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» Clarin
Fecha: 27/12/2025 20:52
Al revés de lo bien que les va a ellos, los jefes ricos de Costa Pobre, a los clubes que marchan con Tapia y Toviggino les va de mal en peor. Dejamos de lado, por supuesto, los runflas del ascenso que son su corte de los milagros. Hay pruebas a rolete. El fútbol crece en la región, como la Copa Brasil, que repartió más de 70 millones de dólares, y 13 millones para el campeón. Aquí, el ganador de la Copa Argentina no llegó a los 300 mil. Los 20 clubes de primera de Brasil subieron un 80% sus ingresos en los últimos cuatro años. Recaudan casi dos mil millones. Mejor no preguntar cuánto juntamos. ¿Y la plata que pone la TV? Acá bajó a 150 millones, un cuarto de los 600 que aporta allá. Encima, el dinero en Brasil se distribuye entre 20 y el de la AFA entre 30, porque Tapia y Toviggino ampliaron a esa cantidad disparatada los equipos del torneo, no por razones deportivas sino políticas: tener más votos. Cuanto más pobres son, los clubes más dependen de la AFA. Chile tiene 18 millones de habitantes y miró por tevé los últimos tres mundiales y sus equipos embolsan lo mismo que los argentinos, que cobran promedio menos del 20% de los brasileños. No es casual que en los últimos cinco años, nueve de los diez finalistas de la Libertadores hayan sido brasileños y se llevaran 85 millones en premios. ¿Los nuestros?: 29. Es la Argentina. O una de las argentinas que tenemos, la de Tapia y Toviggino. Cero gestión, decadencia, falta de reglas y corrupción. Salta a la vista en la historia de esta pareja despareja que se quedó con la AFA después de las más de tres décadas de Julio Grondona y el empate en 38 de 75 asambleístas que votaron al sucesor. Un milagro aritmético que fue demasiado incluso para la FIFA, que intervino la AFA y armó un comité normalizador con Armando Pérez, dos técnicos (Medin y Cristinziano) y Toviggino, que representaba a ligas del interior y se alió con Tapia y sus clubes del ascenso metropolitano en Ascenso Unidos. Cristinziano es ahora vice de Rosario, y su marido Belloso presidente. A los dos, Toviggino les regaló un título inventado y vergonzoso de campeón. El ministro Massa había inventado otra cosa: un saneamiento institucional para regalarle dólares baratos al club. Grondona, un poroto. A Toviggino le interesa tener poder. A Tapia le interesa disfrutar del poder. Con menos de 50 años, ojos redondos y contextura fuerte, es un tipo oscuro, temerario y agresivo como un matón: le imprimió un sesgo violento a la AFA. Tuitea desaforado, hace escraches y manda a hacer escraches. Trampear reglamentos y manipular arbitrajes es su especialidad. Acumuló una fortuna que tendrá que explicar a la Justicia, como su relación con la delirante mansión de jefe narco en Pilar, a la que sólo le falta la pileta con hipopótamos. Le dice comandante a Tapia. En realidad, es él quien lo maneja. De chico se mudó de Rosario a Santiago con su papá, un empleado de seguridad contratado por el gobernador peronista Juárez. Ya con Zamora, el gran señor feudal de la provincia, alfonsinista de origen y ultracristinista con la edad, que domina los dos partidos con la plata y el látigo (los jueces), Toviggino se acercó a su hermano, Daniel Zamora, que tiene agrupación propia de nombre nada autorreferencial: DZ. Toviggino fue operador político de Daniel, ahora diputado provincial y el armador de negocios. En la provincia dicen que se han quedado con muchas tierras fiscales. Aunque le gustan mucho más los caballos que el fútbol, llegó rápido a la presidencia de la Liga Santiagueña. Si hay algo impiadoso son los archivos. El 21 de noviembre de 2013, el diario El Liberal denunció el impresionante crecimiento del club Instituto Deportivo Santiago y movimientos por demás extraños en el club Mitre en el acercamiento de jugadores a través de un personaje que purga cárcel en el Chaco por su vinculación con el narcotráfico. Y pregunta: ¿cuál es la relación de Toviggino?. El personaje era Patricio Gorosito, condenado a 19 años por traficar cocaína en bolsas de carbón a Portugal. La operación Carbón Blanco. Después vinieron más cosas, el estadio mundialista en Santiago, los negocios con ese estadio y tres equipos santiagueños en las ligas mayores de AFA. Toviggino es Zamora y es Massa, al que ayudó y que lo ayudó metiéndolo en el Congreso. Y que le dijo al presidente de un club grande: Cuídenlo a Toviggino, que soy yo, luego del escándalo por el título trucho y la sanción humillante a Estudiantes para disciplinar a Verón y como mensaje al resto. Si no llueve para arriba, terminará una época y otra va a empezar en la AFA. Nadie sabe ni cuando ni con quienes. Tapia y Toviggino chocaron la AFA. Le ponen una vela a Messi y la Selección y otra a la Conmebol y la FIFA de Infantino, que hoy son menos amigos que antes. La clave: cuánto avanzarán jueces y fiscales que investigan los negocios de la AFA, el lavado de plata en la financiera de Tapia y el enriquecimiento meteórico de Toviggino, que han disparado una reacción inédita: la renuncia de otros jueces y fiscales que Tapia y Toviggino sedujeron para simular independencia en los Tribunales de Etica y Disciplina. Por el momento, con su sistema de lealtades basado en el miedo y la recompensa, Toviggino y Tapia han podido más que neutralizar condenas de los presidentes de clubes de primera. En el chat que comparten, hasta alguien denunció un golpe de estado contra el fútbol. Entre otros, los defendieron Vélez, donde talla un hombre de Kicillof; Lanús, en manos de un hermano de Russo, diputado massista, e Independiente de Mendoza, del empresario Vila. Verón y Estudiantes se pueden ir a la concha de su madre, chateó al final, envalentonado, Belloso desde Rosario. Faltó que dijera los que quieran venir, que vengan, como Galtieri en plaza de Mayo. Casi ningún club grande habló salvo el vice de Independiente, Carlos Montaña, que salió a bancarlo. Es uno de los muchos contratados en el Ceamse, donde su jefe es Tapia, designado por Kicillof. Un fin de año muy de argentinos que hacen cosas como estas. No todos los argentinos. Muchos creen que esto no va a cambiar. Otros creemos que se puede cambiar y que eso depende de nosotros. Brindemos por si esta vez podemos ganarle una grande a la corrupción. Sobre la firma Newsletter Clarín
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