinos del año al ganar el Martín Fierro 2025 a Mejor Actor de Reparto por su trabajo en Iosi, el espía arrepentido, una de las series más celebradas de los últimos años. A ese reconocimiento se sumó otro hito central: el Premio Hugo por Mejor Actuación Protagónica Masculina por su trabajo en La Revista del Cervantes, el ambicioso espectáculo que recuperó el espíritu de las grandes revistas argentinas con una mirada contemporánea. La obra, dirigida por Pablo Maritano, combinó música, humor, coreografías y un fuerte anclaje en la tradición teatral porteña, y encontró en Caponi a uno de sus intérpretes más sólidos. El reconocimiento del universo del teatro musical confirmó una vez más su versatilidad actoral y su capacidad para transitar registros diversos. Ambos reconocimientos sintetizan una trayectoria sostenida por talento, constancia y elecciones artísticas con identidad. Nacido en Godoy Cruz y criado en Maipú, Caponi dejó Mendoza hace más de una década para formarse y crecer en Buenos Aires. Desde entonces transitó con solvencia la televisión, el cine y el teatro, con papeles destacados en ficciones como Graduados y Alguien que me quiera, y en películas como La odisea de los giles. En Iosi, su interpretación aportó densidad y humanidad a una historia atravesada por la memoria, la política y los silencios del pasado reciente. Un premio con mensaje Al subir al escenario a recibir el Martín Fierro, Caponi eligió correrse del agradecimiento protocolar. Que tengamos memoria, siempre, expresó, según consignó Página/12. Luego agregó: Ojalá podamos seguir haciendo crecer nuestra ficción y defender nuestra industria cultural. Lo que hacemos es vocación y amor por este trabajo. No fue una declaración aislada. En entrevistas previas, el actor ha sido consistente en su mirada sobre el rol del arte. No concibo actuar sin pensar en el contexto social en el que vivimos, sostuvo en diálogo con La Nación, reforzando su compromiso con una ficción que dialogue con la realidad. El regreso a Mendoza: teatro, vino y emoción Más allá del éxito en la pantalla, Caponi mantiene un vínculo activo con su provincia. A comienzos de este año volvió a Mendoza para presentar El romance del Baco y la Vaca, un unipersonal poético y desbordado de humor que agotó funciones y generó una fuerte respuesta del público local. El regreso tuvo un peso simbólico especial. Volver a casa después de tanto tiempo es algo que no se puede explicar del todo, confesó en una entrevista con Los Andes, visiblemente conmovido por el reencuentro con su gente y su paisaje. Mendoza, dejó en claro, sigue siendo un anclaje vital en su recorrido artístico. Un presente sólido y una identidad intacta El Martín Fierro llega en un momento de plenitud profesional y coherencia personal. Caponi alterna grandes producciones con proyectos teatrales íntimos, elige textos con contenido y sostiene una relación genuina con el escenario, lejos del ruido y cerca del oficio. En 2025, Marco Antonio Caponi no solo ganó un premio. Confirmó algo más profundo: que desde Mendoza también se puede construir una carrera potente, con memoria, compromiso y una voz propia que sigue creciendo sin olvidar de dónde viene. Ramiro Navarro, el realizador que piensa el cine del futuro desde Mendoza Ramiro Navarro atravesó un 2025 intenso y decisivo. Desde Mendoza, el productor y realizador audiovisual logró combinar producciones de escala nacional con una fuerte apuesta tecnológica, consolidándose como una de las voces más inquietas del cine argentino contemporáneo. Este año su nombre resonó tanto por sus películas como por su mirada sobre el futuro de la industria. En diálogo con Aconcagua Radio, Navarro fue directo: La inteligencia artificial dejó de ser un experimento, es una nueva era para la producción audiovisual. Y agregó: Si en segundos puede generar imágenes, es inevitable preguntarse cuánto falta para una película completa. Películas que marcaron el año Entre sus trabajos destacados aparece Mensaje en una botella, filmada en Mendoza y protagonizada por Luisana Lopilato, Benjamín Vicuña, Luciano Cáceres y Benjamín Amadeo. La película, ligada al mundo del vino y al paisaje mendocino, tuvo dos avant premieresen Mendoza y Buenos Aires y una recepción positiva del público. En paralelo, Navarro cerró el rodaje de La Casaca de Dios, una de las producciones más ambiciosas del año, con Natalia Oreiro y Jorge Marrale en el elenco. El proyecto reafirma su capacidad para sostener producciones complejas en un contexto desafiante para el cine nacional. Desde su productora Frontera+, Navarro impulsa el uso de inteligencia artificial aplicada a procesos creativos y técnicos. La tecnología no viene a reemplazar al cine, viene a transformarlo, afirmó en una entrevista con Infobae. Su 2025 combina ambición, innovación y una fuerte raíz mendocina. Gauchito Club al mundo: La banda mendocina que conquistó Europa Formada en Mendoza en 2015, la banda consolidó su recorrido con Vulnerable, su tercer álbum, y dio un salto clave con una gira europea que los proyectó a un nuevo nivel. Su propuestauna fusión de cumbia, funk, reggae, rock y electrónica que definen como indie tropical encontró una respuesta inmediata en escenarios de Barcelona, Madrid, Valencia y Málaga, con varias fechas agotadas. Nos dimos cuenta de que las canciones viajan más de lo que uno cree, contaron en una entrevista con Indie Hoy. El año 2025 fue particularmente activo para el grupo. Su Tour Vulnerable no solo recorrió ciudades de Argentina, sino que los llevó por Latinoamérica y por Europa, donde tocaron en diversas ciudades españolas a lo largo de mayo y lograron agotar seis fechas en salas de Barcelona, Madrid, Valencia y Málaga, un logro inusual para un grupo que mantiene sus bases de producción y gestión en el interior del país. La banda regresó a Mendoza para encabezar el ciclo Vino a la Nave en la Nave Cultural, donde se presentaron ante más de 2500 personas y demostraron que su convocatoria local sigue siendo fuerte. Además de su presencia en escenarios físicos, el cantante y bajista Sasha Nazar, contó en una reciente entrevista con Los Andes sobre cómo piensan su propuesta artística. En ese contexto, describió la identidad de la banda con una imagen que resume su diversidad y energía creadora: Somos un zapping artístico al referirse a la amplitud de influencias y colores que atraviesan su música. La Chola Poblete: La artista mendocina que expone en el Malba El 2025 marcó un punto de inflexión en la carrera de La Chola Poblete. La artista mendocina, nacida en Guaymallén, ingresó a la colección del Malba con tres obras que reafirman su lugar en el arte contemporáneo argentino. Pachamama, Rosa Mística y Virgen del Carmen de Cuyo, creadas en 2023, forman parte de la serie Vírgenes Cholas, donde resignifica iconografías religiosas coloniales desde una perspectiva transindígena y queer. Mi obra es bastante explícita, no hay tanto que descifrar, explicó en una entrevista con Los Andes, firmada por Daniel Arias Fuenzalida. Su trabajo, que ya había circulado por ARCO Madrid y la Bienal de Venecia, fue destacado por el Malba por explorar las ambigüedades del relato del pasado y el discurso político actual. La inclusión de su obra no es solo un gesto institucional: confirma que el arte contemporáneo argentino también se escribe desde Mendoza y desde los márgenes.
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