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» Diario Epoca
Fecha: 27/12/2025 20:57
En localidades del interior, la llegada de la tecnología no siempre ocurre al mismo ritmo que en las grandes ciudades. Sin embargo, cuando una comunidad decide apropiarse de esas herramientas y convertirlas en motor de futuro, el impacto trasciende las aulas y se proyecta sobre la vida social, económica y cultural. Eso sucede en San Roque, una ciudad correntina donde el Instituto de Capacitación Fénix se consolidó como un espacio de aprendizaje, encuentro y transformación. El instituto se presenta como un pilar educativo en informática y nuevas tecnologías. Su propuesta surge de una convicción simple, pero profunda: en un mundo atravesado por cambios acelerados, aprender a usar la tecnología ya no es solo una opción vocacional, sino una necesidad para el trabajo, la comunicación y la participación en la sociedad. Desde sus inicios, la institución desarrolló una fuerte integración comunitaria y una identidad pedagógica basada en la actualización constante. Las actividades están avaladas por disposiciones de la Dirección General de Enseñanza Privada del Ministerio de Educación de Corrientes, lo que refuerza su marco institucional y su compromiso educativo. Pero más allá de las formalidades, el Fénix construyó -a lo largo de los años- un rol simbólico: es un espacio donde distintas generaciones se encuentran con la tecnología no como un territorio ajeno, sino como un lenguaje posible. Allí conviven niños que juegan mientras aprenden lógica, adolescentes que exploran el diseño digital y la robótica, y adultos que buscan herramientas para fortalecer su inserción laboral en un contexto productivo que se digitaliza cada vez más. Estructura La propuesta académica del instituto se organiza en tres niveles que responden a etapas de vida y necesidades concretas. En el nivel junior, destinado a niños de 7 a 11 años, la introducción a la tecnología se apoya en juegos didácticos, dinámicas creativas y el uso inicial de inteligencia artificial aplicada. En esta etapa, el objetivo no es solo enseñar programas o dispositivos, sino fomentar el pensamiento lógico, la curiosidad y la capacidad de resolver problemas, habilidades cada vez más valoradas en el mundo contemporáneo. El nivel adolescente profundiza ese camino con formación avanzada en diseño digital, herramientas de inteligencia artificial, robótica con Arduino e impresión 3D. Allí se combinan teoría y práctica, proyectos colaborativos y participación en muestras académicas. Estas experiencias no solo desarrollan competencias técnicas, sino también habilidades blandas como el trabajo en equipo, la comunicación de ideas y la confianza para presentar proyectos frente al público. En tiempos de industrias creativas, economía del conocimiento y nuevas profesiones digitales, estos aprendizajes representan un puente directo hacia el futuro del empleo. En el nivel adulto, la formación se orienta de manera más directa al ámbito laboral y administrativo. Alfabetización digital La premisa es clara: la alfabetización digital ya no se limita a saber usar una computadora, sino que implica comprender procesos, interactuar con plataformas y adaptarse a entornos de trabajo donde la tecnología organiza tiempos, registros y decisiones. La comunidad educativa ocupa un lugar central en este proceso. Entre 100 y 150 estudiantes pasan anualmente por el instituto, acompañados por tutores y familias que participan activamente en reuniones, actividades y evaluaciones. Ese vínculo se fortalece con eventos institucionales como la muestra anual "Expo Nova", donde los alumnos presentan sus proyectos y comparten experiencias con la comunidad, o la participación en la Expotex organizada por la Escuela Técnica Remedios Escalada de San Martín, que abre espacios de intercambio regional y aprendizaje colectivo. El calendario institucional también incluye presencia en actos cívicos, celebraciones patrias y un cierre de ciclo que reúne a autoridades, docentes, familias y estudiantes en el Club Social de San Roque. Estos espacios no solo celebran logros académicos: construyen identidad, pertenencia y una cultura del esfuerzo compartido. Bajo la dirección del profesor Roque Luque, también representante legal de la institución, el Fénix se sostiene como una experiencia educativa que combina vocación pedagógica, compromiso social y proyección comunitaria.
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